Bono dice que está dispuesto a acuerdos con otros candidatos, pero no a "cambalaches"
"No creo conveniente que la ejecutiva se pacte la última noche del congreso en un despacho"
José Bono, candidato a la secretaría general del PSOE y presidente de Castilla-La Mancha, aseguró ayer en Oviedo que está dispuesto a llegar a "acuerdos" con los otros aspirantes a dirigir el partido, pero matizó que no admitirá "cambalaches". "No creo conveniente que la ejecutiva que salga del congreso sea fruto del cambalache" , afirmó. "Yo no voy a retirar mi candidatura ni voy a pedir a nadie que lo haga en virtud de ningún pacto secreto entre familias o sectores. Aspiro a obtener el apoyo pidiendo el voto individual de los delegados, sin componendas. Estoy dispuesto a ganar y también a perder".
Había expectación ante la primera intervención pública José Bono después de que trascendiera que los socialistas andaluces -la federación más numerosa en el próximo congreso, con 287 delegados de un total de 998- apuestan por un pacto previo al congreso entre él y José Luis Rodríguez Zapatero, líder de Nueva Vía. Y Bono respondió en Oviedo a esa expectativa de posible alianza, pero planteó muchos condicionantes."Yo tengo fama de llegar a acuerdos con todo el mundo en mi región: con la Iglesia, el PP, los regantes, los industriales y con todos los sectores", afirmó el presidente castellano-manchego cuando se le preguntó por la posibilidad de alcanzar acuerdos con otros aspirantes a la secretaría general. Pero acto seguido, enfatizó que para ser elegido secretario general no admitirá más "fuerza" que la que proceda "exclusivamente del voto secreto e individual de los delegados del congreso". "No voy a retirar mi candidatura ni pediré a nadie que lo haga en virtud de ningún pacto secreto de reparto de poder entre familias o sectores", afirmó.
Bono, que cambió su prevista participación en una convención organizada en Madrid por Nueva Izquierda por esta reunión, al mediodía, en Oviedo, con militantes del PSOE asturiano, construyó todo su discurso pensando en el voto individual. "Yo aspiro a obtener la mayoría firme que creo que necesito, y quiero hacerlo pidiendo el voto a los delegados, pero no entrando en componendas, que podrían ser la reproducción de etapas anteriores".
La comisión gestora del partido acordó en su última reunión que los candidatos compitan en el congreso aportando cada uno de ellos su propia ejecutiva. Esto, en teoría, facilitaría los pactos previos, para que al final no haya los cuatro candidatos actuales. Bono, en cualquier caso, se niega a que la futura ejecutiva se preste a componendas de última hora.
"No tengo el más mínimo interés en saber qué porcentaje de delegados apoyan a una u otra candidatura, y no creo conveniente que la ejecutiva que salga del congreso sea fruto del cambalache. El poder de esa ejecutiva reside en el voto individual de los delegados. La nueva dirección debe tener su fuerza, la que le den los delegados, y no debe ser una ejecutiva ni tutelada ni falta de autoridad", remató
Por lo mismo, reiteró ante los delegados y militantes asturianos reunidos en la sede de la agrupación de Oviedo, que la composición de la próxima ejecutiva federal "no debe pactarse y cerrarse la última noche del congreso en un despacho". Y en línea con este discurso advirtió de que su objetivo, de ser elegido secretario general, será "acabar con la cultura de la familias internas, porque ya nos ha hecho bastante daño".
Como colofón, anunció que el secretario general que sea elegido en el congreso del 21 al 23 de julio deberá ser también el candidato electoral. "Si yo soy secretario general y no se me elige como candidato a la presidencia del Gobierno, dimitiré de inmediato como responsable del partido".
Un líder que busca una mayoría sólida
viedoJosé Bono cree que su mayor contribución al PSOE, de ser elegido, es su capacidad para "aportar fortaleza" al partido. "Quiero ser secretario general para llevar al PSOE al Gobierno. Me siento fuerte y a gusto en ese empeño". Pero advirtió de que adolece de lo que "a otros acaso les sobre: no sé dirigir un partido sin una mayoría sólida y firme. Me alegro de que otros puedan hacerlo, pero yo no sé. En minoría yo no puedo garantizar que fuese útil y provechoso para el partido. Por tanto, sin una mayoría firme no seré secretario general".
Por lo mismo, reiteró que, de establecerse el sistema de elección del próximo líder a dos vueltas, aceptaría "gustoso el procedimiento" si así se decidiese, pero en ese caso, de no obtener una mayoría suficiente en la primera vuelta, no sería candidato en la segunda.
Tampoco seguiría al frente de la dirección si, una vez ya en la secretaría general, no se le eligiese, "por el procedimiento que se decida", candidato electoral. "Ya hemos tropezado una vez, y nos salió tan mal la experiencia de divididr el poder social y el poder interno, que no quiero caer en el mismo error".
Los socialistas deberán buscar en el próximo congreso a su nuevo líder, después de que Joaquín Almunia presentase la dimisión tras la derrota electoral del 12 de marzo. A juicio de Bono, ahora en el PSOE "es necesaria una dirección con fuerza porque se han maleado mucho las cosas". "Sustituir a un líder excepcional y fuera de lo común como Felipe González es complicado, pero no nos vamos a poner a llorar. Tendremos que hacerlo aunque sea difícil. Y para llevar al partido a la victoria electoral todos somos necesarios, pero ninguno es imprescindible".
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