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GOLF Open de Estados Unidos

Woods: el mejor deportista del planeta

Miguel Ángel Jiménez, segundo en un torneo que el norteamericano ganó por 15 golpes

Tiger Woods completó ayer por la tarde su marcha triunfal en el Open de Estados Unidos en Pebble Beach, coronándose campeón con una vuelta final de 67 y un margen histórico sobre sus rivales de 15 golpes, que jamás se había logrado en ningún torneo de Grand Slam. Lo único que faltó fue una orquesta que le acompañara en el recorrido final, tocando la novena sinfonía de Beethoven. Miguel Ángel Jiménez, en la que debe ser la más brillante actuación de su carrera, salió segundo, junto con el surafricano Ernie Els, con una vuelta final de 71, sumando un total para el torneo de 287, tres por encima de par.Como decían los comentaristas de la televisión americana, a lo largo de un torneo que comenzó con un extraordinario 66, Jiménez, que se llevó unos 400.000 doláres de premio, demostró una gran frialdad bajo fuego, un enorme coraje competitivo.

Woods, que ganó 800.000 doláres por ganar, pertenece a otra categoría. Lo que hizo Jiménez fue vencer, en el campo más espectacular y posiblemente más difícil que existe, a todos los mejores jugadores normales del mundo. A David Duval, a Colin Mongomerie y a José María Olazabal que hizo una decepcionante última vuelta de 75 y acabó duodécimo en el torneo.

Woods, que con esta victoria acumula a los 24 años su tercer grande, su tercer torneo de Grand Slam, dio un recital. Desde que completó la segunda vuelta, ocho bajo par, nadie dudaba que iba a ganar. Lo único que quedaba por saber ayer por la mañana, al comenzar la última jornada, era cuál iba a ser su margen de victoria, y quién iba a salir segundo.

Era inconcebible que, a los 24 años, Woods no ganase su tercer grande. Tan inconcebible como que no ganase un equipo de fútbol con ventaja de seis goles faltando 15 minutos para el final del partido. Sólo la intervención divina podía darle la vuelta al destino del mejor deportista del mundo: un esguince de la muñeca, un ataque al corazón, que se lo comiera uno de los leones marinos que rondan por las rocas cerca del hoyo siete de Pebble Beach.

Como decía Miguel Ángel Jiménez el sábado por la noche, "él está participando en otro torneo. Yo voy a intentar ganar este torneo". Y lo ganó. Mientras jugadores de la talla de Ernie Els, el surafricano ganador de dos Open de Estados Unidos, y el americano Phil Mickelson hacían bogeys, Jiménez acumuló tres birdies en los primeros seis hoyos. Otros perdían la calma. Jiménez no.

Sergio García es mucho más conocido que Jiménez. El público americano adora su frescura juvenil, su eterno optimismo. Pero en este Open, en el que acabó 12 golpes por detrás de Jiménez, lo más positivo que hizo fue pasar el corte. Lo más notable, matar una gaviota. Sergio tendrá sus días de gloria. Éste, el de ayer, perteneció a Woods.

Woods, que daba la impresión ante un putt de cuatro metros de que siempre la iba a meter. Como los que metió para sus cuatro birdies en los últimos nueve hoyos. Como el que metió en el complicado hoyo 14 para llegar a doce bajo par. Pero su deseo de perfección es tan enorme, tan intenso, que cuando su drive en el siguiente hoyo, en el 15, se desvió a la derecha, cayendo en el rough, dio un grito de angustia, su cara se retorció, como si se hubiese roto una pierna. Aun así falló el birdie en ese hoyo por dos milímetros.

Viéndole jugar a Woods en Pebble Beach uno recordaba el comentarista de televisión argentino cuando Diego Maradona marcó su famoso segundo gol contra Inglaterra en el Mundial de México en 1986. "¡Diego!... ¿De qué planeta viniste?". Lo mismo se puede preguntar al Tigre. De la misma manera que Maradona, en sus mejores tiempos, dominaba el mundo del fútbol, hoy Woods domina el mundo del golf. Es más. No hay ningún otro deporte en el mundo hoy en día en que un individuo haya logrado el nivel de superioridad que Woods tiene sobre sus rivales.

Esa superioridad absoluta, indiscutible, sólo se ha visto en la última década en el baloncesto, con Michael Jordan, y en el ciclismo, con Induráin. Pero quizás Woods sea el más extraordinario de todos. Porque triunfar con la regularidad que triunfa Woods en el golf, se podría argumentar, tiene más méritos que triunfar con regularidad en otros deportes. En el baloncesto, en el tenis, en el fútbol los campos todos son casi iguales, y todos vienen a la misma medida. En el golf cada hoyo, cada putt, es diferente, presenta desafíos desconocidos. Cada campo tiene su idiosincracia. Pebble Beach, Augusta y Saint Andrews todos presentan desafíos muy distintos.

Y en el golf, un deporte en el que los torneos duran cuatro días, el viento y la lluvia juegan papeles decisivos. Y hay otro factor. El aspecto mental tiene un lugar preponderante en el golf. Porque todos los golpes son dificiles de ejecutar, aun para los mejores jugadores. El margen de error es muy pequeño. El mismo Woods dirigió el drive que hizo en el hoyo 18 en la segunda vuelta de este Open a las rocas de la costa del Pacífico. Y en el tercer hoyo de Pebble Beach, un par cuatro, la bola se le hundió en el rough y hizo un triple bogey, un siete.

Lo que nos recuerda que es humano. Lo que marca la diferencia entre él y el resto de los deportistas que hoy viven en la tierra es su obsesividad, su arrolladora fuerza mental, su deseo de ganar y ganar. El sábado por la mañana, cuando ya quedaba claro que nadie le podía vencer, Woods estaba tirando bolas, y ensayando sus putts, a las cinco y cuarto, antes de salir el sol.

¿Cuál es su objetivo? Su objetivo es ser el mejor jugador no de hoy, sino de todos los tiempos. Primero tiene que ganar la misma cantidad de grandes que Jack Nicklaus. Le quedan 17 por delante. Pero sólo tiene 24 años y Nicklaus acaba de jugar su último Open a los 60. Woods tiene tiempo. Va en buen camino.

CLASIFICACIÓN FINAL

1. Tiger Woods (EEUU), 272 golpes (-12). 2. Miguel Ángel Jiménez, Ernie Els (Suráfrica), 287 (+3). 4. John Huston (EEUU), 288 (+4). 5. Lee Westwood (Inglaterra), Padraig Harrington (Irlanda), 289 (+5). 7. Nick Faldo (Inglaterra), 290 (+6). 8. Vijay Singh (Islas Fiyi), Stewart Cink (EEUU), David Duval (EEUU), Loren Roberts (EEUU), 291 (+7). 12. Paul Azinger (EEUU), Retief Goosen (Suráfrica), Michael Campbell (Nueva Zelanda), José María Olazábal, 292 (+8). 46. Sergio García, 299 (+15).

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