Libertad bajo fianza para el hijo del matrimonio asesinado en Sentmenat
Josep Berenguer Casagolda, el hijo mayor de Miquel Berenguer, de 69 años, y Emilia Casagolda, de 71, el matrimonio asesinado en Sentmenat (Vallès Occidental) el pasado día 16, fue puesto ayer en libertad provisional bajo fianza de tres millones de pesetas después de prestar declaración en el Juzgado de Instrucción número 8 de Sabadell.
La policía detuvo a Berenguer después de que Miguel J. B., un primo suyo, se entregara el pasado jueves a la policía y declarase que el hijo mayor de la pareja había sido el inductor del crimen. Según la versión de Miguel J. B., que ingresó en prisión acusado de secuestro, robo y asesinato, Josep Berenguer planeó el crimen porque temía que sus padres lo desheredasen. Sin embargo, la decisión judicial de liberar a Berenguer pone en entredicho la acusación de su primo, que fue difundida por la policía desde el primen momento.El abogado de la acusación particular, Joaquim Escuder, también desmintió ayer esta versión policial y recordó que el patrimonio de la pareja ya había sido distribuido entre los hijos y, por tanto, el supuesto móvil de la herencia quedaba invalidado. Tampoco es cierto, según Escuder, que el patrimonio fuera tan elevado, porque la empresa había presentado suspensión de pagos unos años antes. Descartado el móvil económico, la familia Berenguer está convencida de que todo fue una venganza del sobrino, que tiene una larga lista de antecedentes y problemas con las drogas. Su tío le había pagado en numerosas ocasiones la fianza para eludir la prisión.
Según el abogado, "Miguel J. B. tenía una animadversión brutal contra la familia y sobre todo contra Josep Berenguer". PASA A LA PÁGINA 9
Descoordinación entre Guardia Civil y policía en el caso de Sentmenat
VIENE DE LA PÁGINA 1 La Guardia Civil asumió desde el primer momento las investigaciones del crimen, pero el mérito por las detenciones de los cuatro acusados por los hechos se lo ha acabado atribuyendo la policía, que nunca abandonó sus pesquisas. Esta persistencia se vio recompensada con el hallazgo de unas huellas en el vehículo de Emilia Casagolda, que fue utilizado por sus asesinos para trasladarse a Barcelona.
Las huellas correspondían a Germán G. P. y la policía las presentó a la juez de Sabadell, quien ordenó su detención. De esa manera, el jueves por la tarde la policía arrestó a Germán G. P. y Julián R. Casi al mismo tiempo, al saber que la policía le pisaba los talones, Miguel J. B. se entregó en la comisaría de Ciutat Vella. La policía encontró el viernes, en un lago cercano al lugar de los hechos, las dos navajas con las que supuestamente se cometió el crimen.
Pese al secreto de sumario, la policía difundió que había practicado las detenciones y que el sobrino había implicado al hijo del matrimonio como inductor del crimen, lo que ha molestado de forma considerable a la juez.
Miguel J. B., el sobrino del matrimonio asesinado, que acusó a su primo de haber urdido el crimen, es confidente de la policía. Sus relaciones con la droga y con la delincuencia le llevaron hace años a iniciar esta relación, en un intento de amortiguar los efectos de sus antecedentes penales. Quizá por esa circunstancia, Miguel J. B. decidió el pasado jueves entregarse en la comisaría de Ciutat Vella y acusar a su primo, esperando de este modo obtener mejor trato.
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