El cuento de hadas de un devoto de Saramago
Se conoce que Nuno Miguel Soares Pereira Ribeiro no estaba del todo satisfecho con tan pocos nombres y apellidos y decidió adoptar uno más: Gomes. Tenía motivos infantiles, ya que desde niño era un fanático seguidor de Fernando Gomes, aquel gran delantero portugués de los ochenta que militara en el Oporto y el Sporting de Gijón. Ahora es simplemente Nuno Gomes, el jugador de moda en el fútbol portugués por sus tres goles en esta Eurocopa, uno frente a Inglaterra y dos ante Turquía. Portugal ha encontrado de repente al delantero que le faltaba a su fútbol de escuadra y cartabón, un chico tímido, de larga melena, que devora las novelas de su compatriota José Saramago, el primer escritor en lengua portuguesa en ganar el Nobel de Literatura.A punto de cumplir 24 años, lo hará el próximo día 5, Nuno Gomes vive un cuento de hadas. Sus números con Portugal ni siquiera le garantizaban entrar en la lista de 22 convocados. Hasta llegar al torneo había disputado 13 partidos internacionales y apenas un par de ellos como titular. En la fase de clasificación sólo había jugado 13 minutos frente a Rumania en octubre de 1998 y 15 minutos frente a Liechtenstein en marzo de 1999. Agobiado por la tradicional falta de delanteros en el fútbol portugués, el seleccionador, Humberto Coelho, le incluyó en la convocatoria final. En principio, como cuarta opción de ataque, por detrás de Joao Pinto, Sa Pinto y Pauleta. Frente a Inglanterra, Pauleta estaba sancionado, Sa Pinto se lesionó y Coelho le dio la alternativa. Nuno Gomes anotó el gol de la victoria, ¡el primero en su carrera internacional! "Los periodistas me tenían muy presionado y necesitaba un gol a toda costa", dijo resoplando tras el choque inaugural de los portugueses.
La prensa estaba ansiosa por encontrar un delantero que diera vuelo a un equipo que siempre juega bien y dispara con fogueo. La trayectoria del nuevo Gomes en la Liga portuguesa y en las selecciones inferiores hacía pensar que era el elegido para suceder a Fernando Gomes, su ídolo, el último gran goleador luso, la gran referencia de su infancia junto a la música de U2, otra de sus pasiones.
Nuno debutó como internacional absoluto con sólo 19 años en un partido contra Francia, en el que jugó once minutos. Su carrera juvenil era muy prometedora. En compañía de sus grandes amigos Bruno Caires -jugador del Cel-ta-, Beto (Sporting de Lisboa) y Dani (Ajax), había conquistado un Europeo sub 18, un cuarto puesto en Atlanta y un bronce en el Mundial sub 20 de Qatar. Una medalla en la que Nuno tuvo mucho que ver, con sus dos goles en el partido para el tercer y cuarto puesto frente a la España de Raúl, Iván de la Peña y Etxeberria, entre otros. En aquellos tiempos, las fichas del partido reflejaron que el autor de los dos tantos era Nuno Ribeiro. Podía haber sido Nuno Soares o Nuno Pereiro; lo de Gomes estaba por llegar.
Nacido en Amarante, una pequeña población entre Oporto y Lisboa, Nuno empezó su carrera en el Boavista de Oporto, donde tuvo algunas divergencias con su técnico, Manuel Xosé. Éste le veía como el delantero que necesitaba el fútbol luso, pero Nuno no estaba convencido: "Los portugueses somos jugadores técnicos y ofensivos, pero no nos gusta jugar como los delanteros tradicionales; a mí, por ejemplo, me seduce hacerlo de pivote de amarre, por detrás del nueve, pero lo cierto es que se necesita mucha experiencia para ocupar ese puesto".
Los 15 goles que consiguió con el Boavista en la temporada 1996/1997 le pusieron rumbo a Lisboa, donde le fichó el Benfica con sólo 21 años. Los benfiquistas atraviesan una de las mayores crisis económicas y deportivas de su historia, pero las campañas de Nuno Gomes han sido magníficas: ha marcado 42 goles -24 y 18- en las dos últimas temporadas. Su único título con el Benfica ha sido la Copa de 1997.
Le quedaba explotar en la selección y no ha podido elegir un momento más adecuado. Figo y Rui Costa han encontrado por fin un mensajero para su fantasía. Con Nuno Gomes, Portugal tiene pase y tiene gol, dos virtudes con las que ya ha igualado su mejor actuación en una Eurocopa, las semifinales de 1984. Un cuento de hadas para este devoto de Saramago, que como toda estrella ya prepara su propia web.
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