"Le pediría a Aznar que ayudara a bajar la crispación"
Román Knörr (Sueca, Valencia, 1939), el presidente de Confebask, la patronal vasca, se siente cansado, pero también arropado. Tras el asesinato de José María Korta, el de la de Guipúzcoa, no ha hecho otra cosa que sentir el ánimo y el calor de la gente. Ayer mismo los empleados de la empresa de Korta decían a ETA: "Nos habéis hecho mucho daño, pero no sabéis lo que se siente porque nunca habéis sido trabajadores. Porque no amáis a Euskal Herria. Sólo deseáis su destrucción y sometimiento". Para Knörr, este tipo de apoyo renueva el compromiso empresarialPregunta. Como empresarios, están acostumbrados al riesgo de invertir, ¿pero pueden asumir el riesgo de la vida?
Respuesta. Llevamos tres décadas así. De alguna manera, nos hemos acostumbrado. Tenemos asumido que, independientemente de los riesgos del trabajo, vivimos una situación violenta que afecta a todo la sociedad y de forma puntual al empresario.
P. Tras un asesinato como el de Korta, ¿no entran ganas de irse?
R. La primera reacción lógica podría ser ésa. Pero, como en ocasiones anteriores, el empresario vasco sabrá superar las situaciones difíciles.
P. Llegó a la presidencia de Confebask en tiempos de tregua. ¿Aceptaría el cargo ahora, con la que está cayendo?
R. Efectivamente. Sentía internamente una tranquilidad al asumir la responsabilidad. En circunstancias como las actuales no habría sido tan fácil convencerme, pero hubiera aceptado.
P. Un empresario se puede exigir un compromiso, ¿pero puede imponerlo a su familia?
R. La familia es la continuidad de uno mismo. En mi caso y en el de otros. Cuando uno se decide a dar un paso como el que damos y a asumir una responsabilidad en la vida, evidentemente, lo asume también la familia, con una lógica preocupación.
P. ¿Cómo se puede lanzar un mensaje tranquilizador al empresariado cuando el miedo ante la muerte es inevitable?
R. Más que hablar de miedo, podría hablar de preocupación. El empresario vasco es sensacional, tiene coraje. Sabremos salir adelante y apostar por este país. Estamos convencidos de que esta situación de inestabilidad sociopolítica tiene que tener un fin. Espero que más pronto que tarde.
P. ¿Cómo es posible no pagar el impuesto revolucionario cuando le amenazan a uno y a su familia?
R. Hay que ponerse en la piel de quienes reciben estas amenazas. Me consta que este tipo de chantajes no son atendidos. Los empresarios sabremos estar a la altura de las circunstancias.
P. En ocasiones ha dicho que los empresarios no deben hacer planes de paz, pero ahora hablan del espíritu de Korta. ¿Quieren marcar una línea a los políticos?
R. No somos políticos. Las iniciativas políticas corresponden a los representantes elegidos democráticamente. No obstante, tenemos no solamente el derecho sino la obligación de transmitir a la clase política nuestra inquietud. Nuestro discurso no puede ser otro que éste en el que machaconamente insistimos: "Señores políticos, sean capaces de dejar a un lado sus posicionamientos partidistas y de afrontar todos, con un espíritu democrático, una solución al único problema prioritario de este país. Deben ser capaces de sentarse de una vez a una mesa.
P. ¿Quién se equivoca más: el PP o el PNV?
R. Proporcionalmente a su influencia política sobre esta sociedad. Unos tienen más responsabilidad que otros. A buen entendedor sobran otras palabras.
P. ¿En este diálogo incluiría también a Euskal Herritarrok?
R. He hablado de partidos políticos democráticos, no de otros.
P. ¿Su idea es que los partidos democráticos se pongan de acuerdo para aislar al bloque violento?
R. Una de las facetas primordiales es ésa. Está más que demostrado. Espero que nadie tenga duda de que hay un colectivo que no quiere saber nada del resto. Es absolutamente necesario no tener una relación política e institucional con quienes han demostrado sobradamente que no les interesa para nada el diálogo.
P. Durante la tregua, en Confebask se recibió a HB. ¿Ahora mismo estarían dispuestos a hacerlo?
R. No tenemos nada que hablar con una coalición que está sobradamente demostrado que tiene una dependencia total y connivencia con los postulados del tiro en la nuca, los coches bomba y las acciones de chantaje y de terrorismo en general. Sólo si fuera capaz de condenar rotunda y claramente la acción terrorista de ETA estaríamos en disposición de dialogar.
P. ¿Qué le diría al lehandakari, Juan José Ibarretxe?
R. Me consta que está haciendo todos los esfuerzos a su alcance para tratar de reunir en un foro de encuentro a la totalidad de los políticos. Desearía que tuviera éxito, pero no se atisba.
P. ¿Y al presidente del Gobierno, José María Aznar?
R. Que ayudase a bajar la crispación. Tenemos un déficit de diálogo y un exceso de crispación. No tengo por qué dar consejos a nadie. Estimo que, desde la máximo responsabilidad del Gobierno de España, entiende que hace lo que debe, pero yo le pediría un esfuerzo mayor para tratar de ayudar a los partidos con representación importante en Euskadi para, de manera unánime, buscar alternativas y soluciones a una situación que no debiera perdurar.
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