Diversión para los niños y descanso para los mayores
De él depende directamente que unas dos mil personas encuentren diariamente el descanso deseado o la diversión soñada. Lo primero para los padres y lo demás para los hijos. A sus 32 años, Fernando Mesones, natural de Santander y Técnico en Administración de Empresas, ha encontrado en las playas del litoral gaditano el laboratorio para llevar a la práctica todas sus ideas. Y a fe que sus experimentos le están dando un magnífica resultado. Su ballena azul -una guardería infantil ubicada en la playa La Victoria de Cádiz- es más popular entre los pequeños residentes y veraneantes de la zona que cualquiera de las que han inspirado la literatura o el celuloide infantil. Miles de niños se han quedado hechizados desde el primer día que su enorme silueta se incorporó al paisaje de esta playa hace tres años. Y la cuenta suma y sigue. Cada día conquista los corazones de una media de 500 chicos. "Y el de los padres que se ven liberados de sus hijos por un rato", bromea en serio.
La fórmula no es secreta, según explica Mesones, "pero sólo la conocen los niños." Esta ballena hinchable abre cada 30 segundos su grandiosa mandíbula para engullir a 3 o 4 criaturas que, lejos de asustarse, ríen y disfrutan, sabedores de que les espera un descenso divertido de varios segundos por el interior de la garganta hasta llegar a la cola que, en vez de golpearles, les amortigua la entretenida caída. Y vuelta a empezar hasta que el agotamiento pueda con ellos.
La guardería ofrece una amplia gama de diversión con toboganes interminables, túneles, casitas para enanitos, laberintos, caracoles, caballitos, ladrillos de foan y una caseta para dibujar o ver proyecciones de sus dibujos animados favoritos. "Es increíble ver cómo disfrutan", se confiesa satisfecho, consciente también de la dificultad de presentar una oferta pionera.
"Observé el éxito de los parques infantiles cerrados y pensé en llevarlo a espacios abiertos, como la playa", explica Fernando Mesones, quien se confiesa devoto de la Playa La Victoria. "Es la mejor playa urbana que he visto en todo el mundo", sentencia una persona que puede presumir de conocer más que y bien el litoral nacional y buena parte del extranjero.
La relación de este empresario con el sector de la hostelería -trabaja desde 1993 para la cadena de hoteles Sol Meliá-, le confieren una gran visión para buscar fórmulas de ocio o de relajación. "Tengo proyectos que llevaré a la práctica en el futuro", levita y promete al mismo tiempo, consciente, con todo, de que arrastra ya con un pesado carro de responsabilidades -además de su empleo como jefe de personal del hotel Meliá La Caleta y su guardería infantil, es el encargado del servicio de hamacas y sombrillas de todas las playas de Cádiz, San Fernando y Chiclana que, en su conjunto, rebasan las 1.200 unidades-. "Trabajo 14 y 16 horas diarias y tengo en juego inversiones elevadas", asegura, aunque, emulando a los niños que corren hacia su guardería y no se asustan ante la bocaza de la ballena, él tampoco se asusta ante los retos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.