Deferr se confirma

La gimnasia masculina española ya no es sólo cosa de Jesús Carballo. Gervasio Deferr confirmó ayer, en las finales por aparatos que cerraron el Campeonato de Europa en Bremen (Alemania), que la medalla de plata obtenida en suelo en el último mundial no fue casualidad. Ayer repitió puesto en esta prueba, se quedó a sólo 69 milésimas del bronce en potro y dejó claro que es opción para Sydney.Lo suyo es cuestión de potencia. De unas piernas robustas que le permiten destacar en suelo y en salto, con dos ejercicios de gran dificultad. Con estas características y dando tumbos en el gimnasio desde los cinco años, Deferr rompió las previsiones más optimistas cuando en 1998 se proclamó campeón de Europa júnior de suelo, por delante de quien ayer le robó el oro, el rumano Marian Dragulescu.

Entonces sólo se hablaba de Carballo. Deferr, hijo de exiliados argentinos, tuvo que progresar a la sombra del campeón del mundo de barra fija. Si sus entrenadores hablaban de un cuarto puesto en la final de suelo del mundial, Gervi, como le llaman, les sorprendió con la medalla de plata.

En el concurso de ayer, sin embargo, aspiraba al oro. No le bastó con clavar las series de su ejercicio; ni con saber que en la prueba por equipos obtuvo la mejor nota; ni siquiera con ver al campeón del mundo, el ruso Alexei Nemov, caer de bruces. Fue segundo. Esto no le impidió abrazar y felicitar al ganador como si él no hubiera tenido posibilidades: Deferr es extravertido, una rareza entre los gimnastas.

Su segunda medalla importante en menos de un año deja claro que en Sydney no sólo habrá que mirar a Carballo. Más si se tiene en cuenta que ayer Omar Cortés fue sexto en anillas y el júnior José Luis Fernández se colgó la plata de la barra fija y las anillas. Estos resultados evidencian el progreso de la gimnasia masculina. El reto ahora es demostrar en Sydney, con el equipo completo, que en España hay algo más que un par de buenos especialistas. Y luchar al menos por dos medallas.