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Entrevista:MANUEL SÁNCHEZASOC. CONSUMIDORES

"No informar al consumidor es fascismo empresarial"

Manuel Sánchez Vicioso se gana la vida como educador. Pero la enseñanza no es su única faceta. Es presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios de Málaga (ACUM), encabeza una plataforma que reivindica una facultad de Arte para la capital y es vicepresidente de la Asociación de Amigos del Museo Provincial. Por si fuera poco, junto a otras organizaciones, ha impulsado una red de consumo responsable. Dice que le quedan ratos libres y que los dedica a escribir relatos fantásticos. Pregunta. ¿Por qué es necesaria esta red?

Respuesta. Ante la agresividad de las multinacionales, que incluyen fusiones en distribución alimentaria, servicios telefónicos, combustibles, eléctricas, no nos queda más remedio que hacerle frente de manera fortalecida. El objetivo es concienciar a favor de un consumo responsable. Pretendemos que se comprenda que nuestro dinero puede ser contaminante. Por ejemplo, a mi tendero le pido que no ponga el jamón en corcho blanco porque contamina. También queremos hacer hincapié en los alimentos manipulados genéticamente. Nos ha costado dos años que la UE disponga que los productos con transgénicos se anuncien en las etiquetas. Ha habido presiones de multinacionales para que no se hiciera público. Ocultar información es fascismo empresarial. La democracia se basa en la información.

P. Dice que el dinero del consumidor puede afectar el equilibrio ecológico...

R. Cuando compro un reloj, me lo dan con cajas, papeles, cintas; un volumen de deshechos desproporcionado. En ese sentido, nuestro dinero es contaminante. No sólo los consumidores somos responsables de esa contaminación. Los municipios y las comunidades también porque tienen que proveernos de los medios para que podamos clasificar las basuras.

P. ¿Cómo se es responsable?

R. Clasificando los residuos, utilizando lámparas de bajo consumo... sabiendo qué marca compro. Hay marcas que están hechas por trabajadores, incluso niños, en estado de semiesclavitud. Mi dinero puede ser esclavizante. La vida de este Primer Mundo nos obliga a comprar de manera compulsiva. No estamos en contra de consumir, sino de que ese consumo no se ejerza de manera crítica.

P. ¿Los españoles son responsables?

R. Nos hemos incorporado a la modernidad con 20 años de retraso. El consumo desaforado y acrítico es el reequilibrio de un complejo de inferioridad. Falta avanzar en conciencia crítica. Nuestra tradición democrática tiene 22 años y el uso de las libertades lleva consigo también la concienciación. Reglamentación, hay, pero falta inspección. Nos estamos merendando el mundo y si no ponemos freno vamos a llegar al infarto ecológico. Nuestra meta es que un día los consumidores sean tan fuertes que pongan el precio a los bienes, no sólo al pan y la leche, sino al teléfono, a los combustibles.

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