"Me siento muy fuerte"
Lance Armstrong se mira a sí mismo hace un año y se ve ahora más invencible
Lance Armstrong es un hombre honesto. Muy tejano. Muy americano. Muy directo. Se sabe una estrella y cultiva su mito. Ayer la figura del ganador del último Tour creció aún más. Él se vio muy suelto en la carrera y se sabe el mejor. Hasta ahora lo intuía. Ahora, tras la etapa de Hautacam, lo confirma. Y lo dice en público, a su manera. Pero no por eso deja un rasgo de elegancia hacia los derrotados, es decir, todos y cada uno de sus rivales directos. "Me siento muy fuerte", comentó sentado en el autobús de las entrevistas, sólo reservado a un máximo de dos personajes cada día, al ganador y al líder a lo sumo. "Con dos semanas más por delante cualquiera puede emerger", comentó haciendo un alarde de magnanimidad, aunque él mismo no lo crea así. "Nadie parará hasta París".En efecto, Armstrong marcha a otra velocidad. Este año ya no se le puede achacar la falta de rivales. En este Tour compite con los mejores: Pantani, Ullrich... Y ayer les abrumó. Tras comprobar en Hautacam su exhibición, todavía le insistían con la misma pregunta que le hacían antes de empezar el Tour. "¿Cómo te sientes en relación con el año pasado?". Él parece que no contesta nada en claro. Pero sí. Está mejor. "No sé si estoy más fuerte. La prueba que hice antes de venir aquí, subiendo estos puertos, me decía que iba más rápido. Pero necesitaba una referencia como ésta. Me siento muy fuerte".
Ayer sólo hizo caso a sus fuerzas. La táctica le importaba menos. "No lo planeé. Todo el mundo esperaba a Pantani, todos sabíamos que iba a atacar. Yo le seguí y pude pasarle", dijo. Se refería a la subida a Hautacam, el momento en que rompió la carrera. Sin embargo, antes hubo un pasaje más morboso.
Armstrong tuvo que descender el Soulor antes de llegar al último puerto y lo hizo al mismo ritmo que el pelotón. Rápido, a pesar de que el piso estaba mojado por la lluvia. Nada hizo recordar que allí se cayó en mayo, mientras se entrenaba para preparar esta misma etapa. Se dio un golpe en la cabeza que le hizo perder el conocimiento y a sus médicos, temer por su estado de forma en el Tour. Además, teniendo en cuenta su pasado hospitalario los miedos a las complicaciones eran mayores. Visto está que no le ha afectado para nada.
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