Conchita cierra con su mejor sonrisa
La aragonesa, de 28 años, gana el torneo de Berlín, superando a Coetzer en la final
La crisis está olvidada. Desde que perdió frente a Venus Williams en la primera ronda del Masters el pasado mes de noviembre, tras un gran partido, quedó claro que Conchita Martínez había cambiado su actitud. En los cuatro primeros meses de la temporada, la aragonesa, de 28 años, jugó las semifinales del Open de Australia y la final de Gold Coast y Amelia Island. Sin embargo, fue la semana pasada en Berlín donde Conchita confirmó que los malos tragos por los que pasó en 1999 no sólo han sido enterrados sino que están actuando como un revulsivo. La aragonesa ganó el pasado sábado a la suiza Martina Hingis, y ayer corroboró su excelente estado de forma imponiéndose a la surafricana Amanda Coetzer por 6-1, 6-2 en la final.Conchita ganó su 32º título del circuito femenino, y el primero desde que el pasado mes de julio se impuso en Sopot (Polonia). Su mentalidad es distinta a la de entonces. La grave enfermedad (cáncer) por la que atravesó su padre el año pasado la sumió en un estado depresivo que le impidió mantener la cabeza clara. En noviembre, Cecilio había saldado positivamente sus sesiones de quimioterapia, y Conchita respiró tranquila. Ahora, aquellos hechos están actuando como un aliciente en la jugadora, que ha recuperado la confianza en sí misma y en su juego, con el apoyo incondicional de su entrenadora, la argentina Patricia Tarabini.
"Me siento fuerte", comentó cuando le preguntaron sobre la posibilidad de ganar el torneo de Roland Garros que comienza en París a finales de este mes. "Creo que puedo soñar con el título". Más delgada, en excelentes condiciones físicas y con una mentalidad positiva, el juego de Conchita vuelve a fluir de una forma natural de su raqueta. Ya lo constató frente a Hingis, y en la final volvió a aparecer aquella derecha concluyente, desbordante, que le permitió en 1994 ganar el torneo de Wimbledon, el único Grand Slam que figura en su palmarés.
"A pesar del resultado, el partido fue difícil, pero todo me salió bien", comentó la aragonesa, que no disputará el torneo de Roma por problemas en un pie. "No renuncio por gusto. Pero mi cuerpo necesita un parón antes de París". Conchita volvió a la pista y junto a Arantxa Sánchez, se impusieron a Coetzer-Morariu por 3-6, 6-2, 7-6 (11-9) en la final de dobles.
En la final masculina de Roma, el sueco Magnus Larsson, número uno de la clasificación por puntos, ganó al brasileño Gustavo Kuerten por 6-3, 4-6, 6-4, 6-4.
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