"El éxito no sacia nunca; el sexo y la comida, sí"

En Ronda se enfrentó a 30 jóvenes europeos ávidos de ingresar en el mundo de la producción audiovisual de la mano de la Media Bussines School. Lo suyo era pintar, pero hizo un par de películas oscuras, llenas de fetichismo y zoofilia. Con la primera película de su trilogía sobre el mito testicular del macho hispano, nos descubrió a Penélope Cruz. Sólo por eso se le perdonaría hasta Volavérunt. Dice que es más feliz desde que su parte Luna, la femenina, se fue imponiendo a la Bigas. Pregunta. Pantalones de lino blanco, elegantes sandalias, sombrero...parece el fundador de Capri y Montecarlo.

Respuesta. Hace tiempo descubrí que era fácil parecer rico. Es estupendo para que te reserven mesa en buenos sitios.

P. ¿Con quién no haría nunca una película?

R. Con quien no pudiera ir a cenar.

P. ¿Vive usted pendiente del éxito?

R. El éxito, como el dinero, no sacian jamás. El sexo o la comida, sí. Ambos satisfacen y permiten sofisticación.

P. ¿Qué cine prefiere?

R. El que genere ganas de vivir. Cine que protege contra depres y paranoias. Hay psicólogos de EE UU que recetan películas.

P. Si con Jamón, jamón su caché subió en el mercado europeo, con Volavérunt, aquí, le dieron hasta en el cielo de la boca.

R. No merecía tanta agresividad. Nos equivocamos al estrenarla en San Sebastián. Pero volvería a rodarla igual. Que alguien me diga mejor actor que Perugorría para hacer de Goya.

P. Ustedes, los disfrutones, suelen tener manías...

R. No soporto las bombonas de butano, las guías de teléfono y las cintas de VHS... ¿Quién inventó un objeto tan espantoso?

P. Comparta una sabiduría.

R. La única cosa que tengo clara en la vida: si el baño de tu habitación de hotel tiene cortinas, mételas siempre por dentro.