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Zapatero "intensificará" la relación con el Gobierno, pero con la mano tendida al PNV

Anabel Díez

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, mantiene todavía la esperanza de que la unidad de los partidos democráticos se recomponga para afrontar la pacificación del País Vasco. En un difícil equilibrio, el líder del PSOE ofrece al Gobierno toda su lealtad y la "intensificación del diálogo con el PP", pero se separa de la estrategia gubernamental respecto a poner de inmediato en marcha "una alternativa electoral" en Euskadi. El PSOE discrepa con el PP respecto a su política de enfrentamiento con el PNV, ya que prefiere "la firmeza" en la crítica, pero con la mano tendida.

La nueva dirección del PSOE celebró ayer su primera reunión,presidida por Manuel Chaves y dirigida por el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, 24 horas después de que el nuevo líder se entrevistase con el presidente del Gobierno en La Moncloa. Rodríguez Zapatero remodeló parcialmente el equipo de representantes del PSOE en las relaciones con el Gobierno para la lucha antiterrorista. Continúan Nicolás Redondo Terreros, responsable federal de Política Institucional del PSOE, y el diputado Alfredo Pérez Rubalcaba. Sale de ese equipo el ex ministro Juan Alberto Belloch, sustituido por el futuro portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera. Zapatero informó ayer de esos cambios y añadió que Juan José Laborda seguirá de portavoz del PSOE en el Senado.Aunque la posición del PSOE respecto a la situación del País Vasco no fue objeto de la reunión de ayer, sí continúa siendo asunto prioritario en los análisis de los nuevos dirigentes socialistas. De la reunión que el pasado miércoles mantuvo Zapatero con Aznar se ha sabido que la unidad de criterio y, sobre todo, la voluntad de caminar juntos tiene matices por cuanto que "las prioridades" del Gobierno y del PP son diferentes de las del PSOE.

El día de la entrevista, desde La Moncloa se transmitió que el líder del PSOE había coincidido "en el terreno de los conceptos" con Aznar en que había que pensar en la construcción de una "alternativa electoral" distinta a la ahora existente, es decir, nacionalista. Para el presidente existen pocas dudas respecto a que el diálogo con el PNV es imposible y, por tanto, hay que situarse en un esquema electoral. "Yo no lo veo claro de momento, lo tengo que meditar", respondió el líder del PSOE, según fuentes socialistas. "Estoy por la labor de desechar la lógica de los pronósticos electorales y los deseos de que gobiernen unos u otros. Me parece que no es el camino más sólido para la lucha antiterrorista y para fortalecer el acuerdo de todos los partidos democráticos", explicó ayer Rodríguez Zapatero tras la reunión de la ejecutiva. A esta declaración distante de la estrategia del PP le siguió otra de alejamiento del PNV. "No puede haber diálogo, unidad o cercanía con el nacionalismo democrático mientras que no emprenda el viaje de retorno de Estella", afirmó. Como remate, una nueva afirmación de unidad con el Gobierno de la nación: "Hay que intensificar el diálogo con el Gobierno y el PP".

Resistir a los tirones

Al margen de las declaraciones públicas, los dirigentes socialistas involucrados en la situación del País Vasco explican que la diferencia es la siguiente: "El PP querría avanzar hacia un proceso electoral, a cara de perro, nacionalistas contra no nacionalistas. Nosotros, sin embargo, consideramos que esa posición es táctica y coyuntural y, aunque la respetamos, preferimos insistir en la prioridad de la unidad de los partidos democráticos". Este interlocutor añade que el PSOE, en esta situación, tiene que resistir "tanto los tirones del PP como los del PNV". "El PP quiere el frentismo y nosotros, no; el PNV quiere que estemos con ellos y nos alejemos del PP, y tampoco lo vamos a hacer", resumía un miembro de la ejecutiva.Lo cierto es que los interlocutores socialistas con el Gobierno sobre estas materias pidieron hace algo más de un mes al Ejecutivo que abandonara la petición en público de elecciones en el País Vasco. "Lo han cumplido", añaden. El PSOE, por su parte, acaba reconociendo que su "entrega" total al PP no le puede traer nada nuevo electoralmente, salvo reforzar al candidato popular a lehendakari Jaime Mayor Oreja.

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Sólo socialistas

La dirección del PSOE quiere ser juzgada por sus hechos y sus propuestas y no por etiquetas que precedieron su llegada al poder. Aquélla de social-liberales. "Con la etiqueta de socialistas es más que suficiente; no queremos otras, pero debe quedar claro que las políticas sociales van a ser el eje de nuestro proyecto porque España puede y debe tener una política de cohesión más desarrollada que la que tiene", comentó el nuevo secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero.Pero junto a las políticas sociales se lanzó a explicar el desarrollo de las telecomunicaciones, de la nueva sociedad de la información; y vuelta otra vez a las políticas sociales, hasta hacer una apretada síntesis de su manifiesto fundacional, aquél de Nueva Vía con el que un grupo de socialistas salieron a la luz pública. Lo evidente es que no le gusta que le llamen social-liberal. "No creo en las etiquetas políticas; un proyecto político debe ser juzgado por lo que se pone sobre la mesa".

Parece que el líder del PSOE no va a desaprovechar ninguna oportunidad para lanzar mensajes a los ciudadanos, para recuperar el tiempo que su partido ha pasado hablando de si mismo. Por ejemplo, en política económica no le parece bien que el presidente proclame que su objetivo es conseguir "el déficit cero". "Eso le puede decir mucho a los mercados, pero no al ciudadano que está en lista de espera en un hospital o a la familia que tiene a una madre aquejada de Alzheimer o al joven que está en paro", dijo.

Y por si el día anterior no quedó claro tras su entrevista con el presidente del Gobierno, José María Aznar, anunció que la inmigración será uno de sus caballos de batalla.

El líder del PSOE cree que el "cambio" llegará a todo el partido

Zapatero aseguró ayer que desde la clausura del congreso el pasado domingo hasta ayer se han producido en el PSOE "mil peticiones de altas de militancia".El nuevo secretario general avisó ayer a los miembros de su ejecutiva de que serán convocados para el próximo 21 o 22 de agosto para hablar del partido. Será una jornada monográfica en la que se tratará sobre los cambios que hay que introducir en el PSOE como fruto de la aprobación del proceso de elecciones primarias, incompatibilidades de los cargos públicos y limitación de mandatos, entre otras novedades. De esa reunión saldrá la fecha en la que se celebrará la conferencia de organización para llevarlos a efecto.

Aunque Zapatero quiso dar por sentado que "la integración" ya se ha producido en el partido, sabe perfectamente que en algunas federaciones el clima de enfrentamiento cultivado con pasión durante años permanece. Pero será su secretario de organización, José Blanco, el encargado de sembrar vientos de paz. La prioridad es Asturias ya que el conflicto entraña el enfrentamiento del grupo parlamentario con el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces. "La solución pasa por el acuerdo y el respeto al presidente Areces porque esa fue la voluntad popular", advirtió Zapatero.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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