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EUROCOPA 2000

Dos menores que se reconocen como tales

Bélgica, que hoy arranca ante los incómodos suecos, se da por satisfecha con llegar a cuartos

Santiago Segurola

En el viejo Heysel -o nuevo estadio Rey Balduino- habrá el calor futbolístico que no se observa en Bruselas, una ciudad mucho más circunspecta que Amsterdam, donde se huele la inminente Eurocopa en los bares y plazas, festoneados con banderolas naranjas y el Hup Holland en todas partes. Los belgas no disfrutan demasiado con el fútbol en estos días. Su selección apenas ha dicho nada desde su cuarto puesto en el Mundial de México 86. Sin embargo, el papel de anfitrión en la Eurocopa ha despertado algunas esperanzas en los aficionados, que comenzarán a medir el estado de su equipo esta tarde frente a Suecia, un país que ha pasado por etapas gloriosas -especialmente a finales de los años 40 y en la década de los 50- y por periodos de letargo.Si quedan esperanzas entre los belgas se debe a la sorprendente trayectoria de su equipo durante el últimos año. Tras la derrota frente a Finlandia (3-4) en agosto del pasado año, el seleccionador Georges Leekens fue destituido en medio de un clima depresivo. Bélgica se había convertido en un paria del fútbol. No sólo jugaba mal, sino que la posibilidad de redimirse parecía imposible. No se veía ningún jugador joven, nadie capaz de restaurar el interés por una selección que había contado con jugadores como Van Himst, Van Moer o Ceulemans. El panorama era aterrador. Allí estaban los De Wilde, Claesens, Van der Elst y Staelens de toda la vida. Casi todos al borde de los 35 años. ¿Cómo podía esperarse algo decente?

Robert Waseige, 60 años, se hizo cargo de la selección en unas circunstancias penosas. Tampoco parecía el hombre más adecuado para devolver la ilusión a la gente. Lo más sonado de su palmarés era un título de Copa con el FC Lieja en 1990. Sin embargo, algo cambió en Bélgica. Al menos, los resultados. En su primer partido de la era Waseige, empató a cinco con Holanda, uno de los resultados más desconcertantes de los últimos años. Por si acaso, Bélgica confirmó su rebrote con una victoria en Italia (1-3). Con semejante cadena de goles, Waseige fue ratificado como seleccionador hasta el año 2002.

El entrenador belga dice que se sentiría muy satisfecho si su equipo pasa a los cuartos de final. "Para nosotros sería un éxito", señala. No quiere que al equipo le supere optimismo. Eso se lo deja a los holandeses. Con su nuevo 3-5-2, Waseige confía en la puntería de De Bilde y en el oficio de Wilmots, un excelente jugador que no ha recibido el crédito que merece después de su larga trayctoria en el Schalke 04.

Suecia viene de jugar contra España. El equipo practica un juego a la inglesa que no tiene nada que ver con sus mejores tiempos, cuando Carlsson, Gren, Nordahl y Liedholm eran la envidia de Europa. Tras quedar tercero en el Mundial de Estados Unidos, los suecos han bajado el perfil. Se trata de una selección incómoda para los rivales, como puede atestiguar Inglaterra en la fase de clasificación. En la defensa predominan veteranos como Roland Nilsson y Bjorklund (Valencia). En la izquierda, Sundgren es de los jugadores con más clase. En el medio campo, Ljunberg (Arsenal) es el futbolista con más nombre, pero el mejor es Alexandersson, fino centrocampista del Sheffield Wednesday que frecuenta otra onda que el gigantesco Kenneth Andersson, referencia obsesiva del equipo. Este Andersson cabecea todo lo que le tiren. Con los pies pasa bastantes dificultades, cosa que importa poco porque el equipo sólo le necesita por alto para rematar o para que ofrezca la posibilidad de los rechaces.

Por las referencias de los últimos partidos, Suecia se mueve en guarismos muy cortos. Gana por poco, y lo mismo hace cuando pierde. Su objetivo será aplacar el nuevo entusiasmo ofensivo belga y ganar terreno en la primera ronda como las pulguitas: pasito a pasito.

"No tenemos mucha calidad"

Dos mil aficionados belgas acudieron el pasado jueves al entrenamiento de los diablos rojos. Al término del ensayo, los medios de comunicación les dieron una ducha fría que despejó toda su euforia. Lorenzo Staelens, el veterano (36 años) jugador de la veteranísima selección belga lanzó la siguiente misiva: "No tenemos calidad suficiente para ganar la Eurocopa, nos falta experiencia, hace mucho que no logramos un buen resultado en una competición importante y si conseguimos llegar a cuartos de final no se nos podrá pedir más". El arranque de sinceridad de Staelens -un jugador con 66 partidos internacionales en la mochila- fue aún más sorprendente cuando el líbero del Anderlecht atribuyó su pesimismo a la "juventud del equipo". Bélgica tiene siete jugadores que superan los 30 años, aunque es cierto que tanto Staelens como sus compatriotas están acostumbrados a presentar plantillas con más arrugas.Staelens sólo vaticinó un rumbo más optimista si Bélgica gana el choque inaugural, "porque en los últimos años hemos desilusionado tanto a nuestros seguidores que sólo un comienzo espectacular nos garantizaría el apoyo necesario".

Suecia: dos entrenadores y siete alineaciones

Suecia es la única selección participante que tiene dos entrenadores: Tommy Söderberg y Lars Lagerbäck. Un hecho curioso sobre el que sólo Söderberg ha reflexionado. Pero en voz baja, ante la página web oficial del torneo, no ante los periodistas. Un hecho muy habitual ya en esta Eurocopa. El caso es que Söderberg, reclinado en una elegante silla de madera en el porche del hotel donde está concentrado el equipo sueco, en Oisterwijk, al sur de Holanda, ha explicado que "Lars es el genio táctico", mientras que él es "el hombre de los jugadores". Tommy fue un jugador modestísimo y tiene una amplia experiencia como técnico. Lars no hizo carrera como futbolista y es licenciado en Ciencias Políticas. Se conocieron en un curso para entrenadores en Estocolmo y desde entonces no se han separado. "Lars tiene una formación académica y por ello su enfoque del juego es muy sistemático y muy táctico; yo he sido jugador y por eso soy el enlace con los jugadores". Söderberg tiene más motivos para apostar por el dúo: "Trabajar en un campo de entrenamiento es una situación laboral muy complicada, no es lo mismo que estar sentado en una oficina ante un ordenador; porque dar instrucciones a 22 jugadores al mismo tiempo es muy difícil". Tommy también ve otro aspecto fastidioso cuando se trabaja solo: "No puedes comentar tus progresos con nadie".

El problema de entrenar a dúo es que las opiniones se multiplican, por lo que Tommy advierte de que en este campeonato Suecia "tiene siete alineaciones posibles", una vez que tanto él como Lagerbäck han escrutado las distintas posiciones de cada uno de sus jugadores. Sin duda, cuatro ojos ven más que dos.

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