Indiana debutará en la final Portland, con un gran Sabonis, fuerza el séptimo partido contra los Lakers
Larry Bird volverá a disputar una final de la NBA. Esta vez como entrenador de los Pacers, después de haber ganado tres títulos como jugador con los Celtics de Boston. Será un experiencia inédita para el equipo de Indiana, campeón de la conferencia Este, que hasta la próxima madrugada no sabrá si el miércoles deberá viajar a Los Ángeles o a Portland para empezar a dirimir la propiedad del anillo. Los Lakers fueron ayer derrotados en toda la línea en la pista de los Blazers y se juegan el pase a la final en casa en el séptimo partido, al que llegan tras haber desperdiciado una ventaja de 3-1 en esta ronda.Los Pacers llegan a una final por primera vez en la historia, tras haberse quedado en puertas en cinco de las siete pasadas temporadas. El encuentro del viernes (madrugada del sábado en España) en el Madison Square Garden venía muy cargado, con los Pacers dispuestos a no dejar escapar la oportunidad y los Knicks murmurando atronadoramente sobre el juego de Patrick Ewing.
El pívot de los Knicks es uno de los más grandes jugadores de la historia del equipo, pero las estadísticas de ese ídolo del baloncesto dicen muy claramente que sin Ewing en la pista los Knicks ganan, y con él de corto, los Knicks pierden. Ewing se empleó como el luchador nato que es, pero no pudo con la maldición: jugó y los Knicks perdieron el partido decisivo, por 93 a 80. 15 años en Nueva York y el veterano jugador ve llegar el fin de su carrera sin haber conseguido el campeonato de la NBA. El partido fue un festival para Reggie Miller, que consiguió 34 puntos para los visitantes. Para Larry Bird, que dejará el equipo cuando concluya la temporada, ha sido la hora de la reivindicación. "Gran jugador; entrenador del montón", se había dicho de él.
Jackson se juega su prestigio
En la otra costa, Phil Jackson, conoce la experiencia de ganar el campeonato de la NBA como jugador (dos veces con los Knicks) y como entrenador (seis veces con los Bulls). Pero todo su prestigio se lo juega la próxima madrugada.
Los Lakers tuvieron una arrolladora temporada regular, pero en la fase final han mostrado puntos débiles y ahora se ven abocados a jugárselo todo en el partido de la próxima madrugada en el Staples Center. Al menos, juegan en casa.
En el partido de Portland (103-93), los Blazers, metieron presión desde el principio y conservaron durante todo el choque el margen de 11 puntos con que cerraron el primer cuarto. Shaquille O'Neal tuvo un marcaje que lo inutilizó y sólo sumó 17 puntos. Bryant, con el pie derecho lesionado, metió 33.
Fue un gran día para Arvydas Sabonis, que mantuvo a raya el jugador más valioso de la NBA, metió diez puntos, recuperó con absoluta seguridad 11 rebotes, pasó magistralmente y entregó seis asistencias. Queda la duda de si el veterano lituano tendrá suficiente capacidad de recuperación como para repetir actuación esta madrugada. Otro que también tiene mucha inversión personal en este encuentro es Scottie Pippen, quien no se cansa de decir que sus Blazers no son sólo mejores que los Lakers, sino que están por encima de los legendarios Bulls en los que compartió laureles con Jordan y Phil Jackson.
Nueva York: Sprewell (32), Johnson (7), Ewing (18), Houston (10), Ward (6), -cinco inicial-, Camby, Childs (6), Thomas (1).
Indiana: Davis (9), Rose (11), Smits (4), Miller (34), Jackson (9), -cinco ini-cial-, Perkins (6), Best (10), McKey (4), Croshere (6) y Bender.
Portland: Pippen (9), Wallace (18), Sabonis (10), Smith (26), Stoudamire (14) -cinco inicial-; Wells (20), Grant (6) y Schrempf (0).
Los Ángeles Lakers: Rice (12), Green (4), O'Neal (17), Bryant (33), Harper (7) -cinco inicial-; Horry (6), Fox (2), Shaw (12), Fisher (0), Salley (0).
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