Los docentes del IES Llanes reciben el premio Meridiana por impartir pedagogía coeducativa Cuando los niños y las niñas se reconocen como iguales se evita la violencia en las aulas
La implantación de la escuela mixta en los años 70 supuso un gran avance para la educación de las mujeres, pero no corrigió los estereotipos vigentes. En los años ochenta fue la escuela coeducativa la que propuso establecer mecanismos correctores para evitar la discriminación entre sexos. Hoy, la coeducación, como propuesta pedagógica, ha caído en desuso. En Sevilla, sin embargo, el colectivo Estamos por la Coeducación, perteneciente al IES Llanes, lleva siete años luchando para que los 1.200 alumnos se relacionen como personas iguales. Ahora acaban de recibir el premio Meridiana por su labor. "En el instituto se respira ya coeducación", dice María Jesús Luque, la coordinadora del grupo.
Son 13 profesoras y tres profesores en el grupo; en el claustro, 87. "Pero los 16 que estamos en esto hemos conseguido que sean muchos más los que colaboren", asegura Lourdes García, profesora de Educación Física, y miembro, desde sus orígenes, del grupo de trabajo dedicado a desarrollar los planes coeducativos del instituto. La coeducación pretende la corrección de los estereotipos sexistas para promover la igualdad entre los sexos.Precisamente, el patio en el que trabaja Lourdes es uno de los espacios que generan más conflicto entre niños y niñas. Después, en el aula, vendrá la reflexión. Porque, ¿de quién es el patio?, se preguntan las chicas, mientras ven como sus compañeros se apoderan de él. Los chicos, mientras unas y otros reflexionan en alto, en el aula, asienten. Ellos reconocen que sus compañeras tienen razón.
Estamos por la Coeducación, se reúne periódicamente y trabaja avalado por el Centro de Profesores de Sevilla. Su actividad se desarrolla en tres campos. "Lo primero es la autoformación", apunta Lourdes. "Consideramos que los estereotipos culturales están tan arraigados en cualquier persona, sea ésta hombre o mujer, que su interiorización, y posterior reproducción, es casi automática. Por eso entendemos que quiénes se dediquen a educar en valores de igualdad deben estar permanentemente formándose", explica.
Su compañera Puri Huertas, profesora de la rama de Sanitaria, comenta a su vez, cómo intervienen ellas sobre el alumnado. En su opinión, "cualquier área pedagógica es susceptible de ser abordada con códigos coeducativos". Sin embargo, reconoce que el asunto es muy delicado y muy difícil porque a los hombres -en este caso a los niños-, en cuanto se les plantea que reflexionen sobre estas cuestiones y cambien los valores "se ponen a la defensiva". "En definitiva, creen que van a salir perdiendo", concluye.
Pero para desmentirlo está Diego Gil, profesor de Francés, y también miembro del grupo coeducativo. Gil lo tiene muy claro: "Desde que trabajo en temas de igualdad, no sólo aprendo, sino que soy más feliz".
Lo más difícil es sensibilizar al alumnado, concienciarlo, conseguir que se conviertan en personas críticas con capacidad para elegir.
Las mujeres no vuelan
Contarles a las niñas y a los niños la historia oculta de las mujeres es también un arma infalible para que reconozcan cómo se han hurtado las verdades, según y como han querido los hombres. Lourdes García les dice, por ejemplo, que hubo un tiempo en el que las mujeres no podían ser pilotos aéreos porque "no era correcto que una mujer se subiese a un avión con un hombre". O cómo han tenido que luchar para poder ser deportistas, pues, hasta hace muy poco tiempo, una mujer deportista era considerada, cualquier cosa menos mujer.
No sólo la enseñanza de las asignaturas o el papeleo del centro es un modelo coeducativo. También trabajan con artículos de prensa, con vídeos, con anuncios y programas de televisión. Cualquier material les sirve en este instituto para ahondar en la reflexión sobre la desigualdad de los sexos.
El Día de la Mujer en el Llanes es un día muy especial. Se celebra más que en cualquier otra parte. Organizan teatro y hacen exposiciones; alumnos y alumnas practican y muestran su aprendizaje coeducativo. "Después de siete años hemos conseguido que nuestro alumnado, cuando llega a los estudios superiores, elija hacer trabajos con estos temas", comenta con satisfacción Lourdes García.
La coeducación no es una propuesta excluyente. "Pretendemos coger lo mejor de cada género", recuerda la coordinadora. También al alumnado le ayuda a hacer visibles aquellos valores que los hombres han ocultado. El mundo de las emociones y el reconocimiento del otro, son sólo dos de estas propuestas coeducativas. "Y en esa línea de reflexión", reivindica Puri Huerta, "si la docencia se impartiese desde estos parámetros, se evitarían, primero, muchos conflictos en los centros escolares y, después, gran parte de la violencia doméstica". "En definitiva", concluye, "les estamos enseñando a vivir mejor".
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