El PNV prepara el relevo de Arzalluz al frente de la ejecutiva en los próximos meses
El PNV se prepara para abordar a medio plazo el relevo del presidente de su ejecutiva, Xabier Arzalluz. Los rumores sobre una posible dimisión de Arzalluz con carácter inmediato fueron desmentidos ayer por el Euzkadi Buru Batzar (EBB), cuya comisión permanente estuvo reunida toda la tarde, pero el debate está abierto. El presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, admite que el relevo es una cuestión interna, para la que pide respeto. En la ejecutiva del PNV se está imponiendo la opinión favorable a romper los pactos con EH y recuperar el diálogo con el resto de las fuerzas democráticas.
La ejecutiva del PNV mantuvo en mayo pasado, en plena ofensiva de ETA, cuatro reuniones muy duras y críticas con Xabier Arzalluz y con el portavoz del partido, Joseba Egibar. Estas conversaciones llevaron a Arzalluz a efectuar en voz alta la reflexión de que "ha llegado el momento adecuado para hacer el cambio". "Sería conveniente", añadió el líder del PNV, según fuentes del partido, "abrir un proceso y buscar una fecha significativa para que este relevo se produzca".Aunque no se han precisado las fechas ni los acontecimientos que enmarcarían la retirada de Arzalluz, se apunta la posibilidad de aprovechar el Alderdi Eguna (Día del Partido) que celebra cada año el PNV el último domingo de septiembre, u otra fecha que podría ser antes de fin de año, por ejemplo con ocasión de otra efemérides del partido. El presidente de la ejecutiva del PNV cumplirá 68 años el 24 de agosto.
En cualquier caso, el mero inicio del proceso que llevará al relevo de Arzalluz significará ya su paso a un segundo plano. El PNV dejará que sea el lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien lidere a partir de ahora -cuando ETA lleva cometidos ya cinco asesinatos tras la ruptura de la tregua- las iniciativas de pacificación y recuperación del diálogo con las restantes fuerzas políticas. Un diálogo en el que, como ha significado Iñigo Urkullu, máximo responsable del partido en Vizcaya, el PNV no volverá a ir solo.
La ejecutiva del partido ha decidido también -y según la misma fuente, tiene un acuerdo sellado con EA- no adelantar las elecciones autonómicas, para tratar de dar tiempo al lehendakari a intentar la aproximación del Gobierno vasco al PSE-EE. En este marco de cambio, Ibarretxe aprovechó ayer una comida con empresarios vizcaínos para anunciar en público la política de borrón y cuenta nueva. El lehendakari reiteró que hay que superar tanto el pacto de Ajuria Enea como el de Lizarra.
El momento se considera propicio, toda vez que el PNV terminó el 20 de mayo su proceso de renovación interna con la elección de las ejecutivas regionales y sus presidentes, incorporados al EBB dos días después. Las dos reuniones de la ejecutiva del PNV anteriores al 20 de mayo, es decir, las celebradas los días 8 y 15 de mayo, inmediatamente después del asesinato de José Luis López de Lacalle (el día 7), fueron ya turbulentas y muy críticas con Egibar y Arzalluz. La del lunes pasado registró también una confrontación tensa en la que quedó muy clara la mayoría de quienes apuestan por el cambio, aun poniendo cuidado en no desautorizar a nadie y asumir como colectivos los errores.
Las críticas provienen de una alianza entre la ejecutiva vizcaína, presidida por Urkullu, y el grupo parlamentario de Madrid, con Iñaki Anasagasti a la cabeza, contra el núcleo guipuzcoano que encabeza Egibar, con descalificaciones virulentas a la estrategia ejecutada por éste. El propio Arzalluz advirtió recientemente sobre la aparición en el seno del partido de "escopeteros" contra el portavoz Egibar. El mismo presidente se ha visto cuestionado y en una cierta soledad en varias ocasiones: sus declaraciones, a mediados de mayo, contra el ministro del Interior, Jaime Mayor, por el asesinato de Fernando Buesa, le supusieron, a decir de las fuentes consultadas, un encontronazo con Anasagasti.
En este mes se ha dejado ver la beligerancia interna, aunque nadie quiere plantear el cambio de rumbo en términos de ruptura. Todo ello ha llevado al nuevo EBB a constatar el agotamiento del proceso y la inevitable apertura de una nueva etapa. Las posiciones defendidas por la totalidad de los principales responsables institucionales del PNV, desde Josu Bergara, diputado general de Vizcaya, a Román Sudupe, diputado general de Guipúzcoa, pasando por Juan María Atutxa, presidente del Parlamento vasco, y el propio lehendakari, se saben bien ancladas en el seno de la dirección peneuvista. Al mismo tiempo, convierten en imposible la permanencia en ésta de quienes defienden las posiciones mantenidas hasta ahora. La máxima preocupación en el PNV es tener bajo control la situación y evitar choques que deriven en una crisis de consecuencias incalculables.
Ayer mismo, el ex diputado general y actual portavoz del PNV en las Juntas Generales (Parlamento provincial) de Álava, Félix Ormazabal, resaltaba que el PNV ha tenido "una gran paciencia y tragado mucha bilis" y consideraba llegado el momento de "decir ¡basta ya!". Ormazabal se unió a las voces favorables a la ruptura "inmediata" de todo acuerdo con EH, informa Eduardo Ortiz de Arri. La ejecutiva provincial se apresuró a señalar que se trata de una opinión personal.
La permanente del EBB se mantuvo reunida ayer durante todo el día. Hoy, Joseba Egibar comparecerá en una rueda de prensa, programada con anterioridad, para presentar las enmiendas del PNV y EA a una proposición parlamentaria socialista.
Se espera con interés también el pronunciamiento que Arzalluz prometió el pasado lunes tras la concentración contra el asesinato de Jesús María Pedrosa. El presidente del EBB anunció que hablaría "una vez finalizado el luto" por el concejal asesinado. Arzalluz presenta hoy en la biblioteca Bidebarrieta, de Bilbao, el libro Buenos días, Euskadi, del magistrado Joaquín Navarro.
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