Críticas contra los 'bunkers' imposibles
Varios jugadores se han espantado ante el desafío que presentan los bunkers más temibles de Saint Andrews. Darren Clarke, el norirlandés que venció este año a Tiger Woods en un torneo de matchplay, consideró que muchos de los bunkers son francamente "tontos". Clarke, que expresaba la opinión de varios de los profesionales más experimentados que iniciarán hoy la primera vuelta del Open Británico, declaró que los administradores de Saint Andrews "se habían pasado" en su intento de complicar el campo. Jack Nicklaus, que ha dicho que éste será su último Open, fue más lejos. El americano, el jugador que más torneos de Grand Slam ha ganado, dijo que nunca en su carrera profesional había visto obstáculos más duros. "Los jugadores van a pasar mucho tiempo en los bunkers", dijo. Vijay Singh, ganador del Masters de Augusta este año, también se quejaba. "De algunos de los bunkers va a resultar imposible sacar la bola en ninguna dirección", afirmó el jugador de Fiji. El problema es que los taludes de algunos bunkers, especificamente los que están colocados al borde de los greens de los hoyos 11, 14, 16 y 17, son demasiado altos y verticales para permitir que los jugadores hagan lo acostumbrado en otros campos, es decir, sacar la bola sin mucha dificultad en la dirección no sólo del green, sino del hoyo. La idiosincracia de Saint Andrews, a diferencia de los estéticos pero poco complicados bunkers que se suelen ver en Estados Unidos, es que los obstáculos que presentan son obstáculos de verdad. Inspiran temor en los jugadores y les obligan a buscar otras trayectorias. "Lo mejor", como opinaba Singh, "es no entrar en ellos". De todos modos, los directivos del British Open parecen que, hasta cierto punto, se han rendido ante las lágrimas de los profesionales del golf. Dijeron ayer que harían lo posible para reducir la dureza de los bunkers más complicados.
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