Los sectores del PSOE de Cádiz dan por roto el pacto de hace tres años

El acuerdo que alcanzaron todos los sectores dominantes del PSOE gaditano hace tres años ya no existe. Dirigentes de todas las sensibilidades asumen que aquel entendimiento, que permitió restañar heridas, asegurar la pacificación interna y elegir una dirección provincial de integración, es ya agua pasada. La certificación de esta evidencia se ha precipitado en las últimas horas, tras la destitución del presidente provincial del partido, Francisco Menacho, como delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz.

La semana pasada, Rafael Román, presidente de la Diputación y uno de los artífices del acuerdo, remitió una carta al secretario general del PSOE andaluz, Manuel Chaves, en la que le informaba que daba por concluido el consenso y le expresaba su preocupación por el nombramiento de los delegados de la Junta. La misiva estaba escrita en nombre de un grupo de alcaldes y de militantes de la agrupación.Hace tres años, Alfonso Perales, actual consejero de Gobernación y Luis Pizarro, secretario de Organización por un lado y Rafael Román, por otro, sellaron una alianza que permitía frenar las pugnas internas, que habían erosionado la credibilidad y la imagen del PSOE. El enfrentamiento arrancó en el congreso de 1990, en el que el ex diputado Ramón Vargas Machuca abandonaba la secretaría general. Ni el propio Chaves, que encabezaba la candidatura perdedora como aspirante a presidente provincial, pudo controlar entonces el desarrollo de la cita en su propia agrupación, que concluyó con una ejecutiva de circunstancias y un partido dividido en dos.

En el congreso de 1997, desmadejada la familia de Vargas Machuca, el acuerdo de Román, Perales y Pizarro permitió sacar una ejecutiva con el apoyo de más del 82%. Francisco Vázquez Cañas, hombre de confianza de los dos últimos, se aupó como secretario general y Menacho fue elegido presidente.

Tras los últimos acontecimientos, el acuerdo, que ha permitido la normalización del partido en la provincia aunque no la recuperación del vigor orgánico, ha saltado por los aires. Ayer, dirigentes de ambos sectores se reafirmaban en sus opiniones. Desde el sector que lidera Román no se encuentran más explicaciones a la destitución de Menacho que "la actuación sectaria" de Perales. Chaves negó ayer el carácter vitalicio de los cargos políticos: "Se entra y después se sale", dijo el presidente andaluz, quien afirmó que la sustitución se debió a una cuestión "de Gobierno y no partidaria".

Román fue el único dirigente que expresó la semana pasada en una reunión su oposición a que la provincia mantenga una postura cohesionada en el congreso federal y ha prestado ya su aval, como miembro del comité federal, a la candidatura de Rosa Díez.

El malestar interno se evidenciará por primera vez en el plenario del próximo lunes, en el que el Menacho expondrá cuál es, a su juicio, el motivo de su destitución. En la ejecutiva actual, las fuerzas entre ambos sectores están muy igualadas. Desde todos los ámbitos se descarta la hipótesis de una sola lista al congreso de elección de delegados al federal, aunque fuentes del sector oficial consideran que esa posibilidad estaba muy consolidada antes de la destitución de Menacho.