Rosa Díez reclama neutralidad a la gestora y advierte del peligro de un pacto entre rivales
Matilde Fernández y Rodríguez Zapatero rechazan acuerdos con Bono antes del Congreso
La candidata a la secretaría general del PSOE Rosa Díez reclamó ayer que se deje votar en plena libertad a los delegados y mostró su temor ante el posible pacto, previo al congreso federal, entre Bono y Rodríguez Zapatero. Díez declaró su confianza en la neutralidad del presidente de la Gestora, Manuel Chaves, para que no propicie un acuerdo a espaldas de los delegados. Los cuatro aspirantes a la secretaría han rechazado hasta ahora esa posibilidad. A tres semanas del congreso, el debate se centra en los procedimientos de elección del futuro líder, sobre lo que aún no hay acuerdo.
El PSOE no ha vivido en los últimos 25 años un congreso tan abierto y tan incierto como el que afrontará los días 21, 22 y 23 de este mes. La posibilidad de un pacto, promovido por la federación andaluza, entre el presidente de Castilla la Mancha, José Bono, y el líder de Nueva Vía, José Luís Rodríguez Zapatero, amenaza, según expresaba ayer Rosa Díez, con convertir el congreso "en un reparto de poder entre los dos candidatos, en lugar de servir para cohesionar y fortalecer la organización". La candidata a la secretaría general afirmó que "da la sensación de que hay algunos dirigentes más preocupados por recoger los restos del naufragio que por sacar el barco a flote".Los candidatos parecen rechazar, de momento, un acuerdo previo al congreso. Ayer mismo, fuentes de Nueva Vía negaban que Rodríguez Zapatero tuviese intención de pactar con Bono, según informó Servimedia.
La elección del líder
El procedimiento de elección del futuro líder del PSOE es el centro del debate previo al congreso. El primer día, los 998 delegados decidirán cómo se elige al secretario general y a su ejecutiva y si los aspirantes a ese cargo necesitan o no avales para defender ante ellos su proyecto. La Comisión Política, no obstante, va a presentar al congreso, a modo de sugerencia, una fórmula que previamente haya pactado con los candidatos.
Un equipo técnico y político del PSOE, dirigido por Luis Pizarro, responsable de organización de la gestora, prepara la agenda del congreso, aunque hasta dentro de diez días no estarán determinados sus aspectos sustanciales. Con seguridad, habrá una comisión que tendrá la máxima relevancia, ya que determinará el desarrollo del congreso. Todavía no tiene nombre fijado pero sólo hay dos posibles: Comisión de Estatutos o Modelo de Partido. Esta comisión se reunirá inmediatamente después de elegir la Mesa del Congreso -cuya composición será pactada entre las federaciones- y todo quedará detenido hasta que no culmine sus trabajos. Esa comisión será la encargada de resolver el debate ahora en curso, y que continuará casi con seguridad hasta la víspera del congreso, sobre el modo de elección del secretario general. De nada valdría un preacuerdo que el presidente de la Comisión Política, Manuel Chaves, alcanzara con los candidatos y los secretarios regionales si éste no es aprobado por esa comisión.
Durante la próxima semana seguirá circulando la sugerencia de Manuel Chaves, avalado por la gestora, de que al secretario general se le elija junto a su ejecutiva, es decir, en votación única. Pero, a medida que pasan los días, la candidata Rosa Díez va ganando adeptos al rechazo a que el secretario general tenga que presentarse obligatoriamente con un equipo de 20 personas. Díez volvió ayer a recalcar su propuesta: que se vote inicialmente al secretario general y si ningún candidato logra la mayoría se celebre una segunda vuelta para, una vez designado el máximo responsable, éste presente un equipo de integración que pueda agrupar a personas de diferentes candidaturas. "Si queremos que del congreso salga una ejecutiva fortalecida e integradora sólo podemos conseguirlo eligiendo por separado al secretario y a la ejecutiva. En este caso la forma es verdaderamente el fondo", afirmó.
Miembros de la Comisión Política imaginan con temor que Rosa Díez y algún otro candidato estén tres semanas denunciando "ante las bases" las medidas que tratan de pactarse "por arriba". "Basta que las cúpulas regionales decidan algo para que en el congreso los delegados lo rechacen", aventuraba un secretario regional que, como otros dirigentes, tienen viva en la memoria la situación incómoda que vivieron al apostar en las elecciones primarias por Joaquín Almunia como candidato a la presidencia del Gobierno.
Por todo ello, el primer día de congreso puede ser interminable, ya que en la comisión de Estatutos también se tiene que "decidir cómo se vota; si a mano alzada o en urna", señalan fuentes de la organización del partido. De lo que no hay duda alguna, ni cambio posible, es respecto a que los órganos de dirección son elegidos en votación individual y secreta en una urna.
Por otra parte, en Asturias los guerristas agudizaron ayer sus ataques al presidente del principado, Vicente Álvarez Areces, al que acusan de "deslealtad absoluta", informa Javier Cuartas. El secretario general de la federación asturiana, Luis Martínez Noval, admitió ayer por primera vez el riesgo de "inestabilidad institucional" en la comunidad autónoma y expresó su apoyo a Álvarez Areces. La fuerte tensión entre los renovadores y la mayoría guerrista del socialismo asturiano se desencadenó el pasado día 23 cuando el grupo guerrista aprobó, en alianza con el PP, una Ley de Cajas en contra del criterio del Gobierno autonómico de los renovadores.
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