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Pascal Comelade versiona canciones italianas en 'September song'

Pascal Comelade, una de las aves más exóticas y libres de la fauna musical, acaba de poner su último huevo. September song ha sido largamente incubado después de que el intérprete del Rosellón picoteara en un heterodoxo repertorio en el que centellean piezas clásicas de la canción italiana, una pieza de Kurt Weill -la que da título al disco- y una nueva versión de Bob Dylan. El disco, que se podrá a la venta dentro pocos días, fue presentado en directo el pasado domingo en la terraza del Museu del Joguet de Catalunya, de Figueres, que celebraba los 18 años de existencia.El escritor y paisano de Comelade Joan-Lluís Lluís definió al músico como un moralista capaz de dejarse seducir por cualquier canción del mundo. Lluís sospecha que el autor de L'argot du bruit, se ha decidido a versionar las "ramplonas" musiquillas de los italianos porque, a diferencia de los falsamente apasionados cantantes franceses, interpretan con mucho distanciamiento y un cierto choteo. "Comelade siempre pone música a cosas extrañas y marginales. Es como si un escritor galardonado con el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes leyera los best sellers de Bárbara Cartland", bromeó el escritor rosellonés. El musicólogo y periodista Xevi Planas aseguró que Comelade "es contestatario e inconformista desde una óptica minimalista". Planas criticó que cierta crítica musical incluya a Comelade entre "la vanguardia o la música electrónica" cuando su música es, según definió, "puñeteramente tradicional". Uno de los proyectos inmediatos de Pascal Comelade es, precisamente, un recopilatorio de temas tradicionales de la comarca del Rosellón recuperando las músicas que interpretaba su tío concertista. El nuevo disco de Comelade cuenta con la colaboración de Robert Wyatt, ex componente de Soft Machine, que interpreta la canción September song, de Kurt Weill.

Piano de juguete

Después de soportar con incomodidad los halagos de los dos presentadores, Comelade, parco en palabras, se expresó con su música. Aporreando un diminuto piano de cola, como el enamoradizo Schroeder de la pandilla de Charly Brown, se convirtió en la metáfora viviente de un centro museístico que desea mantener la frescura de la imaginación infantil a pesar de su reciente mayoría de edad. Uno de los juguetes del museo, el Max Merrymakers, elaborado el año 1931 en Nueva York, en el que aparece un grupo musical integrado por simpáticos roedores, ha sido escogido como portada del nuevo álbum. Las canciones interpretadas por el grupo de Pascal Comelade, algunas de las cuales fueron estrenadas en el festival de música de Ceret de 1998, tuvieron, como siempre, el poder de socavar, por la vía de la simplicidad y la delicadeza, todas las versiones originales alojadas en el recuerdo de la audiencia. Así sucedió con la interpretación instrumental de la celebérrima Come prima.

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