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El 'caso Atlético' queda visto para sentencia, que se conocerá en septiembre

El juicio del caso Atlético en la Audiencia de Málaga quedó ayer, a las 14.12, visto para sentencia tras la intervención de los últimos abogados defensores, que compararon a Jesús Gil con Jesucristo. El propio alcalde de Marbella recalcó "los daños irreparables y el sufrimiento causados por la Fiscalía" a él y su familia. Si lo declaran inocente, Gil proyecta querellarse contra el fiscal y el juez instructor. La acusación pública pide contra él 29 años y medio de prisión. La sentencia se conocerá, probablemente, hacia final de septiembre.

Las dos últimas defensas emplearon ayer no menos de 15 minutos en hacer una minuciosa comparación entre Jesucristo y Jesús Gil. Empezó el abogado del Atlético de Madrid, Fernando García Guerrero-Strachan, quien defendía al club de una posible responsabilidad civil subsidiaria. Para este letrado, el Atlético "es el único perjudicado por los contratos de patrocinio de 1991-92 y 1992-93" entre Marbella y el club, "porque cobró con siete años de retraso y sin intereses". Estos contratos son el punto central de este caso. El fiscal entiende que fueron "inventados" a final de junio de 1993 para evitar la quiebra del Atlético y su descenso de categoría. En su opinión, "el servicio había sido gratuito". La tesis de la acusación pública es reforzada con el argumento de que no se tuvo noticia de estos contratos en la contabilidad del Atlético de Madrid hasta julio de 1993 y en los archivos del Ayuntamiento de Marbella hasta 1995.

Guerrero-Strachan defendió ayer que los contratos eran válidos y legítimos "porque se prestó el servicio", porque el alcalde tenía una mayoría absoluta que le hubiera permitido aprobar la operación y porque "varios peritos los han dado por auténticos". El representante legal del Atlético sí reconoció "irregularidades de carácter administrativo", que atribuyó al "caos que se vivía en la ciudad cuando llegó de alcalde Jesús Gil en 1991".

José María del Nido, antiguo dirigente del Sevilla, que se defendía a sí mismo y al ex presidente sevillista Luis Cuervas, continuó las citas bíblicas sobre la Pasión, de las que pasó a la inquisición española. Para Del Nido este ha sido un proceso inquisitorial, en la que "no ha habido ni una sola prueba de cargo de los cuatro delitos que se nos imputa". La Fiscalía Anticorrupción imputa a Gil y otros diez acusados dos delitos de falsedad en documento público, cinco de tráfico de influencias, cinco de prevaricación y cinco de malversación de caudales públicos.

El fiscal acusa a Gil de haber pagado con dinero de Marbella, mediante un contrato de patrocinio de 120 millones de pesetas, parte del traspaso del jugador Simeone del Sevilla al Atlético en julio de 1994. Del Nido insistió en la "inexistencia absoluta del hecho que se imputa" y anunció una querella contra el fiscal si es declarado inocente con todos los pronunciamientos favorables. Jesús Gil también se sumó a esta idea, en el patio de la Audiencia. En su opinión el juez Santiago Torres, que instruyó el sumario en Marbella, vino de Barcelona sólo para meterle en la cárcel.

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