Israelíes y palestinos reanudan el domingo las negociaciones de paz
Israelíes y palestinos volverán a reunirse el domingo para hablar de paz. El encuentro, el primero que se celebra tras el fracaso, el pasado martes, de la cumbre de Camp David, servirá para reanudar las negociaciones sobre temas menores que fueron pactados hace más de un año en Wye Plantation y Sharm El Cheik, como la liberación de presos políticos o el repliegue militar hebreo de determinadas zonas rurales de Cisjordania, o urbanas, próximas a Jerusalén.
Este nuevo encuentro, que se celebrará en un lugar secreto de Cisjordania, estará presidido por el negociador palestino Saeb Erekat, mientras el lado israelí lo encabezará el abogado Oded Eran, un hombre de confianza del primer ministro Ehud Barak, que participó en la reunión de Camp David.Los dirigentes israelíes y palestinos formalizan con esta reunión un compromiso adquirido ante el presidente norteamericano Bill Clinton, según el cual mantendrán permanentes negociaciones en un intento de llegar a un acuerdo antes del 13 de septiembre, fecha en la que Yasir Arafat ha anunciado que proclamará el Estado de Palestina. Durante este periodo de tiempo -un mes y medio- ambas partes se han comprometido a no adoptar "decisiones unilaterales".
Ehud Barak permanecerá por ahora alejado de la mesa de negociaciones con los palestinos, dedicado única y exclusivamente a rehacer su Gobierno y a conseguir una mayoría parlamentaria, lo suficientemente fuerte como para poder resistir los embates de la oposición, que antes del fin de la legislatura -6 de agosto- le amenazan con una nueva moción de censura y con tres proyectos de ley reclamando la disolución de la Knesset (Parlamento) y la convocatoria de elecciones anticipadas. Barak deberá también desplegar todas sus encantos y dotes de persuasión para conseguir el apoyo suficiente para que el Parlamento vote a Simón Peres como nuevo presidente de Israel, en sustitución de Ezer Weizman, dimitido el pasado 10 de julio.
El jefe del Ejecutivo no descarta la formación de un Gobierno de unidad nacional lo suficientemente amplio y fuerte como para aglutinar a la oposición de derechas Likud. La oferta ha sido oficialmente rechazada por el dirigente Likud, Ariel Sharon, que aseguró ayer que no participará en un Gobierno mientras éste no renuncie a sus proyectos de negociación con los palestinos de forma "irrevocable y no sólo verbalmente".
Barak, sin el apoyo del Likud, se encuentra obligado a buscar nuevamente la alianza con los voraces dirigentes del partido ultraortodoxo religioso sefardí, Shas, que una vez más se muestran dispuestos a cualquier componenda. "No tenemos prisa por entrar en el Gobierno, por el momento estamos bien en la oposición", afirmaron ayer sus dirigentes, mientras empiezan ya a redactar una larga lista de reivindicaciones. Para empezar Eli Yisha, máximo dirigente de Shas, ha anunciado su intención de reclamar a Barak cinco ministerios, y no cuatro como tenían antes, si quiere gozar de su apoyo parlamentario.
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