POESÍA QUE REDIME

En el gran complejo carcelario Frei Caneca, de Río de Janeiro, una de las ciudades más violentas de Brasil y con mayor número de asesinatos de menores, 120 presos, en su mayoría jóvenes, han participado en un concurso de poesía y han sido seleccionados 73 poemas, que serán publicados en un volumen titulado paradójicamente Poesía en libertad. João Luiz Duboc, secretario de Justicia, autor de la iniciativa, ha explicado que se está demostrando que la poesía es uno de los elementos más eficaces para rescatar la dignidad del preso en la cárcel, que uno de los detenidos en su poema ha comparado a un "navío de negreros". La cárcel va a redimir el tiempo de la pena a los presos que dediquen parte de su tiempo a escribir poesía. El mayor poeta del país, Ferreira Gullar, ha examinado los poemas escogidos y ha declarado que el gran valor de esas poesías radica "en la dolorosa experiencia de vida que rezuman". Cuando una niña de 10 años fue a la cárcel a visitar a los poetas presos, les pidió sólo que sonrieran. Sólo uno, Paulo Carteiro, que se encargaba de la correspondencia de los detenidos, no sonrió. Ahora le ha explicado a la niña, con un poema, por qué no sonrió: "Pediste una sonrisa a un hombre humillado que está desdentado. Mi boca está podrida. Ya no sabe ni reír".-JUAN ARIAS,