Flamenco en pantalla: luces y sombras

Estaba anunciado el primer programa de Puro y jondo en La 2 para las dos de la madrugada del martes pasado, pero empezó pasadas las 2.15. Así que el propósito previamente anunciado de dignificar el flamenco con esta serie sufrió de entrada un serio varapalo, pues mandarla a esas horas es casi condenarla de antemano a la clandestinidad. Por añadidura, se había anunciado a Chano Lobato y el que estuvo fue Pansequito.Pese a ello, reconozcamos que sí, que el programa está muy dignamente realizado. Producido por Televisión Española de Andalucía (con Manuel Ponce al frente y realizado por Gemma de Andrés), enseguida es perceptible que los autores de Puro y jondo conocen bien el tema. Porque en televisión demasiadas veces la carencia de esta condición ha dado al traste con proyectos que a priori eran prometedores.

En la base de un programa sobre tema flamenco está, inexcusablemente, la calidad de los artistas, porque si la materia prima es mediocre ya pueden ofrecérnosla con los más exquisitos aderezos: el resultado siempre será insuficiente. Pansequito, el flamenco del primer programa, es un excelente cantaor, y lo demostró, y su acompañante Niño de Pura, un guitarrista largo que dialoga brillantemente con el cante.

Por este lado nada que objetar, en principio. En programas sucesivos -son 28 en total, en emisión de lunes a viernes- veremos, porque en la lista que se ha dado de participantes hay flamencos buenos, no tan buenos e incluso alguno que nos parece no da la talla.

Pero en estas cosas siempre ocurre lo mismo: el consenso no se produce, pues según el gusto de cada cual, siempre habrá quienes no deberían estar y faltarán otros que no están.

En el aspecto puramente televisivo, la cuestión es más compleja. Se nos presenta el programa como una tertulia -según los responsables, lo más auténtico y más de siempre- en que los artistas interpretan su repertorio y dialogan sobre su experiencia flamenca con unos interlocutores. Con Pansequito fueron éstos José M. Suárez Japón y José Ignacio Primo. Los dos son entendidos y grandes aficionados, pero esta tertulia nos pareció en exceso estática y envarada, carente de frescura. En cualquier caso, bienvenido sea una vez más el flamenco a la tele, y si está realizado con la dignidad y honestidad que hemos apreciado en la primera entrega de Puro y jondo, mucho mejor.

-En los dos primeros días de emisión, Puro y Jondo obtuvo 63.000 espectadores y un 4,4% de cuota de pantalla (el martes) y 152.000 seguidores y 2,6% (el miércoles)-