El PSOE propone debatir la reforma de la democracia
La federación de Bono pide lealtad para el nuevo secretario general
El ideario que movió a José Luis Rodríguez Zapatero a aspirar a la secretaría general del PSOE ha empezado a ser desgranado y defendido en nombre de todos los socialistas. La lucha contra el terrorismo y la inmigración son las prioridades incuestionables pero seguidas por las reformas que, a juicio del líder, necesita la democracia española en el funcionamiento de sus instituciones, de la Administración, de la Justicia y de las relaciones entre el Gobierno y las autonomías. Zapatero pidió ayer al PP que acepte "el reto" de abrir este debate, al tiempo que se comprometió a hacer una oposición "socialmente útil".
El líder del PSOE quiso ayer desplazarse a Toledo para clausurar el congreso de los socialistas de Castilla-La Mancha, que reeligió como secretario general a José María Barreda con el 94,6% de los votos. Esta federación apoyó en la competición por la secretaría general al presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, pero ayer dispensó a Zapatero un recibimiento afectuoso en el terreno personal y de lealtad en lo político. Esta actitud fue la que encabezó el propio José Bono inmediatamente después de conocer su derrota, instando a los suyos el pasado fin de semana a que votaran la ejecutiva propuesta por el secretario general y de la que aceptó formar parte José María Barreda, lo que significó el primer símbolo de apoyo.Pero la intención ayer del nuevo secretario general fue la de hablar lo más posible de su idea de "cambio tranquilo" que tiene mirada hacia dentro, al partido, pero, sobre todo, para la sociedad. Después de la lucha contra el terrorismo y la inmigración, prioridades de la tarea de los socialistas, el nuevo líder del PSOE cree que ha llegado el momento de dar pasos hacia lo que llama "la reforma de la democracia". "Pido a la derecha que se atreva a abrir este debate porque hace falta oxigenar los cauces de participación social". No desveló ayer Zapatero a que se refería en concreto pero en el programa que desgranó en los tres meses de campaña hacia la secretaría general se pudo comprobar que lo que pretende es "ensanchar la democracia" con reformas en las administraciones, en la Justicia, en el Parlamento y en el funcionamiento del Gobierno, por ejemplo, en sus relaciones con las comunidades autónomas.
Aunque en estos primeros días de secretario general la palabra "diálogo" en relación con el Gobierno es constante, ayer sacó la vertiente de crítica para diferenciar lo que son asuntos de Estado de todas las parcelas en las que cada cual tiene su proyecto. De nuevo críticas hacia la política de inmigración- "una historia de caos y sufrimiento"- y a la "incapacidad del Gobierno para adelantarse a los problemas". Zapatero se comprometió, no obstante, a hacer "una oposición socialmente útil".
No pudo quejarse ayer Rodríguez Zapatero ya que su gesto de acudir al congreso de Castilla-LaMancha, como primer acto público desde su elección, fue correspondido con amplitud. El presidente José Bono le invitó en primer lugar a su casa para departir antes de dirigirse al hotel en el que se celebró el congreso. Después se adelantó para recibirle en la puerta y todo el tiempo estuvo a su lado, sonriendo, sin hacer declaraciones, posiblemente para no restar protagonismo ni a Zapatero ni al nuevo secretario general, José María Barreda. "Gracias a José Bono por su amistad, por su entrega, por su éxitos electorales, por su actitud en el congreso y quiero animarte porque te queda mucho por hacer, mucho más de lo que has hecho hasta ahora y mira que ha sido brillante", dijo Zapatero dirigiéndose a Bono que le sonreía. Todos estaban aparentemente contentos y el primero Barreda, flamante secretario general con una ejecutiva con gran presencia de jóvenes. Zapatero saludó uno a uno entre los aplausos de los 311 delegados de ese congreso y otro par de centenares que aguardaron hasta el final para ver de cerca al nuevo secretario general del PSOE. Éste se fue del congreso con una resolución gratificante en el bolsillo. El PSOE de Castilla-La Mancha "desde la autoridad moral que le otorga su comportamiento en el 35º congreso federal, quiere hacer un llamamiento al resto de las federaciones en aras a la unidad del partido, lealtad hacia la nueva dirección federal, y en particular, al nuevo secretario general". De la dirección federal también estaba junto a Zapatero el ponsable de Libertades y Desarrollo Autonómico, Juan Fernando López Aguilar. Otros miembros de la ejecutiva acudieron a los congresos de Murcia y La Rioja.
Los socialistas murcianos elegirán hoy a Ramón Ortiz en sustitución de María Antonia Martínez y los riojanos a Francisco Fernández Aldama, que ocupa el lugar de Ángel Martínez Sanjuán. Los salientes anunciaron la decisión de abandonar la secretaría general hace meses.
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