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Entrevista:IÑIGO URKULLUPRESIDENTE DEL PNV EN VIZCAYA

"El PNV no volverá a intentar la pacificación en solitario"

El nuevo presidente de la ejecutiva vizcaína del PNV y, como tal miembro del EBB, forma parte, a sus 38 años, de la generación llamada a tomar en sus manos las riendas del partido. Iñigo Urkullu pisa con cautela a la hora de hablar del asunto, pero señala, en referencia a sus compañeros de generación y a los relevos que les tocará asumir: "Nosotros mismos debemos ser conscientes de que el tiempo avanza de modo inexorable". Como parlamentario, su trabajo más destacado es la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos, convertida también en su tarea más amarga, al no haber logrado llevar a la ponencia de víctimas de la violencia a los grupos constitucionalistas ni a las víctimas de ETA. Si hoy tuviera que volver a constituirla no lo haría igual, asegura.Pregunta. ¿Ha vivido el asunto como un fracaso personal?

Respuesta. No, pero haría las cosas de otra manera. No nació como yo quería que naciera y reconozco que lo paso mal.

P. ¿De este EBB y de entre los de su generación debe salir el relevo de Arzalluz?

R. No lo sé, ni me paro a pensar en ello, aunque nosotros mismos tenemos que ser conscientes de que el tiempo y el proceso interno del partido avanzan de modo inexorable. Es difícil decir qué pasará dentro de cuatro años, incluso dentro de seis meses. El partido no está ahora en esa reflexión.

P. ¿Es acertada la idea de que pertenece usted a una sensibilidad diferente a la de, por ejemplo, Joseba Egibar?

R. Compartimos ser miembros del PNV y, por tanto, nacionalistas. Cada uno tenemos la experiencia de la realidad sociopolítica de nuestro entorno más inmediato. No es cuestión de sensibilidades, sino de análisis basados en puntos de partida diversos. Lo que no quiere decir que los puntos de llegada sean también diferentes.

P. ¿Es usted un independentista neto?

R. Soy nacionalista. Independencia hoy no es lo mismo que hace 100 años. La capacidad para decidir por uno mismo no supone necesariamente romper todas las relaciones con nuestro entorno. Está claro que tiene que haber una relación con el Estado.

P. Un peneuvista alavés decía que la política de estos dos años se ha abordado desde la óptica guipuzcoana y de quienes han tenido la interlocución con HB y ETA.

R. No lo creo. Todo nace de un pronunciamiento del EBB en febrero de 1997, en el que prima la aspiración de lograr la paz y la decisión de hacer un intento; si era posible, con otros, y si no, en solitario. Quien está en las converscaciones puede tener su propia carga emocional y de reflexión, pero al final la actuación la marcan el EBB y la asamblea nacional.

P. Si ése es ya un intento fracasado, ¿hacia dónde piensa moverse ahora el PNV?

R. Digamos que es un intento que no ha prosperado y que en lo que emprendamos pesará el aprendizaje y la experiencia de esta relación con la izquierda abertzale y ETA, que ha violentado de manera extrema la palabra dada.

P. ¿Los instrumentos, Lizarra en concreto, tampoco servirán ya?

R. Me remito a lo dicho por el lehendakari: ETA ha invalidado Lizarra. Yo dejaría aparte la denominación de origen para no estigmatizar el objetivo de la declaración, que era el diálogo entre todos los partidos.

P. ¿Está decidido en el PNV hacer un cambio de rumbo?

R. Hay una realidad, y es que hemos vivido año y medio en base a una intención y a un compromiso y que ese compromiso ha sido prostituido. Quisimos intentar zanjar la cuestión de la violencia ofreciendo a la vez a la sociedad un proyecto de nuestra aspiración nacionalista, que tendría legitimidad si la voluntad mayoritaria de la sociedad así nos lo decía. Lo hemos intentado y no lo hemos conseguido, porque no están en nuestras manos todas las herramientas.

P. Y una vez hecha esta constatación, ¿qué se impone?

R. Que seguimos sin querer ser el último pueblo de Europa en convivir con la violencia, pero que, evidentemente, esta cuestión ha de ser planteada entre el conjunto de las fuerzas políticas. El PNV no volverá a efectuar un recorrido similar en solitario.

P. ¿Podría enumerar los errores que ha cometido el PNV?

R. Uno, no haber sabido explicarnos debidamente en todo este tiempo, y dos, pensar, aun a sabiendas de que no estaba en nuestras manos conseguir lo que aspirábamos sin que otros partidos se implicaran en el proceso, que podíamos hacer lo suficiente como para que ETA cesara en su actividad. Hubo que hacer la apuesta, pero no está a nuestras manos la resolución. Al menos, no exclusivamente.

P. Egibar dijo que fue un error mezclar paz con construcción nacional, pero el nuevo presidente de la la ejecutiva guipuzcoana, Juan María Juaristi, dice de nuevo que ambas son indisociables. ¿En qué quedamos?

R. Nuestra ponencia de la asamblea de enero trata la paz como una cuestión propia. De ella debe venir la cohesión social, que es a su vez lo que permitirá la normalización política.

P. ¿Está separando y fijando un orden de prioridades?

R. Es que primero está el respeto a los derechos humanos, la paz, para desde ella abordar el respeto a la voluntad de la sociedad vasca.

P. ¿Qué importancia conceden a la iniciativa del PSE en el Parlamento?

R. Mucha, porque si hay propuestas es que hay voluntad e intención de hablar. Eso, en este momento, es más importante que los propios contenidos. Ya vendrán luego los matices.

P. ¿Es el Parlamento el lugar de encuentro adecuado?

R. Hoy por hoy es el único lugar donde nos encontramos todas las fuerzas políticas. Pero puede haber también otros, porque necesitaremos hablar con discreción.

P. Se da por hecho que lo estarán haciendo ya.

R. No con todos. Los canales de comunicación con el PP siguen cortados, en público y en privado. Y cuando un parlamentario suyo ha acudido a un foro de debate con todos los partidos, le han desautorizado al día siguiente.

P. Es que también al día siguiente ETA mató a José Luis López de Lacalle.

R. Cierto. Pero la actuación de ETA no debe impedir la comunicación y el diálogo entre los partidos. Y no ha de ser necesariamente público.

P. ¿Han respondido ya a la llamada "propuesta de transición" que les envió HB?

R. Con EH no vamos a entrar a debatir hasta saber si tiene autonomía respecto a ETA o si lo que nos entrega está sujeto a su tutela y chantaje. Y deben saber que en la sociedad vasca hay voluntades representadas por otros partidos distintos a nosotros, con quienes tendrán también que sentarse a debatir.

P. ¿Qué expectativas tienen en esa comunicación que aún mantienen con EH?

R. Esperamos hacerles conscientes de que representan una parte de la voluntad vasca a la que también llega la frustración por la vuelta de ETA y la kale borroka.

P. Un compañero suyo de ejecutiva decía que no le importa perder el poder por la paz. ¿A usted tampoco?.

R. Claro que me importa. Yo valoro mucho todo lo hecho en 20 años, y eso ha sido posible porque hemos estado en la responsabilidad institucional.

P. Hay la impresión de que la única salida para ustedes sería una nueva tregua de ETA. ¿Tienen datos que permitan esperarla?

R. Un alto el fuego permanente es nuestra aspiración. Pero si me pregunta si tenemos alguna impresión de si ETA se está moviento en ese sentido, no, no la tenemos. De ETA, desde julio del año pasado, sólo sabemos lo que dice públicamente.

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