Otros ejemplos históricos: AT&T y Standard Oil
La justicia del último siglo en EEUU ha dictaminado en varias ocasiones la segregación de una compañía como castigo a sus desmanes monopolistas. Desde la entrada en vigor de la Ley Sherman en 1890, sólo los acuerdos extrajudiciales han impedido que la división obligada culminara los grandes procesos antimonopolio de la historia.En 1911, el Supremo dio la razón al Gobierno al determinar que John D. Rockefeller había logrado para Standard Oil, un monopolio ilegal y anticompetitivo. El caso era muy diferente al de Microsoft porque a Standard Oil se le acusaba de haber construido su imperio absorbiendo a la competencia a golpe de talonario; Microsoft, según el juez, ha construido el suyo a golpe de amenaza y de boicoteo tecnológico. Las leyes antimonopolio segregaron en diferentes compañías los negocios de refinería y de distribución de petróleo, y de allí nacieron las siete hermanas (entre ellas, Amoco, Mobil, Chevron o Exxon). Éstas no sólo incrementaron su valor, sino que hicieron todavía más rico al que ya era el hombre más rico del mundo.
Otro monopolio
Es más complejo el análisis del caso AT&T, cerrado con un acuerdo extrajudicial en 1982. La empresa, acusada de un monopolio inexpugnable en telefonía, aceptó quedarse como proveedor de larga distancia y permitir la disgregación de siete pequeñas compañías locales, las famosas baby bells. De ahí nacieron nuevos monopolios que aún perduran en mercados locales de EEUU. [Precisamente ayer, AT&T anunció que se replantea su decisión de elevar el precio de las llamadas de larga distancia, segmento en el que domina el mercado, a todos aquellos consumidores que no se adscribieran a sus programas especiales de precios. La decisión forma parte de la batalla de AT&T contra las operadoras regionales, que ya pueden prestar todo tipo de servicios de larga distancia]
En el caso Microsoft, la acusación todavía fue más lejos al comparar el proceso a otro histórico de este país: el de American Tobacco en 1946. En este caso, la justicia demostró que la compañía tabacalera conspiró para conseguir y proteger un monopolio construido con prácticas que bordeaban lo mafioso: compraban tabaco que no necesitaban, y lo destruían para quitárselo a la competencia.
El caso Microsoft guarda más paralelismos con IBM, enfrentada a los mismos cargos en 1967. Tardó 13 años en cerrar la demanda (la más extensa y compleja de la historia), pero ganó. Justicia le acusaba de vender unidos ordenadores y programas para evitar la competencia. Su cuota de mercado era del 65%, inferior a la de Microsoft.
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