"El rendimiento no tiene nada que ver con los cambios; aquí no se castiga a nadie"

Camacho, poco dado a la cháchara, no estaba ayer para muchas historias, y menos para contar si iba a darle otra vuelta de tuerca al equipo, como así parece. La selección tuvo un día ajetreado. Por la mañana, camino de Brujas, el autocar en el que viajaban los jugadores tuvo que parar en el arcén durante un buen rato, una media hora, después de que el motor se hubiera recalentado tras estropearse el aire acondicionado. Los futbolistas, mareados por tanto calor, se airearon como pudieron, sin rubor, en plena carretera para después reemprender la marcha. "Hemos parado porque no funcionaba el aire acondicionado", terció el seleccionador. "Han sido unos minutos".Llegada al hotel de concentración, la delegación española tuvo un rifirrafe con la UEFA por el horario del entrenamiento. Yugoslavia, como local, eligió primero, y después de anunciar un horario puso otro. España tuvo que improvisar, aunque finalmente, de acuerdo a lo expuesto por Camacho, se entrenó "más o menos a la hora que yo quería", las ocho de la noche, cuando el calor declinaba. "El problema no son los yugoslavos", terció, contrariado el técnico, "sino la UEFA por consentir que se varie el programa oficial".

La conferencia de prensa tuvo consecuentemente poca miga porque era tarde y el seleccionador y los futbolistas no querían retardar más la cena. Camacho despachó los asuntos con respuestas secas y muchos y punto. Para nada quiso explicar los cambios que puede introducir hoy en la alineación. Dejó claro, eso sí, que Hierro está para jugar -"o al menos espero que sí", dijo-, así que si no lo pone será porque le da descanso, al igual que a Etxeberria, Aranzabal y Valerón. Nada más. Ni siquiera abundó sobre el dibujo del equipo y la manera de jugar. "El equipo jugará igual, en zona y en grupo", replicó. "El rendimiento no tiene nada que ver con los cambios". Más mala cara puso cuando se le advirtió de que Molina estaba desmoralizado por haber perdido el puesto después de su error frente a Noruega. "Aquí no se castiga a nadie", respondió Camacho. "Esto no es la Liga. Si uno se enfada por no jugar, no es futbolista de equipo. Colaborar con el equipo es no enfadarse".

El seleccionador parece dispuesto a armar un equipo que nada tiene que ver con el que inició la competición y menos con el que obtuvo la clasificación. De acuerdo a este dispositivo, ya sólo quedarían tres futbolistas inéditos de cuantos están seleccionados: Gerard, Munitis, Velasco. Y queda por saber si debutaría Casillas o se mantendría Cañizares.

No se trata de ninguna estrategia para un partido con carácter de final -"si acaso son unos octavos de final, pero no una final o una semifinal", puntualizó Camacho- sino un plan para un encuentro más. "Todos los partidos son iguales", se defendió el selecicionador. "Nosotros vamos a salir a ganar como siempre y si podemos o no dependerá de las circunstancias. Los yugoslavos son unos maestros a nivel individual. Les conocemos bien, al igual que a Boskov, un maestro también en la manera de entrenar. Él me demostró que en el fútbol no todo está inventado".

Los futbolistas, mientras, expresaron su confianza en el triunfo, sobre todo Helguera y Urzaiz. El madridista estrenaría titularidad mientras el navarro continuaría en el banquillo, aunque puede ser una opción ofensiva interesante de acuerdo al desarrollo del choque. Urzaiz sería titular si Raúl actuara de volante de enganche o media punta, cosa difícil porque al madridista parece que se le requiere más para el remate que para el entrejuego.