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Josu OnaindiSecretario general de CCOO-Euskadi

"La división de los sindicatos está favoreciendo las posiciones de la patronal"

Javier Rivas

Antes de que llegue agosto, Josu Onaindi quiere dejar cerrada la transición de poderes en la dirección del sindicato.Pregunta. ¿Ha salido Comisiones dividida de su congreso?

Respuesta. No, yo creo que el sindicato no ha quedado dividido. Ha habido un debate que, por desgracia, no se ha trasladado a los medios de comunicación: el del papel nuevo que debe jugar el sindicato en una sociedad diferente, con un proceso de liberalización importante. Creo que ése es el gran debate de CCOO, el que se ha hecho a nivel confederal. Aquí se ha añadido otro tema, el de cómo entendíamos alguna parte del sindicato que debían ser los órganos de dirección, precisamente para que fueran más aproximados a ese nuevo empuje sindical. Por lo tanto, la presencia de las federaciones nos parecía un tema fundamental. En cuanto a las formas, entre los delegados ha habido un clima de tensión lógico en cualquier congreso donde no hay una situación unánime, pero creo que hemos mantenido todos una actitud de fair play.

P. ¿La nueva dirección integrará a la minoría con puestos de responsabilidad en la ejecutiva?

R. Sí. Por nuestra parte hay voluntad de integrar a todos estos compañeros y, de hecho, ya se les han hecho algunas ofertas para que ocupen cargos de responsabilidad. No hay ninguna voluntad de laminar.

P. ¿Por qué esa integración no fue posible cuando se planteó en el congreso?

R. Porque en un congreso normalmente las situaciones suelen ser mucho más crispadas. Cuando las cosas se llevan a unos términos de confrontación es difícil buscar consensos. Tampoco nos parece mal; en otras organizaciones de CCOO ha habido diferentes listas y al final han sido los delegados los que han decidido quién debe tener la responsabilidad de gobernar mayoritariamente este sindicato.

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P. ¿Por qué CCOO tiene que hacer más sindicalismo y menos política?

R. Nosotros somos un sindicato y como tal sindicato nuestra obligación y nuestra responsabilidad es ser parte importante del movimiento sindical. Creo que ésa es nuestra responsabilidad con la ciudadanía y con nuestros afiliados y con los trabajadores en general. No somos seres apolíticos; lo que sí somos es apartidistas. Nosotros vivimos en una realidad que es muy concreta y donde hay una situación política que es la que es. Somos un sindicato confederal, y además estamos muy orgullosos de serlo, y formamos parte y coparticipamos de la dirección de Comisiones Obreras a nivel estatal y esa diferencia también es parte de las diferencias político-sociales y sindicales que existen en nuestro país. No es que hagamos más o menos política, sino que hacemos sindicalismo, que es nuestra función y nuestra responsabilidad.

P. En el congreso se planteó el debate de que el principal problema vasco es la violencia, que también es un problema de los trabajadores.

R. Vamos a ver. El propio Santiago Bengoa reconoció que ése no ha sido un tema que haya suscitado polémica en la comisión ejecutiva. Ha sido un debate que se ha planteado en los últimos días de forma muy artificial producto de la crispación que siempre da el debate de un congreso, pero que no ha sido nunca polémico en Comisiones Obreras. Ha aparecido en los medios de comunicación, pero, desde luego, en las organizaciones de Comisiones Obreras nunca había sido un tema de confrontación.

P. ¿Pero cuál va a ser la actitud del sindicato a partir de ahora respecto al problema de la violencia?

R. Creo que va a ser la misma que hemos mantenido hasta ahora. Vamos a rechazar cualquier tipo de violencia, la violencia de ETA y vamos a exigir, como siempre, el respeto a los derechos humanos...

P. Ése es el mínimo común. A partir de ahí se pueden hacer actuaciones muy distintas.

R. Nuestra actitud va a ser ésa y nuestra responsabilidad ante la sociedad es ésa. Coyunturas concretas, pues las estudiaremos y veremos. No creo que Comisiones Obreras nunca haya estado definiéndose permanentemente sobre posiciones concretas. Nuestra contribución a la normalización política del país debe ser que Comisiones Obreras cada día sea más en la sociedad vasca en cuanto a representación. En la medida en que vayamos cambiando esa correlación de fuerzas estaremos contribuyendo a la normalización política del país. En la medida en que en vez de ser el 18 seamos el 20, el 22 o el 23%, en esa misma medida estaremos contribuyendo a que una parte de la sociedad que está en contra de la violencia y que no somos nacionalistas, pero tampoco antinacionalistas, representemos una parte importante de la sociedad.

P. Se ha acusado a su sector de ser más proclive a Lizarra y a los postulados nacionalistas...

R. Insisto en que ese debate no se ha planteado nunca en la comisión ejecutiva. No hurgemos más en las heridas porque esa herida no ha existido y además ha sido reconocido por todas las partes. Por desgracia, se ha introducido un debate absolutamente fuera de lugar y no real sobre algo que no ha sido tema de debate en Comisiones Obreras. Es casualidad que ese debate aparezca justo cuando se presenta una candidatura alternativa.

P. ¿Cuál va a ser el trabajo de la nueva ejecutiva en cuanto a la unidad de acción con los sindicatos nacionalistas?

R. Creo que tenemos una obligación como sindicato y es conseguir la unidad de acción de todos los sindicatos, porque no somos un fin en nosotros mismos. Somos un medio para conseguir un fin, que es la unidad de los trabajadores y la mejor calidad de vida de los trabajadores. Con lo cual, no vamos a renunciar nunca a intentar conseguir la unidad de acción. Ahora, somos conscientes de que tenemos una estrategia como Comisiones Obreras, somos parte de una confederación, tenemos un carácter de sindicato estatal y a eso no vamos a renunciar. Hay hechos, como por ejemplo la firma de ayer [el pasado miércoles] del acuerdo de la Administración general vasca, y eso es lo que queremos propiciar. Sabemos que igual en las cúpulas dirigentes es difícil, porque se introducen otra serie de valoraciones que dificultan cualquier acuerdo de carácter sindical, pero sí tenemos claro es que es un objetivo que tenemos que lograr.

P. La ponencia del congreso era muy dura con ELA y LAB y el frentismo sindical.

R. Estamos en contra de cualquier frentismo, tanto sindical como político. Creo que nunca Comisiones Obreras ha renunciado al tema de la unidad. Somos conscientes de la que la situación es difícil, pero creo que ahí no se ha producido ninguna modificación. De hecho, durante todo este periodo Comisiones Obreras ha seguido negociando y pactando con cualquier sindicato con que ha sido posible el acuerdo.

P. Acuerdos concretos...

R. Sí, pero nuestra obligación con los trabajadores es ésa. La otra parte de las concepciones más políticas del país, pues bueno ahí está la responsabilidad de los partidos políticos y cada ciudadano decide cada cuatro años o cuando sea sus posiciones políticas sobre ese tipo de cosas.

P. ¿Piensa que se puede hacer un sindicalismo que no sea político en sentido amplio? Parece que su planteamiento es que la política no tiene que ver con el sindicato, como si éste no deseara contaminarse.

R. El sindicato claro que está contaminado por toda la situación política. Lo que pasa es que ahí hay una barrera que siempre tenemos que establecer entre lo que significa la posición política del sindicato con respecto a la derecha y las posiciones neoliberales, a cualquier posición que signifique negar la libertad o negar el derecho a cualquier ciudadano a poderse expresar libremente, y lo que es una posición claramente partidista y coyuntural. Nosotros vivimos en la realidad de Euskadi y todos los días vemos que las coyunturas políticas son absolutamente cambiantes. Insisto, nuestra contribución a la normalización y nuestro compromiso político con este país es defender la política de Comisiones Obreras, que tiene un contexto sociopolítico y sindical muy claro. Estamos defendiendo un carácter confederal del sindicalismo y ése es nuestro compromiso sindical y político con este país.

P. ¿Un acercamiento a ELA y a LAB podría dañar la actual unidad de acción con UGT?

R. No vamos a modificar nuestra posición estratégica, eso es evidente. Pero no vamos a renunciar a ninguna unidad de acción que suponga poder resolver los compromisos que los trabajadores nos solicitan. Lo que no puede ser es que los sindicatos nos presentemos ante la sociedad vasca, ante los trabajadores vascos, divididos ante problemas muy concretos y Confebask no tenga ninguna contraparte con una posición clara. Esta división lo que está favoreciendo son las posiciones de la patronal.

P. ¿Este sindicato tiene que tener menos "cabezas pensantes", como se dijo en el congreso?

R. Tiene que tener las que necesite.

P. ¿Y ésas son menos o más?

R. Las que necesite.

P. ¿Cuál debe ser el papel de un sindicato en el mundo actual?

R. Creo que hay un objetivo que un sindicato nunca puede perder de vista y es el estar lo más próximo que pueda a los trabajadores, a sus problemas. Eso tiene diferentes aplicaciones. No es lo mismo, por ejemplo, un sindicalismo como hace 20 años, donde la gran masa social de los afiliados a un sindicato estaba en grandes comités de empresa que una situación mucho más atomizada, de pequeña y mediana empresa, de grandes concentraciones de empresas de servicios. Todo eso modifica la coyuntura de cómo tú te debes acercar a los trabajadores, pero lo importante es que al final que estés donde están los trabajadores.

P. ¿Son más complicadas las relaciones con la patronal en Euskadi que en el resto de España?

R. Desde luego aquí no son muy cordiales ni muy fáciles. Creo que también tiene que ver con la situación de Euskadi.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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