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EUROCOPA 2000

Alemania dispara contra Matthäus

El capitán amenaza con marcharse, pero Ribbeck le convence para que continúe

"Si le dan 15 metros de ventaja, seguro que Matthäus le gana al sprint a Hagi". Este chiste fácil del famoso comediante alemán Harald Schmidt ha sido celebrado con risas por casi toda Alemania, que no tiene reparo en disparar contra una de sus leyendas, el hombre que ha sido más veces internacional en la historia del fútbol -148-, el mismo que ha disputado cinco Mundiales y cinco Eurocopas. No hay piedad con la decadencia de los mitos.La prensa, los aficionados e incluso sus propios compañeros entienden que ha llegado la hora de la retirada para Lothar Matthäus, de 39 años. Sobre todo después de su pésimo partido ante Rumania el pasado lunes (1-1). Le piden que se marche y a punto ha estado de hacerles caso. El Bild Zeitung publicaba ayer que Matthäus quiso dejar la concentración alemana en Bélgica y reunirse en Nueva York con su novia Marem, una aspirante a actriz de 22 años que es hija del médico del Bayern y de la selección. Sólo la firmeza del seleccionador, Erich Ribbeck, que sigue confiando en la experiencia y la calidad de Matthäus, evitó la fuga del gran capitán.

De nada le sirve a Matthäus recordar que acaba de salir de una lesión muscular que arrastra desde la preparación en Mallorca para la Eurocopa. El Frankfurter Rundchau habla del "caso geriátrico" de Matthäus y el ex ayudante de Ribbeck, Uli Stielike, asegura que todos los males de Alemania parten de su capitán. Stielike, de hecho, abandonó la selección porque no pudo convencer a Ribbeck de que prescindiera tanto de Matthäus como de la tradicional demarcación alemana del hombre libre (el ex jugador del Madrid propone jugar con un 4-4-2).

Los enemigos de Matthäus se multiplican, incluso desde el interior de la selección. Los jugadores no quieren a Lothar -o así lo filtran a los periodistas amigos-, aunque pocos se atreven a decirlo en público. Hay insinuaciones, como la del guardameta Oliver Kahn. "Si seguimos jugando así, defensivamente, me voy", dijo tras empatar con Rumania. Sólo el centrocampista Didi Hamann, ex del Bayern y ahora en el Liverpool, apoya abiertamente al futbolista más veterano del torneo. Son amigos. Alemania es un equipo viejo -la media de edad del once que se enfrentó el lunes a Rumania es de 30 años-, pero los seleccionados alemanes entienden que Matthäus lo envejece aún más.

Al ex capitán del Bayern siempre le acompañó la polémica y los enfrentamientos con sus compañeros: si se perdió la última Eurocopa, la de Inglaterra '96, fue porque los dos líderes de aquella selección, Jürgen Klinsman y Matthias Sammer, lo evitaron. Klinsman, que venía del Tottenham, acusó a Matthäus de egoísta, de no querer saber nada del team spirit, el espíritu de equipo que el rubio delantero había vivido en Inglaterra.

El problema es que Matthäus no encuentra la hora de colgar las botas. Probablemente porque no sabe hacer otra cosa. Su vida es el fútbol. Debutó con la selección nada menos que en la Eurocopa de Italia'80, hace ya 20 años, en el campeonato en el que Schuster apareció como gran figura. Le gustaría ser entrenador, pero no ha empezado a prepararse para ello. Quizá obtenga un puesto en la federación alemana. Pero antes cumplirá su año de contrato con el New York Metro Star, el equipo estadounidense al que se marchó en marzo después de haber vapuleado con el Bayern al Madrid en la segunda fase de la Liga de Campeones. En EE UU apenas si jugó, pero curiosamente el Bayern acusó mucho su marcha, como muy bien pudo comprobar el Madrid en las semifinales continentales.

Alemania se mide el sábado en Charleroi a otro león herido, Inglaterra, y el viejo Matthäus tendrá probablemente otra oportunidad de reivindicar su buen nombre. Y de devolver algunos golpes bajos. Ante Portugal, el día 20 en Rotterdam, Matthäus alcanzará, si lo alinea Ribbeck, la mítica cifra de 150 partidos internacionales. Pero si juega mal y Alemania es eliminada, lloverán más chistes a su costa.

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