Oasis silencioso entre núcleos turísticos
- Agua. Los controles que lleva a cabo la Delegación de Salud certifican la aptitud de las aguas para el baño. Al margen de las garantías higiénico-sanitarias, los bañistas que más frecuentan el lugar -que no debe confundirse con la otra playa de Las Salinas ubicada en el extremo suroccidental del municipio- aseguran que sólo los días de levante el agua arrastra hasta la orilla espuma procedente de las poblaciones cercanas. Tras el escalón inicial de arena, en la misma orilla, el agua de Las Salinas cubre al bañista por completo sin apenas dar una brazada. - Arena. La forman minúsculas piedras que simulan granos de arroz y evita al usuario fatigas de limpieza tras la jornada playera. Por él se reparten papeleras y duchas. La limpieza diaria la lleva a cabo un camión del servicio municipal de limpieza.
- Servicios. Las Salinas es casi el último reducto del municipio de Roquetas de Mar que queda sin urbanizar, lo que le confiere una serie de ventajas e inconvenientes. Por este motivo los servicios son mínimos. Amén de las duchas y papeleras el servicio de vigilancia de la Cruz Roja se cubre con batidas que los voluntarios realizan desde los dos puestos fijos que hay en las playas contiguas: la de Villa África y la del Paseo de Los Baños. También vigilan el lugar parejas de la Guardia Civil que pasan con todoterrenos, aunque no dispongan de puesto permanente. No existen problemas de aparcamiento, ya que el terreno, desnudo, permite dejar el automóvil en cualquier punto. Las vistas que ofrece el lugar tampoco desmerecen: los días claros puede apreciarse la bahía de Almería a la izquierda, junto con el perfil costero de Aguadulce, municipio con el que esta playa quedará unido vía Paseo Marítimo en pocos años. Pero existe algo que, para muchos, supera con creces cualquier otra necesidad: el silencio.
Mañana: Camposoto (Cádiz).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.