Nadar contra corriente
La idea fue de Santiago Fernández, el entrenador. Él, mejor que nadie, sabía lo que sus chicos habían sufrido durante la temporada: horas de entrenamiento, desplazamientos con el presupuesto ajustado hasta el límite, partidos muy duros, incomprensión de los árbitros y, sobre todo, luchar contra la ironía de los rivales. "¿Para qué tanta lucha si luego no tenéis un duro y os quedáis en casa como os sucedió el verano pasado?". Esta frase la oyeron más de una vez en las piscinas del circuito y a todos se les puso un nudo en el estómago al recordar cómo el equipo se había tenido que retirar de Europa por falta de presupuesto. Este año nadie quiere que la situación se repita. El Canoe, que ha vuelto a ganar la Liga, quiere disfrutar de su privilegio de ser campeón y jugar en Europa. Así que, si no hay dinero, habrá que sacarlo de donde sea. Por eso, en el vestuario, en medio de la fiesta del título, bañados en champaña, el míster propuso: "Iremos como sea. Si el club no tiene un duro, nosotros lo sacaremos. Y, si es necesario, haremos un full monty".La idea que a muchos se les antojó como la reacción propia de un equipo en momentos de euforia, se ha convertido ahora en algo más: en la reivindicación del trabajo de un grupo de jugadores en la defensa de un deporte que en Madrid no cuenta con el respaldo de casi nadie.
Lo de menos es si los jugadores se quitarán su diminuto bañador, lo importante es el revuelo que han montado con el anuncio de que dejarán sus cuerpos al desnudo. "Nunca la prensa se había ocupado tanto de nosotros", cuenta Javier Cortázar, el presidente del Canoe, acostumbrado a que le den con la puerta en las narices siempre que pide dinero para sus chicos. Ahora, en cambio, se le acaba todos los días la batería del teléfono móvil.
El Canoe es un equipo de formato familiar en el que presidente, jugadores y entrenador trabajan juntos. Santiago Fernández es quien ha logrado aglutinar este grupo. Desde hace seis años comanda un proyecto deportivo que ha acabado con la hegemonía catalana del waterpolo. El Canoe ha logrado tener una estructura deportiva, pero le falta la económica. Y si no hay dinero, tampoco habrá triunfos.
Rafael Blanco, presidente de la Federación Nacional de Natación de la que depende el waterpolo, recuerda todavía cómo aguardaba, con los nervios a flor de piel, que el teléfondo sonara el pasado verano: "Estaba en el sorteo para la Copa de Europa y, cuando iban a empezar a sacar las bolas, todavía mantenía la esperanza de que Javier Cortázar hubiera encontrado el dinero para jugar la competición". El teléfono no sonó. Ni Gustavo Villapalos, consejero de Educación de Madrid, ni nadie del Ayuntamiento se comprometieron por escrito a subvencionarles. El Canoe necesitaba 10 millones para ir a Europa. Nadie respondió al llamamiento de urgencia y Rafael Blanco comunicó que el equipo español renunciaba a Europa.
En Florencia también estaba Javier Sánchez Toril, el capitán, que se encontraba concentrado con la selección española de Joan Jané. "Cuando me contaron que el club se había retirado de la Copa de Europa, el mundo se me vino abajo. ¿Para qué luchar, entonces?".
Al capitán le contaron desde Madrid que les habían dejado solos. "Acabábamos de romper la hegemonía de Cataluña en este deporte después de 64 años y todos nos decían que estaban dispuestos a ayudarnos. Pero al final nos quedamos en casa".
La Federación Nacional de Natación no había contemplado esta posibilidad. Después del verano de 1999 modificó la normativa. Ahora, si un equipo español renuncia a cualquier competición internacional, recibirá una importante multa económica y quedará apartado de Europa dos años.
El Canoe vive con un presupuesto anual muy ajustado: 35 millones. Sólo recibe siete millones de los fondos del club, el resto llega del patrocinio de la marca de ropa masculina Gan Usa, de la firma de cosméticos inglesa Tigi y del restaurante O grelo, que se encarga de las comidas del equipo cuando hay algo que celebrar.
"Éste es un equipo con un proyecto deportivo con mucho futuro por delante", reflexiona su entrenador. "Hemos ganado la Liga dos temporadas seguidas, pero aquí hay equipo para cinco o seis años más". Pero Santiago Fernández sabe que la continuidad del grupo depende en gran manera de las posibilidades económicas del club. Desde Barcelona han llegado ya ofertas para sus jugadores.
El Canoe se nutre de la cantera, no hay extranjeros. Barcelona tiene el dinero y Madrid fabrica jugadores. Pero los contratos se han impuesto ya, en varias ocasiones, al corazón y muchos se han marchado a los equipos catalanes. Ahora el éxodo puede continuar, sobre todo si el Canoe no encuentra dinero tampoco este año para estar en Europa.
"El waterpolo madrileño ha demostrado que tiene muy buenos jugadores. De hecho, los éxitos de la selección de Joan Jané se deben sobre todo a ellos. La mitad del equipo nacional está compuesto por gente de Madrid", explica Blanco. Los expertos aseguran que la técnica es cosa de los catalanes, pero la raza la ponen los madrileños.
En el día a día, las diferencias son también muchas. Los chicos del Canoe viven todo el año con el cinturón apretado. Ellos no saben qué es eso de viajar con hotel incluido. "Si jugamos a las seis, viajamos a las dos... y vuelta a casa", explica Sánchez Toril. "Sólo se hace una excepción cuando nos toca ir a jugar contra el equipo canario. Hasta en eso nosotros salimos perdiendo porque, salvo nosotros y los de Canarias, todos los clubes de la Liga nacional son catalanes". "Otras veces", añade el entrenador, "no pueden viajar todos".
Como este año no quieren que les pase lo mismo. Los chicos del Canoe están dispuestos a quitarse el bañador para jugar en Europa. Los más coquetos están tomando rayos UVA para igualar el moreno ante su inminente actuación. "Todos estamos en esto", dice el capitán. "Aquí no valen excusas de que si mi novia no me deja....". Una profesora de baile les está ayudando con la coreografía. Javier Cortázar, mientras, sigue haciendo gestiones para lograr 10 millones. "Hay una empresa que parece interesada, veremos", dice. Si no llega el dinero, habrá desnudo. El Canoe sabe nadar contra corriente.
Con el sueldo de Estiarte se pagaría el equipo
Manel Estiarte, la estrella del waterpolo español, gana en el Barceloneta alrededor de 30 millones de ficha, financiada en su totalidad por Adecco. Con poco más del sueldo de Estiarte sobrevive el Canoe.Los jugadores madrileños tienen fichas tipo salario mínimo. "Entre 10.000 pesetas, que sólo les da para el bonobús, y 200.000 pesetas, las estrellas", cuenta Santiago Fernández, el entrenador. Los jugadores de los 10 equipos catalanes que militan en la Liga nacional ganan al menos un 40% más que los del Canoe. Los que poseen la etiqueta de internacionales rondan el medio millón de pesetas al mes y muchos de ellos, además, disponen de la beca ADO que les corresponde por ser medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Los jugadores tipo medio cobran unas 250.000 pesetas.
Las cifras más altas las maneja el Barceloneta, que esta temporada ha invertido 100 millones en hacer un gran equipo, en repescar a Estiarte y a Sans, dos de los grandes del waterpolo. En los últimos 10 años la Liga se la han repartido el Barcelona y el Cataluña.
Los presupuestos de los tres mejores clubes catalanes también superan al del Canoe. El Club Natación Barcelona dispone de unos 52 millones, el Barceloneta de 85 millones y el Cataluña de 50 millones. Este mayor poder adquisitivo del waterpolo catalán ha permitido a estos clubes hacerse con algunos de los mejores jugadores de Madrid, como Jesús Rollán que fichó en el Cataluña; Pedro García, que lo hizo por el Terrassa, y Salvador Gómez, Chava, ahora en el Barceloneta.
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