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El agroturismo cumple 10 años

Hace 14 años, los hermanos Bizkarra, de Abadiano, pero afincados en un caserío de Gautegiz Arteaga, tuvieron una idea para revitalizar el medio rural que hoy utilizan 200 baserritarras repartidos por todo el País Vasco. Fue allá por el año 1986 cuando Juan Ángel y Juan Luis Bizkarra se plantearon por qué no recuperar el antiguo uso de las ventas vascas, donde paraban a dormir personas y animales, y crear un alojamiento en el caserío que tenían alquilado en Gautegiz Arteaga. Los Bizkarra escribieron su proyecto y lo enviaron a la Diputación y al Gobierno vasco, pidiéndoles que impulsaran y regularan esta iniciativa. Esta idea vio la luz cuatro años después, con la inauguración de Txopebenta, el primer agroturismo de toda la península, el de los hermanos Bizkarra, en plena reserva del Urdaibai.

Los dos hermanos, un ingeniero técnico agrario y un maestro industrial, invirtieron 22 millones de pesetas y tres años y medio de trabajo para acondicionar el caserío familiar con sus propias manos, sacando a la vista la piedra de sus paredes y dotándole de una estructura de madera aprovechando antiguos travesaños de ferrocarril comprados de segunda mano a una empresa de Renfe.

De banco a estantería

El resultado es un coqueto caserío, con seis habitaciones dobles con baño, donde la decoración, realizada por María Sáez, está cuidada hasta el más mínimo detalle y donde destacan los objetos antiguos recuperados. Unas viejas repisas de loza para colocar los cepillos de dientes se han convertido en unos originales colgadores y un antiguo banco vasco caponero, donde hace mucho tiempo las gallinas picoteaban los restos de la comida del suelo, hoy sirve como estantería de libros.

Txopebenta, en Gautegiz Arteaga, es en la actualidad uno de los 200 caseríos que integran la red de agroturismo vasca, que ha aportado a los baserritarras la posibilidad de aumentar sus ingresos y a la vez revitalizar el medio rural.

El precio de una habitación doble en un alojamiento de este tipo oscila entre las 3.500 pesetas y las 9.000 pesetas y es un negocio rentable, "según por donde se mire", explica Juan Luis Bizkarra.

"Desde la mentalidad urbana, cuando tienes que amortizar una inversión y pagar puestos de trabajo, la inversión es dudosamente rentable, pero desde el punto de vista rural, la mentalidad es diferente. No se puede medir el valor añadido y patrimonial que tú generas recuperando el caserío y revitalizando el medio rural", explica Juan Ángel, más conocido por el mote familiar de Txope.

Trato familiar

Aunque los hermanos Bizkarra fueron los artífices del agroturismo, Juan Luis hace tiempo que dejó el tema y Juan Ángel ha montado una empresa especializada en la restauración de caserío y no da abasto con la demanda que tiene. Quienes regentan ahora Txopebenta son su mujer, Arantza, y Ainhoa, una empleada que ha terminado siendo amiga de los Bizkarra, igual que otros tantos clientes. "La gente que viene es muy maja y con varios de ellos, nos hemos ido de vacaciones y hemos celebrado juntos la Nochevieja varios años", cuenta Arantza.

El trato familiar que ofrecen los agroturismos provoca que este tipo de alojamientos tenga numerosos clientes fijos. Los vascos son durante el año los principales usuarios de estos alojamientos pero, en verano, ceden el testigo a catalanes, madrileños y europeos varios. Por un precio asequible, el turismo rural ofrece una alternativa a la ajetreada vida en la ciudad y a la manida oferta de sol y playa de las costas españolas.

En sus 10 años de vida, por Txopebenta han pasado desde Julio Anguita, en las elecciones de hace dos años, que acampó en este agroturismo con su secretaria y su cardiólogo, hasta una niña de dos meses de Sevilla que vivió sus primeras vacaciones en esta casa rural rodeada de verde y a cuatro kilómetros del mar. Estos días, se alojan en el caserío una pareja. Son Jasone, de Hondarribia, y Toni, mallorquín, que se casaron el pasado día 20, y que han elegido el campo antes de volverse a vivir a Mallorca. "Para el verano ya tenemos varias parejas que vienen de viaje de novios", comenta Arantza.

Japoneses en Urdaibai

Desde que Txopebenta abrió hace 10 años sus seis habitaciones dobles, han pasado por allí no sólo varios miles de clientes sino también técnicos y consejeros de numerosas comunidades autónomas para estudiar la experiencia del agroturismo vasco. Si Txopebenta fue el primer agroturismo, el País Vasco fue la primera comunidad autónoma en ofrecer este tipo de alojamiento. Comunidades como Cantabria, Extremadura y La Rioja han copiado y trasladado a sus respectivos medios agrarios esta oferta turística. Pero la idea de los hermanos Bizkarra también ha cruzado fronteras, llegando hasta Japón. Después de que el Ministerio de Agricultura japonés conociera la red de agroturismo vasca en una feria internacional, envió una delegación de técnicos y agricultores a visitar varios alojamientos rurales y estudiar la iniciativa. La delegación se alojó en Txopebenta, donde pudieron conocer de primera mano los orígenes del agroturismo. Una idea de dos hermanos enamorados de la vida en el campo y empeñados en recuperar el medio rural.

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