Fernández considera que el congreso socialista debe "cicatrizar las heridas" del anterior y de los años 90
La década de los años noventa "no ha sido la más edificante" de la historia del PSOE en opinión de la candidata a la secretaría general Matilde Fernández. Y, en particular, no fue ejemplar por el comportamiento de la dirección en la etapa posterior al 34 congreso, en la que, según explicó ayer en Barcelona, "mayoría y minoría tenían reuniones aparte y luego hacían el paripé". De la dura confrontación entre guerristas y renovadores queda el rescoldo vivo y Fernández expresó ayer su deseo de que el 35 congreso sirva para "cicatrizar las heridas". Esa misma idea la refleja la ex ministra en la carta personal que ha enviado a los delegados al congreso. "Hoy día es aceptado que buena parte de los problemas y dificultades que padece nuestro partido son consecuencia del anterior congreso que comenzó mal, y que terminó improvisando una dirección sin proyecto político y sin autoridad", escribe en referencia a la asamblea en la que Felipe González decidió no aspirar a la reelección en la secretaría general y se eligió como sucesor a Joaquín Almunia. "Debemos trabajar para que esa situación no vuelva a repetirse", confía Fernández.
La superación de las divisiones del pasado reciente debiera reflejarse en la formación de una comisión ejecutiva de integración, "que refleje el pluralismo del partido", explicó Fernández en la sede central del PSC, antes de reunirse con los delegados al congreso federal. Recordó que entre 1981 y 1993 las ejecutivas del PSOE "eran de integración y se trabajaba perfectamente bien". En aras de esa integración Fernández reiteró su defensa de la votación en segunda vuelta preconizada por Rosa Díez y a la que también se ha adherido José Luis Rodríguez Zapatero.
Fernández afirmó que el debate de fondo en este congreso es el mismo que lleva a cabo el socialismo en toda Europa. La opción entre "el social liberalismo de un Tony Blair [el primer ministro británico] y la socialdemocracia de un [Lionel] Jospin [su homólogo francés]" y los gobiernos nórdicos de izquierda. "Nos sentimos ganadores de este debate", dijo.
Aborto y Opus Dei
Pero una cosa es el debate de las ideas y otra la elección de un secretario general. Los delegados del PSC se hallan tan divididos y desorientados como los demás. Para atraerles a su opción, Fernández se desmarcó ayer rotundamente de un destacado guerrista, el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, que se ha inclinado por José Bono. "Estoy encantada de que me falten los dos hervores que Vázquez me echa de menos: el de estar en contra de la legalización del aborto y el no hacer propaganda de las escuelas del Opus [Dei], como hace él. La izquierda debe defender la escuela pública y laica". Y reafirmó que figuras como Alfonso Guerra y Felipe González no deben estar en la próxima ejecutiva, sino en una comité de sabios "para que se pueda tirar de ellos cuando haga falta". En su carta, Fernández se muestra proclive a cambios profundos en el proyecto socialista, acorde con la nueva sociedad, respetuosa y orgullosa con la tarea de los gobiernos socialistas y abierta a modificaciones importantes en el funcionamiento del partido pero siempre sin abdicar de los valores clásicos del socialismo.
Sobre las propuestas federalistas que defiende el PSC, Fernández recordó que fueron incorporadas hace ya un año por el Comité Federal del PSOE, por unanimidad, tras un arduo debate.Después de que Fernández expusiera ayer su candidatura a los delegados catalanes, ahora queda Rodríguez Zapatero, que lo hará hoy.
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