El PSOE recupera expectativas con Zapatero

Seguimiento del congreso

La elección del diputado leonés José Luis Rodríguez Zapatero como nuevo secretario general del PSOE, con el apoyo del 90,2% de los delegados que ejercieron el voto en el 35º Congreso Federal del partido, ha aportado al primer partido de la oposición una esperanzadora acogida entre el electorado. Gracias a este resultado sorpresa, el PSOE vuelve a recuperar expectativas de voto. Según un sondeo flash elaborado ayer por Demoscopia para EL PAÍS, con una muestra de 800 entrevistas telefónicas asistidas por ordenador, un 46% cree que tras este congreso el PSOE tiene más posibilidades de ganar unas próximas elecciones generales.Pero además, el nuevo líder de los socialistas logra concitar en la sociedad un grado de atención superior al de Joaquín Almunia cuando sustituyó a Felipe González al frente del partido. El porcentaje de los entrevistados que dice conocer el nombre de Zapatero, de 39 años, es dos puntos más alto que en 1997, cuando el elegido fue un político de tan larga trayectoria como Almunia: el 57% frente a un 55%.

La acogida que la ciudadanía en su conjunto dispensa al nuevo secretario general, que contra pronóstico superó por sólo nueve votos al supuesto favorito, José Bono, presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, parece difícilmente mejorable, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de alguien que hace apenas unas semanas era prácticamente desconocido para el gran público. La valoración específica de sus condiciones personales y de las expectativas que crea la nueva ejecutiva, repleta de caras nuevas que anuncian renovación y consenso, es claramente positiva para el PSOE. Rodríguez Zapatero inicia así su andadura con un llamativo y quizá sorprendente crédito de bienvenida generalizado, sin que su condición de novato parezca originar reacciones de cautela o desconfianza.

El 22% de los entrevistados dice haber seguido con mucho o bastante interés las informaciones referidas al 35º Congreso del PSOE. Un porcentaje tres puntos más bajo que el registrado en el sondeo realizado en 1997 con motivo del 34º Congreso, en el que Felipe González dejó la secretaría general.Esta diferencia podría explicarse, según la interpretación técnica del sondeo flash, por la fecha plenamente veraniega en que se ha celebrado el último cónclave. Pero aun así, el porcentaje de entrevistados que dice conocer el nombre del nuevo líder socialista resulta ser ahora incluso dos puntos más alto que cuando el elegido fue Joaquín Almunia. Este dato parece indicar el grado de atención que la elección de Zapatero ha logrado concitar en la sociedad, por encima de los condicionamientos estivales.

A lo largo de su breve exposición pública de hace apenas un mes, el ahora nuevo secretario general socialista ha sabido ganarse una valoración llamativamente positiva: 6,4 en promedio (puntuación que sube hasta el 7,3 entre los votantes socialistas y que, al mismo tiempo, no baja del 6,4 entre los votantes de IU o del 6,1 entre los del PP). Debe en todo caso tenerse en cuenta que tan sólo la mitad de los entrevistados expresa una evaluación a su respecto: es decir, Zapatero no es aún masivamente conocido, pero entre quienes le han prestado alguna atención ha causado una primera impresión claramente positiva.

El desenlace del congreso es objeto, en conjunto, de una interpretación muy positiva. No existe entre la ciudadanía (ni tampoco entre el sector que representan los votantes socialistas) un diagnóstico claramente dominante acerca de si el resultado del cónclave ha supuesto un borrón y cuenta nueva o bien un proceso de renovación dentro de la continuidad, aun cuando esta segunda opinión es la que tiende a predominar ligeramente. Pero en cambio, la opinión dominante entre los entrevistados, sin que existan al respecto diferencias sustanciales entre los votantes del PSOE, los de IU o los del PP, es que tras este congreso, el PSOE ha quedado en una situación claramente mejorada.

Para el 38% (porcentaje que sube hasta el 52% entre los votantes socialistas), el PSOE está ahora más unido que antes. Para un 25%, ha salido igual de unido, y sólo para un 11%, más desunido.

Para el 57% (porcentaje que sube al 70% entre los votantes socialistas y al 75% entre los de IU y que alcanza un sustancial 50% entre los del PP), tras este congreso el PSOE parece tener más posibilidades de atraer a nuevos electores. Para el 50%, el primer partido de la oposición tiene ahora más posibilidades de realizar propuestas y ofrecer alternativas adecuadas a los problemas de la sociedad.

Pero sobre todo el 46% (porcentaje que llega hasta el 63% entre los votantes socialistas) percibe que tras el PSOE tiene más posibilidades que antes de ganar unas próximas elecciones generales.

El 35º Congreso, en el que los socialistas afrontaban las consecuencias de la dimisión de Joaquín Almunia como consecuencia de la derrota electoral del 12 de marzo pasado, parece haber operado como un revulsivo claro e intenso respecto a la imagen y valoración social del partido socialista.

La incógnita es si el PSOE ha logrado un fenómeno duradero y relevante, o bien tan sólo algo circunstancial y efímero, como ocurriera a raíz de la celebración de elecciones primarias y del triunfo en las mismas de José Borrell.

En todo caso, en la actual coyuntura puntual de revitalización de la imagen de marca del PSOE y de acogida generalizadamente cálida y positiva a su nuevo secretario general, la opinión mayoritaria entre el conjunto de la ciudadanía (53%), y especialmente entre los votantes socialistas (63%), es que en unas futuras elecciones generales el candidato a la Presidencia del Gobierno debería ser el propio secretario general del partido y no otro dirigente.