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35º CONGRESO DEL PSOE

Miembros del guerrismo lamentan no estar en la ejecutiva

Anabel Díez

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El espíritu de grupo que anima tradicionalmente al sector guerrista y el respeto a sus principales dirigentes dificultó ayer la reconstrucción de los hechos que llevaron a los guerristas a rechazar los puestos que les ofrecieron en la ejecutiva, al tiempo que ofrecían "lealtad" al nuevo secretario general. Por primera vez, no obstante, se apreció en numerosos guerristas contrariedad por la decisión de no entrar en la ejecutiva tomada por el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, al rechazar su entrada y la de otra persona de la federación extremeña. El entorno de Zapatero aseguró que la oferta al guerrismo se completaba con un dirigente de Asturias y otro de Madrid, siempre como vocales. Los asturianos rechazaron la oferta y la candidata Matilde Fernández también lo hizo. Esta última, sin embargo, entregó la lista de los ocho compañeros de su sector para el comité federal, lo que no tuvo problema alguno.Pero la desazón en el guerrismo empezó el día anterior, cuando un bloque importante desvió su voto hacia Rodríguez Zapatero, desairando a su propia candidata. Si hubo pacto, como se denunciaba desde el sector que apoyó a José Bono y se desmentía por todos los dirigentes gerristas, desde luego se hizo a espaldas de Matilde Fernández, ostensiblemente dolida por la actitud de muchos de sus compañeros.

Con pacto o sin él, lo cierto es que los guerristas se han quedado fuera de la dirección, lo que ayer provocó la desolación de los más veteranos. La mayoría de ellos votaron a la ejecutiva, tal y como manifestaron a este periódico guerristas de Madrid, Castilla y León y Andalucía. Después de escuchar el discurso de Rodríguez Zapatero la consternación fue mayor. "¿Por qué no estamos en esa ejecutiva que ha despertado la ilusión del partido?", se preguntaban en alto miembros de este sector.

Su argumento es el de que muchos guerristas están ya cansados de "estar fuera de todo" y en esta ocasión merecía la pena integrarse. A pocos metros de estos interlocutores contrariados Matilde Fernández y Francisco Fernández Marugán manifestaban su agrado por el "comienzo de una nueva etapa en el PSOE". No sólo había pesares en el sector guerrista. El equipo de Rodríguez Zapatero reconocía cierta amargura por no haber trabajado por integrar a personas de la candidatura de Rosa Díez, una vez que ella, personalmente y para sí, no quería nada. La dificultad que, al parecer, han tenido Díez y Zapatero para comunicarse durante la campaña se ha repetido. No consiguieron encontrarse telefónicamente hasta ayer por la mañana, cuando la ejecutiva estaba ya terminada. El entorno de Zapatero lamentó, y se culpó, de no haber hecho el esfuerzo de buscar y convencer a Luis Atienza, ex ministro de Agricultura y jefe de campaña de Díez, para que formara parte de la dirección.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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