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Artexpo planea entre la calidad y el consumo

Frente a las pugnas exteriores que pueda tener Artexpo, existe todavía en su interior un debate no solucionado. Ayer, con todas las casetas ya en pleno funcionamiento, se puso de manifiesto, al margen de opciones estéticas, que existen dos zonas diferenciadas en el recinto ferial. La formada por las galerías que apuestan seriamente por la calidad y las que optan por un producto de consumo.Existe un sentimiento generalizado, recogido en las primeras impresiones de medios profesionales, de que la presente edición de Artexpo ha mejorado su nivel de calidad. Pero sigue habiendo discordancia respecto a si ha alcanzando o no los mínimos exigidos para consolidarse como una feria de auténtica categoría. Compartiendo espacio se encuentran los galeristas Arcadi Calzada y Antonio Niebla, este último presidente del Gremio de Galeristas de Arte de Cataluña. En opinión de Niebla, la situación es todavía "de transición". Calzada es más rotundo y exige una selección previa de toda la obra que tenga que exhibirse en el recinto. "A Artexpo le hemos de exigir más porque ha llegado ya a su mayoría de edad", dijo ayer Calzada.

Donde se observaba un descenso generalizado del nivel alcanzado en la pasada edición es en el espacio dedicado a la creación joven. Un buen número de sus propuestas optan por planteamientos más bien conservadores, cuando debería ofrecer a Artexpo su cara más atrevida y rompedora. Tampoco la selección realizada en la caseta de la Sala d'Art Jove de la Generalitat corresponde al nivel de calidad que suele ofrecer este espacio de exposición.

Incluso el intento de ofrecer a la feria un plus creativo por parte de algunos galeristas no parecía encontrar ayer demasiado apoyo de la organización. Maria Antònia Bagué, de la galería Pals, se lamentaba de la imposibilidad de anunciar por megafonía el horario de las performances realizadas en su caseta. Ayer intentaba dar una nota de dinamismo en ella con la presentación de una acción de la actriz Silvia Fiestas, que contorsionaba su cuerpo al son de la música de la brasileña Virginia Rodrígues. Fiestas se había introducido en una de las piezas escultóricas de Alexandre Tornabell, titulada Crisàlide.

Una de las paradojas de la feria suele ser el contraste de obras de gran nivel, sobre todo de nombres que no admiten discusión -la feria respira Miró y Picasso-, con obras que ni siquiera pueden tener el calificativo de decorativistas. El desfase existente se debe en parte al poco convencimiento de convertir también esta feria en un espacio que permita la apuesta y el riesgo.

Artexpo fue inaugurada ayer por el consejero de Cultura de la Generalitat, Jordi Vilajoana. Tras despachar las preguntas referentes al fútbol, cuestión que ya ha alcanzado el nivel de problema de Estado, Vilajoana reflexionó sobre algunos temas relacionados con el arte y la cultura. Respecto al supuesto retroceso del papel puntero de Cataluña en cuestiones culturales en beneficio de Madrid, afirmó: "Se está hablando de impresiones, pero yo utilizo las cifras. Y los números nos dicen que en Cataluña ha aumentado el consumo cultural en todos los frentes con relación al pasado año. La gente llena cines y teatros".

Vilajoana reafirmó el apoyo de la Generalitat a Artexpo. "Este año hemos colaborado en todo lo que nos han pedido. Creemos en Artexpo y en que es compatible esta feria con la que puedan organizar los galeristas de Art Barcelona". El consejero habló también de la buena sintonía con el Ayuntamiento de Barcelona en asuntos culturales. Uno de los que atañen a ambas administraciones es el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), del que afirmó que a finales de 2002 estará a pleno rendimiento; "tenemos todos los recursos para ello", aseguró. El consejero anunció, aunque no desveló su nombre, la existencia de un nuevo mecenas privado para el MNAC que ocuparía la vacante dejada por la empresa Gallina Blanca.

Jose Maria Tejederas Chacon

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