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BALONCESTO Final de la Liga ACB

El Madrid cambia la historia en el Blaugrana

Heroica remontada del equipo de Scariolo que gana la Liga gracias a una extraordinaria actuación de los hermanos Angulo

Robert Álvarez

Cuando peor estuvo mejor jugó y, desde una situación que amenazaba ruina, el Real Madrid construyó ayer una victoria que basta para cambiar la historia moderna del baloncesto español. Era el momento y la situación idónea para hacerlo, en el partido decisivo de la final, en la pista del Barcelona, del campeón, en el terreno inexpugnable del equipo que había ganado cuatro de los cinco últimos títulos. Era la encrucijada que tenía que pasar por fuerza el Real Madrid para volver a ganar una Liga que no tocaba desde que Sabonis se la diera en 1994. El varapalo fue tremendo para el Barça, de lo más acostumbrado a resolver en este tipo de situaciones y que por momentos refrendó esa impresión de que era imparable para un equipo madridista al que dominó por nueve puntos en muchas fases del primer tiempo y por once puntos en el segundo. Hasta que no se llegó al último cuarto de partido no se revirtió la situación.La actuación de los hermanos Angulo fue la que sostuvo primero y transportó después a la gloria al Real Madrid. Se superó el equipo de Scariolo para paliar la aportación simbólica del maltrecho Herreros y las dificultades de Djordjevic para encontrar aro: durante 34 minutos estuvo su cuenta a cero a pesar de que, como siempre, la inteligencia de su juego le hizo vital para su equipo, por no decir su facilidad para resolver en los instantes realmente decisivos, cuando el Madrid dio el tirón final.

BARCELONA 73REAL MADRID 82

Barcelona: Nacho Rodríguez (10), Digbeu (8), Gurovic (11), Alston (4) y Dueñas (10) -cinco inicial-; Juan Carlos Navarro (7), Goldwire (15), Elson (6), Gasol y Rentzias (2). Real Madrid: Djordjevic (10), Alberto Angulo (19), Lucio Angulo (12), Struelens (15) y Scott (16) -cinco inicial-; Galilea (2), Herreros (1), Betts (4), Mijailov (3) e Iturbe. Árbitros: Betancor, De la Maza y Llamazares. Excluyeron por cinco personales a a Gurovic, Alston y Struelens. Palau Blaugrana. 8.000 espectadores. Quinto partido de la eliminatoria final. Antes de que acabara el partido, cayeron numerosos objetos al parqué sin que los árbitros detuvieran el juego. Alberto Angulo fue declarado el jugador más valioso.

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El Madrid tuvo la paciencia para soportar el ensañamiento del Barça que, de haber podido, aún hubiera echado más leña al horno en un Palau Blaugrana de lo más encendido. Fue en aquellas condiciones extremas, en un partido sin más vueltas y ante un rival de lo más exigente cuando salió a relucir el mejor Madrid, el que estaba a punto de concluir su tercera temporada consecutiva en abstinencia de títulos. Pero por dos veces superó el equipo madridista las embestidas del Barça. Cuando la defensa del Madrid logró fijar sus posiciones y evitar encajar canastas fáciles, el Barça se encasquilló. El Madrid logró dos parciales de 0-10 (del 48-37 al 48-47 y del 62-55 al 64-67) que primero hizo entrar en dudas al Barça y que acabó haciéndole perder toda perspectiva sobre el partido.

El equipo azulgrana es un equipo feroz, con un sistema de juego directo: rebote, contraataque, triples, defensa asfixiante... Cuando el juego pinta así no hay quien lo pare. El Real Madrid casi lo consiguió y ese fue su mérito en momentos en los que Alberto Angulo primero y Lucio Angulo después mantuvieron vivo a un equipo que por momentos necesitó respiración asistida.

El Barça se entregó a fondo en unos primeros minutos en los que explotó la defensa a ultranza de Digbeu sobre Alberto Angulo y su desacostumbrado acierto en los lanzamientos triples: cinco anotó en sus nueve primeros intentos. Nacho Rodríguez apenas dejó recibir a Djordjevic y el Barça se sintió muy a gusto a pesar de que apenas utilizó de entrada a sus torres: Alston y Dueñas.

La exigencia que requirió el partido fue extrema para el Real Madrid, que pronto vio como se abría la brecha que lo alejaba del título. Siete (17-10), hasta nueve puntos (34-25) cedió. No encontraba la forma de ajustar los marcajes sobre los jugadores exteriores del Barça, a los que además trató en principio de frenar con unos emparejamientos poco naturales: Djordjevic se encargó de Gurovic y Alberto Angulo de Nacho Rodríguez.

Pero después de un rifirafe entre Scott y Dueñas y de una racha de Lucio Angulo, el Madrid acabó por convencerse de sus posibilidades. Fue cuando Djordjevic empezó su particular recital. En esos momentos decisivos, el serbio fue imparable. Y el Madrid, roto el ritmo de juego del Barça, no perdonó.

Djordjevic: "Pagamos todas las cuentas"

Y Sasha Djordjevic se plantó frente a la puerta de salida de la pista, levantó los brazos y extendió los dos dedos índices hacia la hinchada del Palau, la que fue en su día su afición, para celebrar el triunfo esta vez del Madrid. Un acto que Nacho Rodríguez, excompañero y buen amigo suyo, no entendió o consideró una provocación, así que optó por empujarle de mala manera y meterle hacia adentro, camino de los vestuarios, alejado de la afición, en un intento quizá de evitar males mayores.Hubo un segundo enfrentamiento, aunque no físico, sino dialéctico entre los dos entrenadores cuando Aíto García Reneses pareció reprender a Sergio Scariolo su actuación en la serie, especialmente por sus declaraciones antes del partido, quejándose de la defensa azulgrana.

La cancha del Palau Blaugrana, sin embargo, quedó pronto vacía, con uno y otro equipo recogido en su vestuario. Fiesta en el del Madrid y llanto en el del Barça mientras en la grada se producían varios incidentes. Lorenzo Sanz Durán, presidente de la sección de baloncesto del club blanco, se quejó del trato recibido. No le quedó otro remedio al Madrid que recibir el trofeo de campeón en su vestuario.

"No me molesta que me piten", expuso Djordjevic. "Es normal que se expresen como lo han hecho", prosiguió. "Pero mi tarea era darlo todo por el equipo en el que juego. Lo haré con todos los que vaya a jugar hasta el final de mi carrera". Y remachó: "Espero y creo que la temporada que viene voy a seguir en el Madrid"

"El mérito ha sido de todo el equipo", agregó Djordjevic. "Hemos sabido aguantarlo todo: las lesiones, los cambios de jugadores, la crítica. Todo el mundo estaba encima del Madrid, pero sumimos superar la presión pese a ser un equipo nuevo, un proyecto nuevo. Pagamos todas las cuentas pendientes. Estamos orgullosos".

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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