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La Audiencia concede un permiso a un homicida en contra del juez y la prisión

Cuatro días libres para un preso que cumple una pena de 30 años en la cárcel de Navalcarnero

Voto de confianza

La Audiencia de Madrid ha concedido un permiso de cuatro días a José María Muñoz Esteban, homicida condenado a 30 años de cárcel de los que ha cumplido 13, tras afirmar en un auto que hay que "contar con los presos" al ejecutar la penas para no convertir éstas en "inhumanas" y conseguir así una verdadera reinserción social. "Toda pena que se ejecuta contra el hombre -como si esta fuera un virus o un agente patógeno- o sin él -como si fuera una cosa prescindible- es una pena ejecutada en clave de inhumanidad". Este tribunal justifica el permiso, concedido en contra del criterio de la prisión y del juzgado de vigilancia de la cárcel de Navalcarnero, en que hay que implicar a los presos en el cumplimiento de sus condenas para hacerles responsables y evitar que reincidan cuando salen.La Sección Quinta de la Audiencia es la misma que hace meses adelantó la libertad condicional a los presos con una enfermedad incurable sin espe-rar a que agonicen.

La Audiencia cree que el preso ha madurado tras 13 años en la cárcel

La Audiencia está convencida de que, pese a sus graves delitos, hay que dar un voto de confianza al interno Muñoz Esteban, que hoy tiene 38 años e ingresó con 25 en la cárcel. Está convencida de que la larga estancia en prisión del interno ha debido provocar en él "una maduración personal y servido para hacerle respetar la ley penal". En cualquier caso, entienden los jueces, "exprimir al máximo la ejecución de la pena" sin darle permisos no servirá para hacerle respetar la ley. Los jueces admiten "como probable" que una política basada "en la idea de que donde mejor está un preso es en prisión, y de que los permisos, la progresión de grados y la libertad condicional son excepcionales, logre éxitos aparentes en el descenso estadístico de la criminalidad". Pero no es la más adecuada ni humana."Las penas son un castigo, como machaconamente proclama el Código Penal en casi 500 artículos. Pero si se quedan exclusivamente en eso, y si la prevención y ejecución de la pena cobran un absoluto protagonismo a costa de la reinserción y educación, el fracaso absoluto del sitema penal y penitenciario es inevitable a medio y largo plazo", vaticina el auto de la Audiencia, del que ha sido ponente el magistrado Arturo Beltrán.

El tribunal razona: "En el presente caso, el interno lleva 13 años preso, su libertad no puede estar lejana, ha disfrutado ya de un permiso sin aparentes problemas concedido por este tribunal. Un nuevo permiso ciertamente suavizará algo el castigo, pero, si ese castigo ha sido eficaz, no lo tornará ineficaz". Y añade: "Y puede contribuir a su mayor eficacia porque, al contar con el preso, al incorporarlo a la ejecución de la pena, permite que éste valore la libertad no como añoranza, sino como vivencia, y le permita tomar contacto con el mundo exterior más aceleradamente cambiante que el de la prisión y refuerce sus lazos familiares y toma de decisiones en el ejercicio de su responsabilidad".

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