Los clubes no temen las amenazas de la FIBA por crear una nueva Liga Europea
La Liga Europea de baloncesto creada el lunes en Barcelona por los clubes más poderosos y al margen de la federación internacional (FIBA) promete dar una nueva dimensión al baloncesto continental y tener un efecto mimético en las estructuras de otros deportes profesionales, especialmente en el fútbol. Los grandes clubes, cansados de que la FIBA gestione sin tenerles en cuenta las estructuras organizativas, económicas y competitivas, van a iniciar un nuevo camino. La antigua Euroliga, en manos de la FIBA, pasará a ser una competición menor.
La FIBA no ha reaccionado aún ante el cisma originado por el acuerdo de los clubes más profesionalizados de Europa: Barça, Real Madrid, Estudiantes, Tau, Caja San Fernando, Panathinaikos, Paok, Olympiakos, AEK, Paf, Kinder Bolonia, Benetton Treviso, Zalguiris y Olimpia entre otros, además problaemente de Ulker, Efes, Villeurbanne y Pau Orthez.Pese a que los clubes habían intentado negociar y habían advertido de que estaban dispuestos a organizar por su cuenta la nueva competición europea, la FIBA no se dio por aludida y consideró que iba a poder frenar sus intenciones con amenazas como la de excluir de las selecciones nacionales a los jugadores que actuasen en la nueva Liga Europea. Pero el lunes, en una reunión celebrada en Barcelona, se consumó el cisma.
Existen dos razones básicas para que los clubes, agrupados en torno a la Unión de Ligas Europeas de Baloncesto (ULEB) presidida por Eduardo Portela, también presidente de la ACB, tomaran un acuerdo histórico. La chispa que encendió la hoguera fue la unilateral e intransigente decisión del organismo que dirige el yugoslavo Borislav Stankovic de centralizar los derechos de televisión de la Euroliga y vendérselos en un paquete global a la firma ISL por unos 3.800 millones anuales hasta la temporada 2003-2004 (algunos clubes griegos ingresan más de 1.000 millones al año cada uno por esa misma competición). Los clubes, que han gestionado hasta ahora de forma individual esos derechos, no participaron de una decisión que, en muchos casos, les causaba graves perjuicios al ver reducidos sus ingresos y porque comportaba la rescisión de algunos contratos en vigor.
Jordi Bertomeu, vicepresidente y secretario general de la ACB, dijo ayer: "Siendo el papel de los clubes tan determinante, deberían tener una participación activa en su gestión. Pero no se les renococe siquiera capacidad real de interlocución y son informados cuando los contratos han sido suscritos".
La nueva Liga Europea auspiciada por los clubes -que aportarán un aval bancario de 185 millones de pesetas que perderán si no cumplen el compromiso de integrar este nuevo torneo- será presentada el próximo día 9 de junio en Barcelona. En la competición participarían 24 clubes con un máximo de cuatro representantes de España, Italia y Grecia -España iba a tener esta temporada sólo dos clubes en la Suproliga de la FIBA-, y la competición se disputaría desde noviembre hasta marzo. El formato de la nueva competición prevé una primera fase con cuatro grupos de seis equipos. Los cuatro primeros de cada grupo disputarían los octavos de final en eliminatorias al mejor de tres partidos, y al mejor de cinco en las semifinales y en la final. No se jugaría la final a cuatro como sucede desde 1989, y que la próxima temporada tenía que disputarse en el pabellón Fernando Buesa de Vitoria.
Bertomeu asegura que la FIBA no puede tomar represalias ni contra los clubes ni contra los jugadores: "Es libre inscribirse o no en una competición. Sólo si te retiras te pueden sancionar. Nosotros no queremos dejar la FIBA, sólo organizar una competición como ya sucede con la Liga de los países bálticos o la misma NBA".
El presidente de la federación española (FEB), Ernesto Segura de Luna, considera que por este motivo la FIBA no puede sancionar a los jugadores con la prohibición de competir en Europeos, Mundiales o Juegos Olímpicos. "Sea cual sea el resultado del conflicto no se podrá pasar factura a los jugadores", aseguró.
Bertomeu explica que los clubes no poseen aún una oferta global por sus derechos porque antes tienen que presentar su proyecto de Liga Europea. No obstante, ya se han establecido algunos contactos con algunas firmas y que, sobre la base de una negociación individual, Media Partners ya garantiza a los clubes italianos más dinero del que venían percibiendo hasta ahora. Segura de Luna aseguró: "Me parece que asistimos a una situación de extrema ruptura".
El camino para el fútbol
El G-14, el grupo que forman los equipos más poderosos del fútbol europeo, con Madrid y Barça entre ellos, se frotan las manos con la iniciativa de los clubes de baloncesto. Confían en que éstos puedan abrirles el camino que ellos persiguen desde hace dos años. La oferta de la empresa Media Partners para organizar la Liga de Campeones fue la que influyó para que la UEFA aumentase los ingresos a los clubes. El Madrid, según su presidente, Lorenzo Sanz, ha ingresado este año unos 6.000 millones por la octava Copa de Europa cuando por la séptima, hace dos años, apenas llegaron a 2.000.
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