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Johnson vuelve a volar en Sevilla

El plusmarquista mundial ganó los 200 metros en 19.91 segundos

Michael Johnson volvió a volar sobre la pista sevillana del estadio de la Cartuja, donde el pasado mes de agosto asombró una vez más con el título y el récord mundial de 400 metros (43.18 segundos). Esta vez escogió los 200, en los que posee la plusmarca desde los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 (19.32) y su exhibición acabó en 19.91, siempre por debajo de los 20 segundos. Es algo sólo reservado para los privilegiados como él, que se permitió en marzo correr en Suráfrica en 19.71 y batir el récord mundial de la atípica distancia de 300 para que su dominio entre la media y la pista completa sea absoluto.Apenas necesitó 50 metros para coger la compensación en la curva al nigeriano Francis Obikwelu, un hombre que hizo precisamente en una de las semifinales de los Mundiales sevillanos 19.84 y luego fue bronce. Pero Johnson sigue corriendo como nadie, volando a poca altura, sin levantar las rodillas, con su estilo económico casi increíble, que hasta le lleva a tomar las curvas con una inclinación perfecta, sin crispación alguna. Un portento. Su ventaja a la entrada de la recta fue ya enorme y al final sacó ¡34 centésimas¡ más de 10 metros, al brasileño Claudinei da Silva, subcampeón mundial tras Maurice Greene. Johnson no corrió los 200 en Sevilla, pero sí lo hará en Sydney, donde aspira a dos medallas más, tres en total, en 400 y en el relevo 4 x 400. Pero antes deberá clasificase en las habituales y terroríficas eliminatorias estadounidenses, que este año serán en Sacramento. Es lo que más teme.

Johnson eclipsó a las otras estrellas de la reunión. El marroquí Hicham el Guerruj se paseó en los 1.500, con 3.33.48 minutos y el duelo Iván Pedroso-Yago Lamela no existió. El cubano pasó de los 8 metros, pero con unos modestos 8.08 para él, y el asturiano sólo fue sexto, aunque cumplió llegando a 7,82 en su regreso tras la lesión del final de la temporada pasada. Tiempo habrá para citas más importantes. Niurka Montalvo, por su parte, también hizo su trabajo del momento saltando 6,66.

El keniano Noah Ngeny, plusmarquista mundial de 2.000 metros y subcampeón mundial de 1.500 tras El Guerruj, ganó con 7.35.46 los 3.000 que debió correr al ser desplazado del kilómetro y medio. El marroquí no quería rivales molestos en estas fechas tempranas como él o Reyes Estévez, que se perdió ayer.

La reunión también tuvo momentos decepcionantes como el 100 metros masculino, donde se rozó el escándalo. La polémica por las salidas volvió a quedar servido. Hasta siete se produjeron, una exageración que abre cada vez más la duda de que se producen no tanto porque los atletas se muevan en los tacos como por la excesiva retención de los jueces en dar las salidas. Con la tensión que supone esa prueba tampoco se puede pedir a los velocistas que pasen de ser tramposos a equilibristas con pulso de hierro. Los árbitros también se equivocan y por mucho que la técnica mejore, algo humano siempre queda para errar.

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