La gestión de un sueño

El primer reto de los socialistas valencianos una vez despejada la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE consiste en identificar un portavoz capaz de ofrecer un discurso ilusionante y sostenerlo con una organización coherente. La delegación mayoritaria del PSPV celebraba eufórica el fin de las tutelas que lleva aparejado el fracaso de Ciprià Ciscar al solicitar el apoyo para José Bono. Pero Zapatero insistió en el carácter integrador que corresponde al cambio tranquilo que propugna.Un triunfo de Bono habría fortalecido a Ciscar frente a la mayoría del PSPV, cuyo primer objetivo ayer era liquidar al ex secretario de Organización como referente. Ximo Puig, alcalde de Morella, destacaba que el triunfo de la opción mayoritaria tira por tierra la noción de "frente anticiscarista". "Nosotros no estamos contra nadie", insistía. Otro miembro de la delegación apuntaba que el cambio de tornas permitirá demostrar "quiénes son capaces de ser generosos". Pero advertía que "los delitos de sangre" deben pagarse, en clara alusión a Ciscar.

El aire de novedad que se respira en Madrid pone en entredicho el papel de las familias y sus respectivos padrinos. El papel que se ha atribuido a personalidades como Ciscar, Joan Lerma o Antoni Asunción, incluso Izquierda Socialista, perderá fuelle. Corresponde a todos los socialistas valencianos gestionar el sueño de libertad que se extendía ayer entre el sector mayoritario, y los plazos no son muy largos. Entre bromas, un veterano como Antonio García Miralles se ofrecía a colaborar. "Estoy dispuesto a arremangarme para contribuir a resolver aquello", dijo. El talante del futuro secretario general del PSPV es clave para asumir la tarea de integración que defendía ayer el nuevo responsable federal del partido.