Serna se queda sola en cuartos
La canaria derrotó a Lilia Osterloh, mientras que Arantxa perdió ante Monica Seles
Desnudo ante Kurnikova
La situación es límite. Tras el primer día de la segunda semana, ya sólo queda una jugadora española en Wimbledon. Y su presencia rompe los esquemas, puesto que no es Arantxa Sánchez, ni Conchita Martínez. Hasta ayer, sólo ellas dos y la legendaria Lili Álvarez habían llegado tan lejos en la catedral. Ahora a sus nombres hay que añadir el de Magüi Serna. La canaria, de 21 años, derrotó ayer a la estadounidense Lilia Osterloh, 77ª mundial, por 7-6 (7-1), 6-3 en 1 hora y 12 minutos, y logró el mejor resultado de su carrera: nunca había superado los octavos de final de un Grand Slam, las tres veces que los había disputado.Su victoria llegó unas horas antes de que Arantxa fuera eliminada por la estadounidense Monica Seles. La ex yugoslava ganó por 6-3, 6-4 en 1 hora y 18 minutos, tras una remontada final de Arantxa que pareció reservar para aquellos momentos agónicos lo mejor de su tenis. "Parece que por fin ha llegado el relevo", señaló la cuádruple campeona del Grand Slam. "Me alegro de que sea Magüi, puesto que es una gran amiga y está haciendo un gran torneo. Le gusta la hierba, es zurda, tiene un buen saque, corta muy bien el revés y cada vez la veo con más confianza. A ver si gana el torneo".
Para Arantxa, de 28 años, éste fue el último partido individual antes de su boda, el próximo día 21. Se lleva el recuerdo de un partido en el que se entregó a fondo, como siempre, pero en el que su reacción llegó demasiado tarde. Cuando comenzó a desplegar un juego capaz de superar a Seles, fue cuando estaba ya perdiendo por 6-3 y 4-2, y afrontaba dos bolas de 5-2. En aquel momento se liberó de toda presión. Y en aquellos 10 minutos, en los que la lluvia volvía a amenzar -el partido fue suspendido 45 minutos tras el primer set-, el partido pareció tomar otro aspecto.
Pero fue sólo una apariencia. Frente a Arantxa estaba Monica Seles, la que fue número uno indiscutible entre 1991 y 1993 antes de ser apuñalada y que vuelve a encontrar el gusto por el tenis. Arantxa salvó tres bolas de partido con 5-3. Y luego, se situó con 15-40 sobre el saque de Seles. Pero la finalista de 1992 en Wimbledon salvó aquel momento y ganó. "He luchado hasta el final, pero estaba claro que Seles no iba a regalarme nada", confesó Arantxa. "He sido demasiado irregular y he tenido que jugar demasiado rato con mi segundo saque. Tuve que estar más concentrada".
Tampoco Magüi Serna se mostró regular. La canaria tuvo altibajos durante su partido contra Osterloh. Pareció tener controlado el primer set con 4-1, pero vio como se le escapaba aquella ventaja y pasaba a ser dominada por 5-4 y saque de la estadounidense. Era un momento difícil y duro psicológicamente. Pero en lugar de hundirse, Serna mantuvo la calma y regresó a los esquemas iniciales, que le habían permitido dominar a placer a su rival. Restó bien, recuperó la precisión con su revés cortado, movió a Osterloh -cuyo mayor mérito es haber ganado a Mary Pierce este año-, le rompió el saque y la ganó en el desempate. Aquel mal trago la fortaleció mentalmente. Entró en la segunda manga segura de sí misma, y consciente de la oportunidad que tenía. Y no la desaprovechó. Osterloh, 77ª mundial, no logró controlar la situación que estaba viviendo: es la primera vez que alcanza unos octavos de final del Grand Slam. Y sucumbió, víctima de sus errores y del saque de Serna, el mejor del tenis femenino español.
"Claro que estaba nerviosa", aseguró Serna. "No me había planteado estar entre las ocho últimas cuando llegué al torneo, pero ahora no me conformo". Su próxima rival será la australiana de origen serbio, Jelena Dokic (30ª mundial), de 17 años, que eliminó a Kristina Brandi. Como Magüi, también ella está pensando que tiene una gran oportunidad de repetir las semifinales que ya jugó el año pasado. "Tengo a una rival de ránking inferior", comentó ayer la hija de Damir, el hombre que nunca pasa desapercibido y que acaba de despedir a Tony Roche como entrenador de Jelena.
La jornada de ayer en el All England Club entrará en la historia por ser la primera vez en que un streaker saltó a la pista en que jugaba Ana Kurnikova. Ocurrió al final de la primera manga, cuando Ana y Natasha Zvereva ganaban ya por 5-2. Un hombre desnudo y con la leyenda "sólo las bolas botan" en el pecho -en referencia a la que aparece en los anuncios de sostenes de la rusa-, cruzó la pista 14 y fue detenido por la policía. Kurnikova y Zvereva se taparon la cara con una toalla y las americanas Frazier y Schlukelbir se partieron de risa. Después se supo que el hombre es de Liverpool, se llama Mark Roberts, tiene 35 años, y su acto respondía al hecho de que en las apuestas pagaban 2-1 a que alguien saltaba a la pista de Kurnikova.
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