"La sociedad vasca está culturalmente muy poco vertebrada"

Jon Bagüés (Rentería, 1955) asumió el pasado 2 de mayo la dirección del Archivo de Compositores Vascos Eresbil de Rentería. No le ha costado excesivo trabajo enfrentarse al cargo. El musicólogo, licenciado en Filosofía y Letras y postgraduado en Archivística y Documentación, comenzó a colaborar en los años 70 con esta institución y se convirtió con los años en la mano derecha de su predecesor, José Luis Ansorena. Bagüés, que conoce como pocos la realidad musical del País Vasco, asistió el pasado sábado a la clausura de la 28ª edición de Musikaste, un festival que redescubre obras del pasado, apoya a los nuevos creadores vascos y se erige en el mejor proyecto de difusión de Eresbil.Pregunta. ¿Qué ideas pretende materializar ahora que ha asumido la dirección de Eresbil?

Respuesta. Más que las ideas, los proyectos vendrán con el nuevo edificio que estará para 2002. Vamos a tener unas condiciones mucho mejores para preservar los 170.000 documentos que tenemos y se abrirán posibilidades mayores de difusión. En todo caso, seguiremos fundamentalmente con las mismas actividades, aunque quizá incidiremos más en la colaboración con otras instituciones.

P. Entonces, se plantea un mandato continuista.

R. Creo que la línea que marcó José Luis Ansorena en 1974 sigue siendo válida. Se ha evitado que se pierda el patrimonio musical y eso me parece muy importante. En un principio, Eresbil nació para surtir de materiales a Musikaste, pero evidentemente la relación se ha invertido.

P. Acaba de cerrarse el festival. ¿Cree usted que necesita crecer más?

R. De momento no. Musikaste es uno de los proyectos de difusión de Eresbil, pero no quiere ser el único; están los catálogos, la página web,... Este año la semana ha servido para dar un pequeño repaso a la música vasca del siglo XX; ha habido cinco estrenos y entre ellos una ópera de cámara, lo que no es frecuente. Nuestros objetivos se cumplen sin necesidad de crecer más.

P. Tras más de un cuarto de siglo de existencia, ¿Eresbil puede arrogarse el descubrimiento de algún autor vasco?

R. De muchísimos y muchos de música antigua, antes de que este tipo de música estuviese de moda. Autores como Juan García de Salazar o Juan Francés de Iribarren, uno de los grandes músicos españoles del siglo XVIII.

P. Sin embargo, no se les conoce en exceso. ¿Tienen algo que envidiar a otros autores más programados?

R. ¿Por qué no se conoce a Antxieta? Porque no existe un disco completo suyo. Fue un grandísimo compositor, maestro de capilla de los Reyes Católicos. No se le conoce porque los festivales son un entramado económico en el que priman muchas veces otros valores:el divismo, la moda o incluso la comodidad. Se programa más música conocida porque cuesta menos montarla y además sabes cómo va a responder el público.

P. Entonces, ¿cree que no arriesgan lo suficiente?

R. Entiendo que tienen miedo a apostar por ciertas músicas. Nosotros, que somos pequeños, podemos hacerlo.

P. Entre Eresbil y Musikaste cubren las labores de conservación y difusión. ¿Prevén incidir en el terreno creativo?

R. No, porque eso podría ser dirigismo. No compete a las instituciones de conservación decir quién es bueno o quién es malo. Lo que sí debemos hacer es apoyar a esos creadores en la difusión de su música. De hecho, en el 25 aniversario de Eresbil se realizó una convocatoria de la que han salido siete nuevas obras.

P. ¿Cómo ve el panorama de nuevos compositores vascos?

R. Creo que es espléndido. Hay una generación fantástica de maestros como Luis de Pablo, Larrauri,... que han formado a grandes alumnos que ahora tienen entre 30 y 40 años. Carmelo Bernaola en concreto ha hecho un trabajo magnífico en la Escuela de Música Jesús Guridi como maestro de maestros y de ahí están saliendo buenos músicos.

P. Pero, se siguen programando compositores más conocidos, como Escudero o Aragüés.

R. Autores jóvenes como Joseba Torre, Gabriel Erkoreka, Ramón Lazkano, Zuriñe Fernández o el grupo Iruñako Taldea están haciendo su carrera, unos como catedráticos e incluso hay gente que vive de la composición y eso que es muy difícil para una persona joven. Pero muy pocos pueden quedarse en el País Vasco, porque no tiene un entramado social como para posibilitar la vida profesional de nuestros autores ni de muchos intérpretes.

P. ¿Dónde están las lagunas?

R. La sociedad vasca está culturalmente muy poco vertebrada y ahí tienen mucha responsabilidad los políticos. No tenemos una red mínimamente decente de teatros y auditorios y en este momento la enseñanza de la música está atravesando una grave crisis que pagaremos más adelante. Hacen falta infraestructuras, gente que crea en los proyectos, en las innovaciones. En música por ejemplo no existe una escuela de críticos y, ¿cuánta ópera se hace? Los títulos de toda la vida...

P. Se suele aducir que la inversión no merece la pena por la escasa afluencia de público.

R. Si al público le ofreces cosas bien hechas siempre va. Además se puede crear audiencia y eso es lo que hay que trabajar. Necesitamos crear más oyentes que profesionales.