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Tribuna:TOUR 2000 Tercera etapaCORRESPONSAL EN EL PELOTÓN
Tribuna
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Final en gincana

En el masaje estoy, recibiendo el trato que me merezco. O sea bueno, como casi todos los días. Pero sí, sin exagerar, hoy me lo merezco especial. La etapa se ha complicado, he tenido una avería, he pasado un susto y me he dado un buen calentoncillo al final.El día ha empezado muy vivo, con más intentos de corte que el domingo y tuvimos que estar bastante atentos hasta que salió la fuga del alemán (Voigt) y el danés (Blaudzun). Además, los del Cofidis querían estar listos y han tratado de infiltrar a Vandenbroucke en algún corte, con lo que hemos tenido que multiplicarnos. Pero por fin salió el corte bueno y la cosa se calmó un poco. Pero no mucho. Viendo como sacaban tiempo los escapados, que enseguida se pusieron en seis minutos, parecía que por detrás íbamos parados, pero no. En esos momentos nosotros, en el pelotón, marchábamos a 41 por hora, o sea, que la pareja atizó bien. Poco a poco les rebajamos, y en el avituallamiento ya los teníamos a 3 minutos. Pero entre que comíamos y descansábamos un poco, se volvieron a ir a la media docena de minutos. Pero luego, nada, ya cayeron más deprisa.

A 25 kilómetros de la meta empezaron mis problemas con los piñones, la cadena se caía y tuve que cambiar de bicicleta. Para entonces ya estaba la carrera acelerada del todo y tuve que sufrir bastante entre los coches. Y por poco me trago una mediana a la salida de la curva. Pero nada, supe reaccionar bastante bien y la cosa se quedó en susto. Sin embargo, todavía nos quedaba el final, que ha sido en gincana, rotonda, rotonda, mediana, frenazo, frenazo, y siempre en tensión. Las cámaras de televisión podrían meterse un día en mitad del pelotón en esos momentos. Aunque no puedan transmitir el olor a goma quemada que lo invade todo, sí podrían mostrar el humillo blanco que sale de todas las frenadas. Y hay montones de ellas.

Al final, caída. Prácticamente inevitable. Detrás, porque para entonces ya habíamos dejado delante el sitio a los de sprinters, se va más o menos bien, pero delante quieren ir todos resguardados a rueda, y cuando se llega a un embudo, pues eso, pueden ajustarse y pasar justos los cinco o seis primeros, pero en cuanto dejas un hueco, el séptimo tiene que corregir la trazada, enganchón y al suelo. Millar, al menos, ha tenido suerte y ha caído contra las balas de paja. Y luego ha demostrado que estaba muy fuerte, se ha recuperado enseguida y ha enlazado rápido con el pelotón. Claro, que como era previsible, yendo tan enfilado todo, también le han picado un corte. Nueve segundos, que no parecen mucha pérdida, pero no saben ustedes lo difícil que es ganarlos.

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