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EUROCOPA 2000Los partidos de ayer

El derrumbe de dos gigantes

Alemania e Inglaterra firman al alimón uno de los mayores fiascos futbolísticos de su historia

Juntos, de la mano, el mismo día y a la misma hora. Así abandonaron ayer la Eurocopa dos gigantes, Alemania e Inglaterra, que se fueron por la puerta de atrás. Vestidos de perdedores se despidieron de una competición que ha reducido a mínimos su pedigrí. Sobre todo, en el caso de Alemania, una selección otrora infalible, capaz de acuñar un tópico tan absurdo como real: aquél que hablaba de un partido de fútbol que sólo admitía un ganador. De acento alemán, para más señas. Ya no. La historia dibujó ayer un antes y un después para Alemania, que se ha pasado la friolera de 32 años sin faltar al tramo final de cualquier competición que se precie.Desde que en 1968 fuera eliminada en la fase previa de la Eurocopa, Alemania había llegado al menos a cuartos de final tanto en este torneo como en los Mundiales. Se proclamó campeón de Europa en tres ocasiones, más que ninguna otra selección. Fue subcampeón en otras dos, en una semifinalista y, en su peor actuación, la del 84, fue eliminada por España en el partido decisivo de la primera ronda, por culpa de aquel célebre cabezazo de Maceda. No había entonces cuartos de final, pero aquel partido equivalía a esa ronda, pues el ganador accedía a semifinales. Aún mejor ha sido trayectoria en los Mundiales. En el del 50 fue descalificada por la UEFA. Desde entonces, Alemania siempre accedió como mínimo a los cuartos de final, amén de consguir tres títulos.

"Penosa y lamentable". Así calificó Erich Ribbeck, seleccionador alemán hasta que su federación decida lo contrario, la eliminación del equipo. Pero hizo un matiz, personificado en Lothar Matthäus: "Lo siento enormemente por él, que jugaba su último partido, que hacía el número 150, y que imaginaba otra cosa para su despedida". Pero el adiós del futbolista más internacional de la historia del fútbol no pudo ser más humillante. Alemania fue sometida por una especie de equipo B portugués al mayor castigo que ha vivido en un gran torneo en la era moderna.

Con 39 años, Matthäus ha seguido siendo imprescindible en una selección que se antojaría cerrada por derribo de no ser porque no se adivinan repuestos en la Liga alemana. La misma Liga cuyo campeón, y además semifinalista de la Liga de Campeones, el Bayern Múnich, ha aportado siete jugadores (incluído Matthäus), a la selección.

Menos sorprendente, con la historia en la mano, fue la caída de Inglaterra, un equipo en el que conviven futbolistas de vuelo alto -Beckham, Owen, Scholes o el lesionado McManaman- con otros que jamás dijeron nada alejados unos kilómetros de las islas. Pero Inglaterra, al menos, amenazó durante un rato con colarse en los cuartos de final. Una selección como Rumania, anárquica a ratos, sobre todo, si está Hagi, pero imprevisible siempre, le abrió la puerta de salida.

Y se la abrió a un minuto del final, en el penalti cometido por Philip Neville sobre Moldovan. "Estoy desolado" dijo Kevin Keegan , seleccionador inglés, después del choque y poco antes de apelar a conceptos como la honestidad o el esfuerzo para justificar el inesperado adiós. "A cinco minutos del final pensamos que lo teníamos todo hecho, pero no hemos demostrado la suficiente disciplina" dijo Keegan. "Si la Eurocopa se jugara con la honestidad la ganaríamos sobradamente. Pero, con el 2-1 a favor, se trataba de conservar el balón y pasarlo. Y no lo hemos hecho. Las fuerzas de Inglaterra son su voluntad y su pasión, pero eso no es suficiente hoy".

Con un "estamos hundidos", intentó Keegan reseñar gráficamente las sensaciones de un equipo que se sintió grande tras derrotar a Alemania en el segundo partido (1-0), pero que ayer regresó a la decepción habitual. Esa misma que le acompañó en los octavos de final del último Mundial, en el que cayó ante Argentina por penaltis, o en las semifinales de la Eurocopa que en el 96 organizó en su país y en la que tras dejar a fuera a España en cuartos, también por penaltis, sucumbió ante una Alemania que por entonces seguía dando carrete a la leyenda.

La Eurocopa se queda sin dos gigantes, sin dos equipos a los que la historia coloca, torneo sí, torneo también, en la lista de favoritos. Alemania, hasta ayer, hizo honor a su fama. Inglaterra, sólo de vez en cuando. Sea como fuere, el día de ayer resultó demoledor para dos equipos antiguos, que saben de dónde vienen, pero no dónde van. Dos grandes derribados de un plumazo por Portugal, una selección que jamás superó las semifinales del torneo, y por Rumania, que nunca pasó de cuartos. Dos grandes, en fin, derribados por lo que Keegan ha dado en llamar "el fútbol moderno".

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