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Redondo afirma que se sintió "abandonado" durante la crisis de PSV

"Abandonado". El que fuera secretario general del sindicato UGT hasta 1994, Nicolás Redondo, resumió ayer así ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga el caso de la cooperativa PSV el estado de ánimo con el que afrontó la crisis del que fue el proyecto sindical de servicios más ambicioso. Redondo, que compareció como testigo junto con el ex secretario de Organización de UGT Antón Saracíbar, destacó también el perjuicio que el caso significó para el sindicato.

Ayer, a las puertas de la Audiencia Nacional no hubo protestas de perjudicados de la PSV, ni hubo pancartas. Ni siquiera hubo cooperativistas como público en la sala. Nicolás Redondo, tratado con deferencia por el tribunal, por las acusaciones y por las defensas, testificó durante una hora y media . No hubo sorpresas en sus declaraciones. Según explicó, él no participó en la gestión diaria del proyecto cooperativo, que empezó a nacer en el 34 Congreso de UGT del año 1986 y que se convirtió en un grave problema para el sindicato a partir de 1992.

Redondo afirmó que cuando se detectaron los problemas, el sindicato encargó a dos personas de confianza, el entonces secretario de Organización, Antón Saracíbar y el de Administración, Sebastián Reyna, mantener los contactos precisos para desbloquear los créditos hipotecarios necesarios para llevar a cabo el proyecto. Se celebraron, explicó, siete reuniones de los representantes del sindicato con el entonces vicepresidente, Narcís Serra (nueve, según Saracíbar). "Yo sólo asistí a una, la que se celebró el 22 de diciembre de 1993 con [el ex presidente del Gobierno] Felipe González y con Narcís Serra" afirmó el sindicalista.

Imposición o sugerencia

De aquellas reuniones con el Ejecutivo, "llámese imposición o sugerencia", añadió, salió el compromiso de cesar a los gestores de IGS-PSV (Carlos Sotos, entre ellos) y de que el sindicato avalara con todo su patrimonio un préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 10.500 millones para sacar adelante el proyecto. "Por el compromiso moral que teníamos con los cooperativistas se aceptaron las condiciones", sentenció.

"Durante la crisis, éxplicó "me sentí profundamente abandonado". No especificó por quién. Sí se mostró más preciso al referirse al ex gestor de la cooperativa Carlos Sotos, de quien aseguró que con UGT, "siempre tuvo un comportamiento ejemplar". Por último, proporcionó un detalle personal. Él, miembro de la cooperativa de viviendas en Tres Cantos (Madrid), cumplió su promesa y fue el último socio del proyecto en estrenar su vivienda.

Antón Saracíbar, hombre de confianza de Redondo, coincidió con la versión de éste en lo relativo a la gestión y los problemas que sufrió el sindicato. Sólo fue más allá que el que fuera su jefe durante 14 años (1980-1994) al asegurar que "quizás una actuación más audaz del presidente del Gobierno [Felipe González] hubiera adelantado nueve meses la solución" de la crisis de la cooperativa.

Las partes del caso renunciaron al testimonio de otro histórico del sindicato UGT, Manuel Fernández, Lito, secretario de la federación del metal.

El juicio del caso PSV que se sigue en la Audiencia Nacional, ha dado un cierto giro, en opinión de las defensas, tras el testimonio prestado esta semana por el que fuera administrador judicial de la suspensión de pagos, Valeriano Gómez, quien afirmó que en la cooperativa no se registró ningún déficit, en contra de lo que afirmaron en su momento los peritos.

Las sesiones del juicio se reanudarán el día 10 de julio. A lo largo de este mes se celebrarán cuatro sesiones y el proceso se interrumpirá, previsiblemente hasta septiembre. Están previstos los testimonios de al menos un cooperativista demandante por cada promoción de PSV.

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