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Un incendio arrasa 3.000 hectáreas y afecta a tres pueblos de La Palma

Un incendio declarado en la noche del sábado en el municipio de Garafía (La Palma), cerca del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, continuaba anoche sin poder ser controlado después de haber devastado miles de hectáreas y haber obligado a desalojar un observatorio del Instituto de Astrofísica canario y algunas viviendas. El fuego, que según las autoridades del archipiélago pudo ser provocado, dio ayer un giro tras haber bajado por la montaña, y ascendió hacia la cumbre, lo que complicó su extinción.

Giro del viento

El fuerte viento, el calor y la difícil orografía seguían complicando a última hora de ayer las tareas de extinción de un incendio que ha arrasado una amplia extensión de monte -hasta 3.000 hectáreas- de tres municipios de la isla de La Palma. El hecho de que se detectaran tres focos en el inicio del incendio hace pensar a las autoridades locales que pudo haber sido provocado.La dirección del fuego obligó durante la tarde de ayer a evacuar al personal que en ese momento trabajaba en el observatorio del Roque de los Muchachos, que pertenece al Instituto Astrofísico de Canarias (IAC). El presidente del Cabildo de La Palma, José Luis Perestelo, indicó que se tomó esta decisión como medida de precaución, aunque era poco probable que afectara directamente a esa zona.

Tampoco se temía que el incendio llegara a entrar en los terrenos del parque de la Caldera de Taburiente ni que fuera a afectar a zonas pobladas.

Desde que se inició se han quemado algunas construcciones antiguas y deshabitadas, así como la casa de un ciudadano extranjero, que se encontraba en un lugar con mucha vegetación. Aunque en algún momento se vio la necesidad de desalojar algunas zonas pobladas, los vecinos se resistieron a abandonar sus viviendas que, en cualquier caso, no llegaron a correr un peligro real.

El fuego, que se originó en Garafía, ha destruido ya una tercera parte de la superficie del municipio y afectado a los de Puntagorda y Tijarafe. A primeras horas de la tarde ayer, además, la situación se complicó cuando se produjo un viraje en la dirección del incendio, que desde el principio se había ido alejando del Parque Nacional, al avanzar ladera abajo, hacia la costa.El viento provocó un peligroso cambio de situación, al empujar las llamas de nuevo hacia la cumbre. Allí se trataba de detener la expansión del incendio con la construcción de un cortafuegos que pretendía controlar los dos focos aún activos -la zona de Garafía, donde hay una reserva de pinar, y la de Timisara, en Tijarafe-, evitando que se acercara el incendio a la Caldera de Taburiente.

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Según explicó el presidente del Cabildo, es muy difícil aún cuantificar la superficie devastada por el incendio, que ha destruido, sobre todo, pino canario y algunos cultivos de medianías, como fincas de viñedo. Algunas fuentes aventuraban que podrían ser hasta 3.000 hectáreas.

Se calcula que unas 500 personas, incluidos muchos voluntarios de los municipios afectados, colaboran en los trabajos de extinción del fuego; hasta La Palma se trasladaron ayer también varias cuadrillas del Cabildo de Tenerife. En las tareas participan tres helicópteros y dos hidroaviones.

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