"Aznar usa el dolor que produce ETA para sacar votos"
El presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz, asegura en una entrevista que emite hoy CNN+, a las 9.00, a las 15.00 y a las 21.00, que "Aznar está abordando el tema vasco como la guerra de Cuba: conquista, victoria y derrota". "Eso no es paz desde nuestro punto de vista". La entrevista ha sido realizada por María Antonia Iglesias, colaboradora de este diario.Pregunta. Si hay algo evidente es que la situación creada por el acuerdo firmado en su día por el PNV y EH aún le llena de razón al PP y refuerza sus posiciones.
Respuesta. Pero nosotros no tenemos ni un punto de colaboración con EH hasta que ETA no pare. Eso lo saben. Nos mandó EH, recientemente, un papel ofertando otra vez una tregua definitiva, permanente, si aceptábamos un planteamiento que era prácticamente lo que ETA nos propuso en julio y que no aceptamos.
P. ¿Desde cuándo está esa oferta, señor Arzalluz?
R. Un mes o mes y medio. Y quiero decirle que nuestra respuesta ha sido "no".
P. Pero eso no ha trascendido.
R. No, porque todavía no les habrá llegado tampoco a ellos.
P. Digo la oferta.
R. Ellos anunciaron que habían enviado una propuesta al PNV y a Eusko Alkartasuna. Nos molestó, porque tenemos como criterio no responder a emplazamientos públicos. El documento cayó en manos de El Correo y luego lo hicieron público los propios de EH.
P. Pero la respuesta del PNV no se conoce de momento.
R. La conocerá posiblemente la semana que viene. Lo que sí le digo es que no aceptamos sus planteamientos, porque son prácticamente idénticos a los que nos hizo ETA en julio.
P. ¿Le ofrecen las mismas cosas? ¿Exigen las mismas cosas?
R. En el fondo es lo mismo, es una especie de un sistema electoral en todo el territorio [Euskadi, Navarra y País Vasco francés] para crear una [asamblea] constituyente. (...) El mayor desacuerdo no está en algunos aspectos, porque la soberanía vasca, el que un día estemos juntos todos los territorios vascos en una misma entidad política es un fin fundacional nuestro y, por tanto, no estamos cediendo nada a ETA; la discusión está en los modos y en los tiempos. No aceptamos que nada de eso venga a golpes de extorsión o de tiros, por ejemplo.
P. Veo que se resiste a renunciar a Lizarra, a su apuesta por EH.
R. ¿Quiere que me salga del plan Ardanza? ¿Tengo que abandonar Lizarra? ¿Donde está el plan que le sustituya? ¿O no tenemos que tener ningún plan simplemente porque está HB? ¿No hay que hablar con ETA? Si queremos paz, ¿no hay que llegar a algún acuerdo con ETA? ¿En qué latitud ni longitud de este ancho mundo ha visto que ningún conflicto se solucione, y cuanto más duro más, sin un do ut des, sin que se atienda qué exigen y hasta qué punto puedo llegar, cediendo, a algún acuerdo con ellos? Aznar está abordando el tema vasco como la guerra de Cuba: conquista, victoria y derrota. Eso no es paz, desde nuestro punto de vista.
P. La verdad es que ETA, salvo a matar, no parece estar dispuesta a otra cosa.
R. Yo tampoco le doy a ETA capacidad de maniobra. Hay dos cuestiones: todos sabemos que existe ETA, pero no todos admiten que aquí hay un problema político que no tiene que ver con ETA. Posiblemente, ETA salió en torno al problema político, pero ése problema es anterior y será posterior, a ETA. Por tanto, no soy partidario de que a ETA le tengamos que dar no se qué cosas de orden político. Pero sí soy partidario de que a ETA hay que decirle que la forma de solucionar los temas políticos es otra y que debe parar para dejar sitio a un diálogo abierto entre todos. Un diálogo abierto no puede existir sin que ETA deje de matar, sin que ETA declare una tregua seria y no de esas treguas en que ahora pongo el pie en el acelerador y ahora lo quito. Esa es la situación que queremos crear. El problema es cómo se consigue. Desde luego, no se consigue con más guardias civiles. Tampoco quiere decir que llegar a una mesa de negociación sea impunidad, no; el delito hay que perseguirlo como se pueda, pero no sólo por ese camino. Si algún impasse hay aquí no es Lizarra, es Aznar, que tiene claramente con Mayor Oreja al lado una idea de solución militar, de guardia civil, de tricornio, y esa no es la solución. La solución tendrá que venir por donde decimos los demás. Eso es lo que ha dicho siempre también el PSOE. Felipe sí quería una solución dialogada. Cuando dejó el Gobierno había establecido un hilo caliente de contacto con ETA, a petición de ETA, y que rompió el Partido Popular cuando llegó porque no le interesaba ningún camino de paz. Me hubiera gustado que en esa tregua hubieran estado Felipe, Corcuera y Vera, con todo lo denostados que están ahora. Otra evolución hubieran llevado las cosas.
P. Parece que la tendencia dentro de EH es que gentes del tipo de Otegi están quemados y a punto de ser sustituidos por gentes que están en la línea dura.
R. El relevo de ETA es automático. Para mí, uno de los más que errores de Aznar y de Mayor ha sido, en un momento delicado, cogerle a Kantauri y a esa otra, no me acuerdo cómo se llama [Belén González Peñalba, Carmen], que estuvo en Suiza hablando con los enviados de Aznar. La detienen, y se creen que nos vamos a creer que fue una casualidad. Eso es ir contra la paz directamente, ¿no? Bueno, pues si a Kantauri lo cogen, el que le sucede es un hombre suyo.
P. ¿Usted exigiría a HB que condene la violencia?
R. Claro que creo que HB debe condenar un asesinato y más cuando es el de al lado, el de la silla de al lado en un ayuntamiento. No lo hacen porque no acaban de romper sus ligaduras, que no son orgánicas pero sí sentimentales (...) Está en una situación de no autonomía política, y nosotros desde luego nos negamos a bendecir una actividad político-militar, de compatibilizar la política y el uso de las armas para conseguir fines políticos.
P. Es una esquizofrenia un poco perversa, y al mismo tiempo es tan evidente y elemental...
R. En lo que yo conozco, en la Mesa Nacional [de HB] apuestan claramente por la vía política; otra cosa es que se atrevan a enfrentarse de lleno con los de la pistola. Pero, si ellos van y quieren la vía política, ¿usted va a desaprovechar ese potencial? Eso me parece ir en dirección contraria a la de la búsqueda de la paz.
P. Con la apuesta soberanista del PNV, con su participación en el Pacto de Lizarra, quizá se lo han puesto muy fácil al Partido Popular para la estrategia de acoso al PNV que ustedes denuncian.
R. Yo creo que no. Rompí con Aznar porque vi que no había nada que hacer. Le vi absolutamente cerrado a cualquier solución, cuando nosotros estábamos viendo que ahí se movían cosas, en el mundo de ETA y HB. Pero hasta entonces fuimos absolutamente leales con el Gobierno de Madrid. Cuando [Aznar] me dice "tú quieres que me eche al agua, pero ¿hay agua en la piscina o quieres que me tire al cemento?", me lo dice como si yo tuviera el Cesid, las relaciones con la policía francesa. Vi: a estos no les interesa, les va muy bien tal como va.
P. Usted denuncia el acoso del PP, incluso ha llegado a decir que Aznar le ha hecho una auténtica declaración de guerra respecto a su liderazgo del PNV. Pero su política soberanista...
R. Aznar subió al poder en el caballo de Santiago: aquí no se negocia, aquí no se cede. El primer problema de Aznar es su propio carácter, que no creo que sea muy apto para un buen Gobierno. Pero aparte de eso y de que es muy de derecha, yo creo que [lo que está haciendo Aznar] le ha dado un chorro de votos, y se lo sigue dando; y está utilizando el dolor que produce ETA, la indignación y todo lo demás como estandarte para sacar votos.
P. Su forma de hacer las cosas, sobre todo en los últimos tiempos, ¿ha provocado el brote de disidencia interna en el PNV?
R. En el Partido Nacionalista Vasco no hay disidencia interna. Es un partido asambleario y tenemos debates constantes. El cuerpo social del partido no es que me haya elegido, hace pocos meses, sino que me ha forzado a seguir. Por tanto, no puedo sentirme amenazado ni nada parecido.
P. No obstante, alguien puede pensar que está usted soltando amarras.
R. Sé que estoy en fase terminal. A mí nadie me va a poder decir dentro de tres años que siga, porque no puede ser. Un hombre de 70 años no puede estar al frente de esto.
P. Si tuviese que marcharse tras una derrota ¿se sentiría personalmente derrotado o con la conciencia tranquila por haber hecho lo indecible por la paz?
R. Tengo sentido de que he servido. Por tanto, no me puedo ir frustrado o fracasado. Este país va adelante, ha roto aguas, digan lo que digan Aznar y Mayor Oreja. No sé si será niño o niña, pero aquí hay parto. Y, o caen en la cuenta de eso en Madrid o si siguen por ese camino lo único que harán es acelerar el parto, y no precisamente de un sietemesino.
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