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Reportaje:CICLISMO

Ya huele a Tour en Francia

López de Munain gana el prólogo de la Dauphiné Libéré por delante de Armstrong

Carlos Arribas

Después de largos meses de espera e ilusión, de desesperación porque las nuevas modas del ciclismo impiden a los campeones del Tour competir en los meses de primavera, por fin llegó junio, por fin huele a Tour en el ciclismo europeo. Ha empezado la Dauphiné Libéré, la carrera francesa que marca el comienzo de la preparación final y los grandes campeones han empezado a asomarse por la parte alta de las clasificaciones. Y si el sábado, cuando la espectacular victoria de José María Jiménez en la Clásica de los Alpes, fueron Lance Armstrong, el norteamericano que ganó el Tour del 99, y Fernando Escartín, el aragonés que terminó tercero, quienes le flanquearon en el podio, ayer, concluido el corto (3,6 kilómetros), duro (un repecho de 1,6 kilómetros con tramos al 20% era la parte fundamental) y espectacular (el recorrido era simplemente la subida a la Bastilla medieval de Grenoble) prólogo de la Dauphiné Libéré, al lado del sorprendente y extraordinario ganador, el vitoriano Alberto López de Munain, eran Armstrong, de nuevo, Jiménez, también, y el suizo Alex Zülle (segundo en el Tour pasado) quienes estaban. Gente Tour. Gente española. El ciclismo ya va en serio.El triunfo de López de Munain, buen tallo (1,83 metros) y delgado (61 kilos) fue sorprendente, pero menos. No en balde, el corredor del Euskaltel-Euskadi ya se había ilustrado, hace menos de un mes, ganando otro duro, corto y espectacular prólogo de la Vuelta a Asturias, la ascensión al Naranco. Su victoria se inscribe en la dinámica de éxito en que se ha instalado el equipo dirigido por Julián Gorospe, un conjunto que no participará en el Tour y que se puede permitir el lujo de exprimir al máximo el ideal momento de forma por el que pasa sin pensar en guardar algo para julio. El equipo, además, se ha especializado en las carreras contrarreloj: la de López de Munain en Grenoble es la cuarta del año, tras la de Martínez Trinidad en Portugal, la de Haimar Zubeldia en la Bicicleta Vasca y la propia de Munain en Asturias.

Pero por debajo de la excepción del Euskadi laten todos los que aspiran al Tour, para quienes la dura Dauphiné es una prueba formidable. O para casi todos. Para Pantani, que se ha afinado en su Giro, no. Ni para Fernando Escartín, que con el Kelme bueno se reserva para la Volta a Catalunya. Tampoco para Jan Ullrich, quien el sábado no llegó ni a la salida real (se retiró, con fuertes dolores en la espalda durante el mínmimo trayecto que va de la salida ficticia al kilómetro cero) y que, un año más, una vez más, vuelve a rodearse de interrogantes ya con el Tour, que se corre del 1 al 23 de julio, a la vuelta de la esquina. Y ni mucho menos esta en Francia el gran fantasma del ciclismo mundial, Frank Vandenbroucke, quien ha vuelto a pegarse con su equipo y no se sabe si correrá las vueltas a Luxemburgo y Suiza.

El lado serio y formal sí que está en la Dauphiné, dispuesto a un ensayo general con casi todo y en casi todos los escenarios del Tour. Con tres puntos de referencia especiales: el miércoles, la dura contrarreloj por las ondulantes tierras de Saint Etienne; el jueves, la llegada al lunar Mont Ventoux, a más de 2.000 metros, lugar al que también rendirá visita el Tour en julio, y el sábado, la trilogía alpina de Allos, Vars e Izoard, la etapa reina también en el Tour. Está Lance Armstrong, quien afirma que, superada sin secuelas la caída sufrida en Lourdes, está mejor que el año pasado, aunque no quiere matarse a esfuerzos no fuera que perdiera la forma; está Alex Zülle, afinando poco a poco las piernas y la cabeza, la moral; están Jalabert y Olano, los líderes del ONCE, que llegan cortos de forma tras el parón de mayo y que a duras penas se paran a obedecer a Manolo Saiz, quien les ha dicho que no se pasen en la Dauphiné. Jalabert, insaciable y en el territorio que mejor se adapta a su clase explosiva, acabó sexto en el prólogo, a 18s de López de Munain, y Olano, menos en su terreno, 28º, a 59s. Y está, que nadie lo olvide, Joseba Beloki, el español revelación del año, segundo en la Vuelta a Romandía tras una gran victoria contrarreloj, y ganador de la Vuelta a Asturias, con una magistral ascensión al Acebo. Beloki, hasta el año pasado en el Euskadi, ahora en el Kelme, se prepara para su primer Tour, para una participación que le declarará su valor real. Se prepara en el territorio Dauphiné, un terreno que ya le permitió quedar cuarto en el 99.

Prólogo de la Dauphiné Libéré. Grenoble (3,6 kilómetros). 1. Alberto López de Munain (Euskaltel), 8m 56s. 2. Lance Armstrong (US Postal), a 11s. 3. José María Jiménez (Banesto), a 16s. 4. Alex Zülle (Banesto), a 17s. 5. Haimar Zubeldia (Euskaltel), a 18s. 6. Laurent Jalabert (ONCE), a 18s. 7. Miguel Ángel Peña (ONCE), a 23s. 8. Tyler Hamilton (US Postal), a 24s. 9. Joseba Beloki (Festina), a 27s. 10. Mikel Pradera (Euskaltel), a 30s.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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